07| Casa Bonita

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Las cosas parecieron mejorar entre la amistad de Eric y Kyle, realmente Cartman había cumplido la primera parte del trato, lo de ser amable pues... seguía trabajando en eso. Era difícil para él no terminar en la oficina del director PC o en la sala de espera junto a Tucker para ver al consejero Mackey.

Y a pesar de que ahora eran amigos cercanos, trataba de evitarlo durante los descansos, pasándose todo el rato con su mejor amigo, Kenny, y su fiel amigo, Butters.

¿Por qué aveces trataba de evitar al judío? Simple, quería ignorar los sentimientos que este le producía. Pues los amienemigos no debería sentir esas cosas.

Ese día, Eric, Kenny y Butters habían decidido sentarse lejos de los demás, pues realmente Eric no quería estar muy cerca del judío, sus amigos parecieron entenderle y se sentaron en la última mesa de aquella cafetería. Y obviamente, no faltó la mirada fija y molesta de Broflovski.

Miraba como Cartman cantaba una canción, pues Butters había puesto música, y Kenny... rodeaba con su brazo los hombros de Eric, quién también cantaba la canción alegremente. Sus ojos no pudieron fijarse en otra cosa que no fuese el brazo del rubio sobre los hombros del castaño.

Inevitablemente comenzó a desprender un olor realmente fuerte y amargo, como madera quemada, estaba celoso, y no podía evitar pensar de más.

¿Qué pasaba sí Kenny marcaba a Eric antes que él? No tendría sentido, pues McCormick no sabia de la verdadera naturaleza del castaño, ese pensamiento era estúpido, pero lo consumía lentamente.

Y cómo sí el rubio del abrigo naranja tuviera un radar, lo miró y esbozó una amplia sonrisa, posiblemente el aroma había llegado hasta allá, pues los alfas tenía un sentido del olfato más avanzado que el de los omegas y betas. Eso causó que el olor se volviera aún más intenso y su mirada más severa.

Odiaba esos sentimientos de impotencia por no poder estar de esa manera con Eric.

Cartman notó que Kenny miraba a alguien con una sonrisa, así que se volteó un poco para poder mirar a aquella persona, sonrió al ver al judío, causando que el aroma se redujera notablemente, siendo casi imperceptible, y Kyle sonriera, calmando su expresión de molestia.

Era extraño como una simple sonrisa o gesto podía tranquilizarle.

(...)

Posiblemente eran alrededor de las once de la noche, todos en la residencia Broflovski parecía dormir. Era el momento perfecto.

Esbozó una sonrisa triunfal al lograr que la cuerda alcanzará la viga principal de la casa, haló un poco de la misma para asegurarse que era seguro, al confirmarlo subió trepando la cuerda hasta llegar a aquella ventana, estaba abierta, lo cual facilitaba su trabajo.

Entró sigilosamente, pero al dar un paso en falso, el piso crujió un poco, despertando al chico que parecía descansar cómodamente.

—¿Quién anda ahí?—Preguntó de inmediato, un poco asustado, frotó un poco sus ojos para ver mejor aquella silueta entre la oscuridad de su habitación.—¿Cartman? ¿¡Qué mierda haces en mi cuarto!?

El castaño de inmediato comenzó a sudar frío y le hizo una seña para que se callara.

—No chilles, no es la primera vez que hago esto Kyel, tampoco es para tanto.—Dijo, rodando los ojos, aquella declaración hizo que el pelirrojo lo mirará asombrado y un poco asustado.

—Eso es extraño..—Murmuró, y luego de unos segundos preguntó.—¿Qué quieres? Son las once y media culón.

—Quiero ir a casa bonita.—Afirmó seriamente.

fucking jew [kyman]Where stories live. Discover now