Capítulo 3: De Pequeñas Cosas

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Fic escrito por: braveten

Traducido por: Lilaluux

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Es viernes por la mañana, Victor planea sacar a pasear a Makkachin por el campus para encontrarse con Yurio. Es un día laboral en su escuela secundaria, y ya habían hecho planes ayer por la tarde.

Si no fuera porque...

Yuuri está durmiendo. Son las diez de la mañana, y él está durmiendo, Yuuri no tiene clases los viernes, Victor de eso está bastante seguro, así que está bien. Las reuniones del club de patinaje son los viernes, pero eso no es sino hasta más tarde. Victor no está seguro de por qué se encuentra parado torpemente en la mitad de su habitación, mirando por la ventana en lugar de irse, hasta que se le ocurre que quiere invitar a Yuuri. Quiere presentarle a Makkachin, quiere pasar más tiempo con él, quiere sentarse a su lado en el patio del campus.

Entonces escucha un ruido, alza la vista hacia la cama de Yuuri y ve al chico girándose de cara hacia él, con sus ojos suavemente cerrados y la luz del sol pincelándole las facciones y el pelo, haciéndolo brillar tenuemente. Luego otro ruido.

Oh, así que él habla en sueños.

Quizás Yuuri inconscientemente está intentando hacerlo pedazos.

(Porque, conscientemente, no parecer ser el tipo de persona que haría eso, ¿cierto? Él es simpático, amable y maravilloso, entonces no intentaría arruinar la vida de Victor. Pero luego están estas pequeñas peculiaridades, la forma en que él se toca su cabello o mueve sus labios o habla en sueños, ¡Por el amor de Dios! Y es ahí cuando Victor comienza a dudar de su carácter angelical. Pero quizás es un acto inconsciente. Eso ciertamente explicaría muchas cosas.)

Ya sea lo uno o lo otro, Victor cambia su peso de un pie al otro, evaluando sus opciones.

Podría simplemente irse o podría despertar a Yuuri y posiblemente lamentarlo, puesto que Yuuri no parece ser precisamente una persona mañanera. O podría esperar, lo cual molestaría a Yurio, pero lo valdría. Al final, decide esperar por quince minutos. Si Yuuri no se despierta en quince minutos, se irá.

Salvo que él continua hablando en sueños, y Victor se sienta en la silla de su escritorio, mirando una de las páginas de su texto de tailandés. Sus ojos escanean las palabras pero ninguna se le entran a la mente, se queda atascado repitiendo el mismo párrafo del texto una y otra vez. Ya ha tomado un baño, su cabello aún está ligeramente húmedo, así que se pasa los dedos por él, intentando que luzca medio decente.

Minutos después escucha un bostezo y se da la vuelta, mirando sobre su hombro. Al parecer Yuuri aún no está despierto, pero si a mitad de estarlo, su cuerpo cambia de posición y él rueda sobre su espalda, estira uno de sus brazos, con sus ojos todavía cerrados. Largas, y oscuras pestañas que contrastan contra su pálida piel, su lengua moja sus labios y su otra mano se alza para quitarse de encima el sueño de sus ojos.

—Buenos días —lo saluda Victor, feliz de verlo.

Yuuri vuelve a cambiar de posición, rueda hasta quedar sobre un lado, dándole la espalda a Victor esta vez. Se escucha un sonido ahogado el cual Victor asume fue un saludo. Y no precisamente uno entusiasta.

Victor mira su teléfono, ve que tiene tres mensajes de Yurio advirtiéndole de lo peligroso que es el abandonar a un adolecente de quince años en el campus de una universidad. Luego vuelve a mirar a Yuuri, sonriendo cuando ve al chico estirar los brazos y llevárselos a la cabeza esta vez. Escucha otro refunfuño, uno áspero que suena como un 'hora'.

Cєnτяιpєταl FoяcεDonde viven las historias. Descúbrelo ahora