🍃Capítulo 31

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Dedicado a TI, que aún
continúas aquí. Muschísimas gracias por leer Segundos, te mereces el cielo💖


《⏳》

—O-Oh... — sonrió al escuchar tan hermoso sonido retumbar en sus oídos, acercando su rostro al del menor bajo su cuerpo que dejaba escapar suaves pero incontrolables jadeos, besando sus labios con desespero, ansioso por probar más. — Mhm…

El olor a sexo estaba impregnado en cada rincón de la habitación a muy temprana hora de la mañana. Los gemidos y el chocar de pieles resonaban en todo el lugar.

—Amo escuchar tus gemidos, mezclarse con el choque de nuestras pieles… — susurró sobre los labios del menor, aumentando cada vez más, la velocidad de sus embestidas

El pequeño pelinegro, ajustó el agarre de sus piernas en la pequeña cintura del mayor. Permitiéndole, adentrarse más. Acariciaba la nuca de su prometido, tratando de evitar dejarle marcas rojizas con sus uñas. Cosa que era casi imposible, su pareja de verdad sabía moverse hasta hacerle delirar de placer.

—S-se nos hará, t-tarde… ¡ah!

—Claro que no… — murmuró ronco contra la rojiza piel del cuello, dejando húmedos besos en el transcurso

—O-oh, m-mierda…

Los movimientos se volvieron más salvajes. El menor no dejaba de encajar sus uñas en la espalda contraria, mientras mordía su labio con fuerza, intentando acallar sus gemidos. Pues vivían en un departamento y la última vez, habían recibido quejas de los vecinos que habían escuchado ciertos sonidos.

Entre besos, jadeos y maldiciones. Terminaron en un explosivo orgasmo, uno sobre el otro, tratando de recuperar el control de sus respiraciones.

—¿Estás cómodo? — preguntó sarcástico. Pues ya habían pasado varios minutos y su prometido no se quitaba de encima. Sentía su respiración compasada chocar contra la piel de su cuello.

—Muy cómodo… — murmuró bajito. El contrario rió levemente y llevó una mano a las hebras azabaches, acariciando con tranquilidad.

—Te he notado muy estresado… — dijo sin dejar de dedicar suaves caricias en los oscuros cabellos — espero haberte ayudado…

—Lo hiciste. Gracias, de verdad lo necesitaba…— frotó su nariz contra el cuello — ahora me siento menos estresado…

—Me alegra — sonrió satisfecho

—Esto de la hija de Hoseok & Taehyung, de verdad me tiene mal, me siento responsable de lo que le sucede… — habló en voz baja

—¿No me dijiste que había mejorado durante ésta última semana?

—Su progreso es positivo, pero lento. — volteó su rostro — es mi culpa que la niña esté ahí..

—¿Qué? No es tu culpa, Kookie — llevó su mano libre a la espalda desnuda, dejando breves caricias

—Por supuesto que lo es, Yugyeom — se recargó en sus brazos, levantándose un poco para mirar a su prometido a los ojos — me confié en que la salud de Taehyung y el bebé estaba bien. Si hubiera pensado en hacer otro tipo de ecografía, tal vez habría encontrado a la niña meses antes, le habría recetado algo a Taehyung para que ayudara a la bebé y ahora mis amigos, no estarían pasando por esto

Yugyeom negó silencioso, acunó el rostro de su novio y dejó un pequeño beso en sus labios, dedicándole una pequeña sonrisa y tiernas caricias con su pulgar.

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