Capítulo 14

295 32 3
                                    

-Hey, hey, Gumball...- Grita por el teléfono aún cuando sabe que nadie ha contestado.

Después de escuchar la voz misteriosa y el disparo quiere asegurarse de que está bien, de que todavía no ha muerto. Todos estos años de pelea han logrado que él lo vea verdaderamente como un amigo -independientemente del contrato- nunca había tenido una relación amistosa que no fuera un monstruo o ser demoníaco, y no quiere que eso se vaya al infierno.

Se acerca a la pantalla de su televisor y aparece una figura familiar para sus ojos, está viendo una versión un poco mayor de Flint.

-Ciudadanos de Aaa ¿Cómo están? Mi nombre es Peter Davis...- Evidentemente ese es el padre del tal Davis.-...lamentablemente habrá un cambio en el gobierno de esta Tierra. Seré quien remplazara a su Príncipe Gumball. En unos momentos aparecerán grupos de hombres dirigiéndose a ustedes, no se alarmen, es parte de...

Apaga el televisor, no quiere seguir escuchando a ese sujeto.

-¡Ahhh!

Grita desesperado, todo esto está pasando mucho antes de lo que el había imaginado.

Toma su celular y busca el número de Fionna, podrá estar enamorada de Flint, pero en cuanto sepa el daño que esta ocasionando por no haberlo entregado cuando Gumball se lo pidió, ella hará algo al respecto.

*RUN* *RUN* *RUN*

El teléfono está sonando y Fionna no contesta. Puede ser porque realmente no ha pasado mucho tiempo desde que inició la llamada o realmente no está.

-Lo sentimos, puede dejar un mensaje en cuanto suen...

Cuelga la llamada y vuelve a intentar.

Nada.

Lo hace un par de veces más y nada.

Eso no está bien, en situaciones como está Fionna jamás dejaría su celular apagado o mejor dicho, contestaría cualquier llamada que pudiera significar una emergencia.

¿Pero qué es lo que está pasando?

Lo mejor que se le ocurre es ir a la casa de Fionna. La única persona en este planeta que puede hacer algo es ella.

En el camino ve unos aparatos enormes que lanzan flechas con fuego a lo más cercano que encuentran.

*TOC TOC TOC*

-¡Fionna! -Grita, pero no escucha nada.- ¡Fionna!

Entra con cuidado, asegurándose de que no hay nadie al menos en el primer piso.

-Fionna.

-¡Aquí arriba!- Escucha aliviado.

Vuela hasta el último piso de la casa de árbol encontrándose con una Fionna cubierta casi por completo con una sábana.

-Fionna no es tiempo para...

-¡Marshall no! - Ella la interrumpe pero es demasiado tarde.

Traga saliva al ver el cuerpo desnudo de Fionna frente a ella y se voltea inmediatamente.

-¡Lo siento! ¡De verdad no quise hacerlo! - Se lamenta.

Sin embargo, con ese pequeño fragmento recordará por siempre el escultural cuerpo que ella tiene. Él salido con varias amigas hermosas pero ninguna se compara a Fionna. Bueno, por algo le gusta a Marshall, no es tonto.

También se dio cuenta que lamentablemente Marshall no fue el primero en compartir esa cama, logrando que sienta un vacío en su pecho. Él quería ser su primer todo, pero cuando los vio besándose en la fiesta supo que esa era un posibilidad muy lejana.

-Marshall, ayúdame a quitarme esta soga de las muñecas.

-Pero Fio...

-Me importa un bledo mi presentación ahorita, lo único que me importa ahora es que todo Aaa se va a ir al carajo por mi culpa.- En la últimas palabras se escucha sollozar, nunca había visto llorar a Fionna.

Se acerca de manera veloz a ella arrancando la soga de un jalón para seguido retirarse a la cocina.

Se tapa la cara intentado no recordar el cuerpo de Fionna, pero es imposible, es tan bello que no recordarlo sería morirse en el intento.

A los pocos minutos ella se acerca vistiendo otro outfit completamente diferente al que suele usar en batallas, con la cabeza baja. No está penosa porque la haya visto de esa manera o porque haya visto que ella ya no es virgen, es por otra cosa que no puede descifrar.

-¿Estás b...?

-Flint me engaño.- Ella levanta la cabeza un poco con unos ojos desilusionados.- Jugó conmigo como la estúpida que soy.

-¿Te refieres a qué...?- Deja abierta la pregunta para que ella la responda. No entiende nada todavía.

-Flint sólo necesitaba a alguien que lo protegiera de todos ustedes, y yo lo hice.- Lo mira a los ojos.

Esas delicadas perlas rojizas no deberían estar así.

-Se robó todo lo que tenía. Si tan sólo te hubiera hecho caso cuando nos peleamos las cosas serían distintas ahora, pero me equivoqué Marshall. Yo soy la que no es buena amiga. No sé porque sigo siendo nombrada heroína de Aaa si no pude mantenerlos alejados de seres malévolos como yo. - Se dejar caer en el suelo y llora.

Él le toca la espalda.

-Podemos seguir hablando de esto y sólo quiero que sepas que no me molesta, pero hay un pueblo que salvar.

Esas son las únicas palabras que Fionna necesita escuchar para pararse firme y recta.

-Tienes razón. En marcha.

No saben a donde ir todavía.

-¿Has intentado contactar a Gumball?

-No.- Finge para no derrumbarla de nuevo.

Caminan hacia ningún punto en específico, están afuera de su casa.

-Realmente quiero saber porque nunca me contó de esta Isla, si lo hubiera explorado mucho antes de esto, tal vez me habría dado cuento del tipo de gente que son, ni siquiera estaríamos aquí.

Marshall piensa en la idea de que tal vez ahorita ellos estarían riendo y haciendo bromas en su casa sobre Gumball ¡Ah Gumball! Lo que daría por volver a hablar con ese pedazo de chicle.

-Yo sé porque lo hizo.

-No fueron celos Marshall, él no es así.

-¿Quieres prueba de ello?

-A ver, te escucho.

La toma por la cintura y se le lleva volando a su hogar.

Son buenas noticias que todavía no hayan atacado ahí, es la ventaja de vivir en una cueva alejado de la ciudad.

Entra a su casa y busca en una de las cajas de su sala el contrato que Gumball imprimió especialmente para Marshall.

-Ten esto y por favor...- Lo aleja antes de que ella lo tome.-... no te espantes.

No le toma mucho tiempo hacerlo.

-¿Un contrato? ¿Para que harían un contrato?

-Lee aquí.

-¿Pelear por mi? ¿Por qué...?- No reacciona sino hasta 6 segundos después preguntar. -Espera.

Toma la barbilla de Marshall para asegurarse de que la está viendo a los ojos.

-Marshall ¿Yo... te gusto?

Él quita la mano un poco irritado.

-Sí.- Se voltea para no mirarla.- Ahora lo sabes. Ambos estamos enamorados de ti.

-¿Dónde tienes tus armas?

Sabe que a Fionna nunca le ha gustado incomodar a las personas, por eso el repentino cambio de tema, puede confiar en que al menos no lo molestará con eso hasta que todo esté arreglado.

-Debajo del sillón.- Ella se acerca fugazmente y mete todo lo que puede. Lo que sobra lo reparte entre ella y el vampiro.

-Bien, en marcha.

Fionna, es amor...On viuen les histories. Descobreix ara