Capítulo 16

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Fionna camina por el pasillo directo a urgencias, y logra encontrar a una enfermera debajo de una de las camillas, al menos a ella no la atraparon.

-Quiero que vayas al calabozo con todo y tus herramientas necesarias, el Príncipe tuvo un accidente y necesito que lo socorras por favor.

-Con gusto.-Sale de su escondite y rápido hace caso a su obligación.

-Alguien debe de haber en este palacio, sino ¿dónde demonios están esos tipos?

-Vamos a checar, yo voy enfrente.- Marshall inmediatamente se acomoda pero Fionna le gana.

-Ni creas, si realmente quieres protegerme deberías ir atrás, invisible.

Marshall sabe que eso es mentira, lo mejor sería hacer lo contrario. Pero no quiere pelear con Fionna en esta situación y asiente con la cabeza.

Se acercan al Sala del Trono Real y notan que una de las puertas están abiertas, se acercan cuidadosamente donde una les tapa y ponen atención.

-Hijo, será mejor que hagas algo respecto a tu esposa.- Grita una voz masculina un tanto desconocida.

-No quiero seguir haciendo esto Flint, pensé que teníamos algo.

-Sabes perfectamente mujer que tú y ese niño mugriento son la excusa perfecta para seguir con la monarquía sino, no estaríamos aquí.- Interrumpe la inconfundible voz de Davis.

-A eso me refiero. Pero no podemos..

-Mira, no me interesa un poco lo que estés diciendo, te podré mantener oculta mucho más tiempo y por oculta me refiero a callada. No queremos que nada le pase al pequeño bastardito.

-¡No puedes matarlo!

-Rétame, sabes que puedo remplazarlo con cualquier niño que se parezca a él, a cualquiera le encantaría estar en su lugar.

-Pero...

-Es todo, retírate. -Grita el rey.

Fionna se pega a la pared apretando a Marshall por equivocación. Al acercarse la mujer misteriosa con un niño en sus brazos parece que está apunto de gritar, pero algo le interrumpe. Marshall se deja ver demostrando haberle cubierto la boca cuidadosamente y la quita para dejarla respirar.

-Piedad.- Susurra ella.

-Llévalos al calabozo.-Indica Fionna.

-Pero pidieron piedad ¿No harás nada al respecto?- Frunce el ceño- Realmente no creo que sean malas per...

-El calabozo es el único lugar en este palacio en el que puedo garantizar que no serán atacados, además ahí esta Gumball, quién debería aceptar su piedad es él, no yo. No soy nadie para aceptar eso.

-¿De momento seguimos con vida?

-De momento están en buenas manos.- Fionna sonríe levemente.

Al llevárselos, ella espera impaciente detrás de esa puerta. Tal vez sean sus últimos minutos con vida y quiere aprovecharlos perfectamente.

Marshall. Estúpido vampiro. Todos estos años de juegos con ella sólo eran coqueteos ¿Cómo nunca lo notó? Ríe un poco sin hacer ruido alguno.

-Llegué.- Voltea pero no ve a nadie.

-¿Podrías dejar de hacer eso? Necesito verte para lo que te voy a decir.

Él se deja ver enfrente de ella.

-Dime.

Ella voltea todos lados, siente como si estuvieran a punto de atacarla a cualquier minúsculo ruido o movimiento.

-Sabemos que el Príncipe está ahí, y tal vez el Rey también.

-¿Qué pasa Fionna? - Él deja de volar para estar a su lado, para estar a su altura.

-Noo-no lo sé.

-¿Entonces?

-Esta es una batalla, y es sólo mía, por favor no intervengas.

-¿Qué quieres yo haga?

Fionna se acerca a el y toma sus mejillas poniendo la frente de ambos juntas.

-Pequeño vampiro, sólo hubieras sido honesto.

Baja su cabeza y entierra un pequeño beso en los labios de Marshall Lee. Él no lo acepta.

-No me gusta que sientas lástima por mi, preferiría que no hubieras...

-¿Crees que soy de las que siente lástima? Pensé que me conocí...

Marshall la calla besándola, atrayéndola a si mismo con sus manos en la cintura de Fionna y ella corresponde. Se separan para poder respirar y se abrazan.

-Por favor.- Fionna le susurra al oído.- Sólo no intervengas.

Al separarse se da cuenta que Marshall es invisible y de la nada ya no siente su presencia.

-¿Marshall? ¡Marshall!- Grita lo más bajo que puede.

Ese vampiro le dará un muy buen dolor de cabeza si sobrevive.

Patea la puerta con su arco y flecha en mano.

-Sabíamos que llegarías.- Dicen el Rey y el Príncipe al unísono.

-Oh perdón por mis modales, ¿tengo que hacer una reverencia o ya no hacen eso?- Ríe sarcástica.

Siente un cosquilleo nervioso desde su talón hasta su nuca al ver repleto de guardias el Salón, y pensar que antes se decía así misma que el miedo era algo mental ¡Qué boba ella!

-Es estúpido que vengas sabiendo que aquí hay más de 50 guardias y tu...

Antes de terminar Fionna puede apreciar como cada uno de sus soldados es degollado velozmente sin razón aparente, en un abrir y cerrar de ojos ya no hay nadie más que la Realeza y ella.

-...eres sólo una.- Titubea el Rey al decir esas palabras, asombrado y asustado por la escena que presencia.

Gracias Marshall.

-Voy a ser honesta, me gusta ser buena persona. Te doy la oportunidad de que te rindas ante mi y grites piedad.

-No.- Dicen ambos con una cara arrogante que a Fionna no le queda remedio mas que verla por última vez.

-Sabía que dirías eso.

Fionna, es amor...Where stories live. Discover now