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—Necesito un favor de tu parte —fue lo primero que dijo Des apenas puso un pie dentro de la residencia de la manada de Bristol.

—Tienes agallas si crees que puedes venir a mi casa a pedirme favores después de que tu hijo casi le arranca un brazo al mío hace un año—refutó Azhar con una risa amarga emergiendo de su garganta.

—Ambos sabemos que fue tu hijo quien inició la pelea Azhar, y yo no tuve nada que ver.

—Aun así, ¿esperas qué podamos seguir conservando esta alianza sabiendo que el futuro líder de tu manada y el futuro alfa de la mía no se llevan bien?

—Dejemos los problemas de los muchachos entre los muchachos, ellos sabrán qué hacer cuando obtengan el cargo.

Azhar suspiró con pesadez, sentándose en uno de los taburetes en el bar, ofreciéndole a Des un vaso de cristal relleno con un cuarto de wiskey.

—Bien, dime que es lo que quieres y veré si me interesa.

Des se aclaró la garganta, dándole un sorbo al licor ardiente antes de dejar el vaso de vuelta en el bar y acomodarse el saco.

—Necesito a uno de tus chicos para vigilar a alguien.

—¿A alguien? —se mofó Joel— ¿estás teniendo problemas con la pubertad de ese omega otra vez?

—No, Jonah ahora es problema de Harry.

—Sabia decisión —dijo el castaño, levantando su vaso de wiskey en dirección a Des antes de darle un sorbo profundo. Soltó un sonido refrescante en cuanto vació todo el contenido.

—Tenemos un nuevo integrante, uno importante.

—No esperaba menos de ti. El gran Des Styles no convierte a cualquiera en parte de su manada sin probar su fuerza ante él primero.

—Pero digamos que él y mi hijo han estado teniendo ciertos... problemas. No se llevan bien.

—Y no me sorprende. Tu hijo es una persona un poco... difícil de manjar.

Ignorando ese comentario Des prosiguió.

—El muchacho escapó hoy por la tarde mientras yo me encontraba en una reunión con Hubert Green, es un instrumento valioso no solo para mi manada sino para el círculo, así que debo asegurarme de que esto no ocurra de nuevo.

—¿Entonces qué es lo que quieres de mis muchachos? —preguntó Azhar directamente, cansado de rodeos.

—Escuché que una de tus chicas, Elizabeth, es una excelente guardiana y defiende tu territorio como nadie.

—¿Y?

—Estaba esperando que pudieras prestarla un par de semanas, en lo que logramos presentarle a Niall a los superiores, solo para asegurarnos de que el muchacho no vuelva a escapar y lo mantenga seguro.

—¿Y qué ganaré yo a cambio? —inquirió Joel, cruzándose de brazos— debes estar consciente de que si te sedo a Elizabeth mi territorio quedaría parcialmente desprotegido.

—Lo entiendo bien —asintió Des comprensivo—, y estoy seguro de que el círculo te dará tu debida recompensa cuando les comente que ayudaste a hacer a Niall llegar a salvo con ellos.

—Creo que tengo una mejor idea —respondió Joel, con una sonrisa ladina debajo de su espeso bigote, antes de proceder a explicarle a Des su nuevo acuerdo.

• • •

Harry y Niall permanecían en silencio en el salón de la casa, esperando a que el otro diera el primer paso. Habían estado al menos cinco minutos en completo silencio, sin ruido alguno más que el sonido de los maullidos exigentes de los gatos que aclamaban por algo de comida.