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20

Después del incidente en la gasolinera, Harry no regresó a dirigirle la palabra a Niall. El rubio sabía que estaba molesto, pero él no haría ni un esfuerzo por hablarle al testarudo alfa. Si Harry quería hundirse en su propia amargura, entonces Niall no lo detendría.

Niall no era muy bueno soportando los silencios, y el tenso y brumoso ambiente que se estaba generando entre él y Harry solo incrementaba a medida que el tiempo pasaba, por lo que decidió encender la radio, con intenciones de distraer su mente un rato.

Escuchó Take on me apenas iniciando en una de esas estaciones de radio dedicadas a música vieja. Una apenas notable sonrisa se abrió paso en el rostro de Niall, comenzando a tararear, no tenía palabras para explicar cuanto amaba las canciones de los 80's. Pero rápidamente su sonrisa se esfumó en cuanto escuchó el melodioso sonido de la radio siendo cortado abruptamente y cayendo muerto.

Niall desvió su vista de la ventana y observó a Harry con el ceño fruncido. El alfa se encontraba con una expresión ilegible en el rostro, mientras que concentrado mantenía su atención en la carretera ahora oscura, siendo iluminada por nada más que por las luces de la camioneta y la brillante pintura blanca y contrastante que dibujaba líneas rectas sobre el azabache negro.

—¿Por qué la apagaste? —preguntó Niall, su voz sonando más aguda de lo que esperaba.

—Estoy tratando de concentrarme, no necesito tu desafinada voz cantando feas canciones de los 80's solo para distraerme más.

Niall rodó los ojos, bufando y tirándose sobre el respaldo del asiendo con los brazos cruzados sobre su pecho. Con un puchero formándose ligeramente en sus labios, Niall regresó su atención a la ventana.

—No entiendo por qué te estás comportando como un completo imbécil —murmuró Niall para sí mismo, sin intenciones de que Harry lo escuchara.

Pero desafortunadamente, y con su agudo oído, Harry lo escuchó perfectamente.

—¿Cómo quieres qué me comporte entonces?, ¿quieres que te trate como una delicada flor? Soy tu alfa, Niall, no tu amigo —bramó el castaño—. Tal vez confundiste mi amabilidad estas dos semanas con una ofrenda de amistad, pero no estoy buscando ser cercano a ti ni convertirme en una especie de confidente. Estamos atados en la misma manada, pero no hay necesidad de ser nada más que alfa y subordinado.

Con los labios ligeramente abiertos, Niall observó a Harry con sus ojos ensanchados, aun intentando procesar lo que el castaño había dicho.

Se movió incómodo en el asiento de cuero, tragando saliva. No esperaba ser amigo de Harry, ni mucho menos ser su confidente, pero tenía la ligera esperanza de que sus riñas se terminarían de una vez por todas, comenzando una tregua amistosa. Pero al parecer estaba equivocado.

Niall quería gritar por la frustración, tirar de su cabello, e incluso plantar un par de golpes en el bien esculpido rostro de Harry, pero no hizo nada de eso. No quería darle la satisfacción a Harry de saber que sus palabras le afectaron estrepitosamente, así que el rubio simplemente bufó, se encogió de hombros mascullando un "como sea" y regresó a observar la oscuridad fuera de la ventana.

• • •

Un pequeño bache en la carretera obligó a Niall a despertarse de su tan necesitado sueño, logrando que golpeara su cabeza contra el cristal de la camioneta. Abrió los ojos somnoliento, soltando un gran bostezo y estirando los brazos lo más que pudo en el reducido espacio, arriba de su cabeza.

Observó por la ventana y rápidamente reconoció el camino flanqueado por un espeso bosque. Supo de inmediato que se encontraban ya bastante cerca de casa, y Niall no podía estar más ansioso de por fin terminar con el incómodo viaje sumido en un ensordecedor e insoportable silencio.