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Harry se había entretenido contemplando las fotografías enmarcadas sobre uno de los aparadores en el pasillo. Algunas estaba destrozadas en el suelo, con el cristal esparcido sobre la alfombra, mientras que las que se encontraban en el aparados estaba intactas. Le pareció extraño, pero decidió ignorarlo.

En una de ellas se mostraba una versión más joven de Niall, su sonrisa adornada con brackets y su cabello rubio de un tono incluso más amarillento. Sus ojos achinados debido al flash de la cámara, por lo que no pudo descifrar el color con certeza. A su lado había un chico más alto, castaño y de facciones más toscas se encontraba de pie, el parecido era irrefutable, sin embargo Niall era indiscutiblemente más atractivo, cosa que nunca admitiría frente al engreído rubio.

Harry se puso en cuclillas para apreciar las fotos rotas en el piso, en una de ellas un adolescente de cabello marrón con un afelpado y cómodo suéter de lana se encontraba de pie tras un micrófono, mientras que en el plano principal un niño más pequeño y de vestimenta similar se encontraba sosteniendo una guitarra de juguete.

El cristal se había roto justo sobre la cara del más pequeño de los niños, por lo que Harry no pudo apreciar su rostro, pero estaba casi seguro de que se trataba de Niall.

Harry estuvo a punto de sacar la fotografía del marco por la mera curiosidad de saber cómo lucía Niall a los cuatro años, cuando de repente un sonido feroz retumbó contra las paredes. Harry corrió con agilidad a través del pasillo hasta que llegó a la habitación.

Ahí se encontró con el robusto y fornido cuerpo de lo que parecía ser un vampiro (por la falta de olor a sangre en el hombre) sometiendo contra el suelo al evidentemente más pequeño Niall, quien a pesar de mostrar sus fieros colmillos y patalear como niño pequeño, aún con la tremenda fuerza que los neófitos adquirían las primeras semanas de vida y sus constantes forcejeos, no se comparaban con la inhumana fuerza del vampiro.

Harry no lo pensó dos veces antes de abalanzarse sobre el intruso, y lo único que Niall pudo ver antes de cerrar los ojos con fuerza, fue una sombra animal de pelaje marrón tomar la chaqueta del extraño entre sus fauces, retirándolo así de Niall.

El lobo de inmediato tomó el dominio sobre el vampiro, sometiéndolo ante él y mostrándole sus caninos grandes y afilados, diseñados y listos para desgarrar carne. El aliento y la saliva del colosal animal rebotando contra el rostro del vampiro, sin embargo, el lugar de demostrar miedo, una sonrisa burlona se extendió sobre el rostro del extraño, haciendo enojar más a Harry y arrancándole un gruñido desde el fondo de su garganta.

—No importa cuantos de ustedes lo protejan —dijo, refiriéndose a Niall—. Más van a venir por él, y no van a detenerse hasta que esté muerto...

Harry no lo dejó terminar, pues con bestialidad atrapó la cabeza del hombre entre sus fauces y la aplastó como si se tratara de una simple uva.

El cuerpo de Niall tembló y sus labios soltaron un jadeo. Encogió sus piernas hasta su pecho y abrazó sus rodillas en cuanto la sangre comenzó a correr en su dirección. Sus oscuros irises de color negro temblaron ante la visión de Harry, con sus colmillos manchados de sangre y su hocico arrugado ante los gruñidos.

Niall tomó su mochila y el estuche de su guitarra con movimientos torpes antes de ponerse de pie y salir corriendo de la habitación, caminando con cautela sobre el cadáver de lo que solía ser un vampiro. Corrió escaleras abajo y escuchó el maullido en cuanto tocó el picaporte de la puerta. Vio los ojos verdes del gato con lástima, la manera en que miraba a Niall expectante y como su cola se balanceaba de un lado al otro con elegancia.

Los ojos de Niall vagaron por la sala de estar, como si estuviera buscando entre sus muebles una respuesta. Soltó un suspiro resignado antes de inclinarse con vacilación para recoger al gato. ¿Qué clase de padre sería si abandonaba al gato que robó en una casa vacía con el cadáver de un vampiro? Aunque Niall estaba seguro de que Edward IV terminaría comiéndose las entrañas del intruso, no quería que la anciana pensara que era un mal dueño.

savage; nsWhere stories live. Discover now