Decimoctavo.

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"Reordenaré las estrellas, y las bajaré hacia donde tú estás. Lo prometo, lo haré mejor. Con cada latido que me queda, defenderé cada respiración tuya. Prometo que lo haré mejor. Suavizaré cada borde, sostendré el mundo en su mejor momento. Prometo que lo haré mejor. Con cada latido que me queda, defenderé cada respiración tuya. Lo haré mejor." -Light, Sleeping at Last.


Mientras Harry se recupera (que tomará como, un montón de maldito tiempo, según el doctor) él como que cae, un poco. Está completamente resignado ahora, ni siquiera intenta no tomar las pastillas o permanecer despierto cuando no puede hacerlo, pero lo está intentando y cuesta y a veces, solo a veces, Louis no está allí.

Él se encuentra con esta cantidad de notas pegadas en el refrigerador o en las escaleras o en la televisión si es que no está, diciendo que salió a pasear a Clifford (con su teléfono celular, siempre en pequeño abajo) o que fue a visitar a su familia o está entrenando. Louis se lo ha dicho, enserio, todo lo que Harry es para él y que, aunque quisiera, él no podría moverse demasiado lejos de él por más que fuera necesario, y es lo que está haciendo.

Harry puede sobrevivir con eso, un poco. Él duerme la mitad del día y se mantiene despierto en horas inhumanas, es vago y lento y agotador de solo mirar. Se pasea por todo el departamento sin salir más que a la terraza solo con piyamas o con ropa demasiado grande para él y eso es todo, él no está bien (y ahora puede aceptarlo) pero sabe que estará mejor eventualmente.

Pocas veces, entonces, Louis está despierto para él. Cuando lo está, sin embargo, es su parte favorita.

— ¿Crees en Dios?

La luna acaricia los extremos del rostro de Louis, medio dormido, medio con él, y más sincero que nunca. Harry siempre creyó que la oscuridad y el cansancio es una muy buena combinación para poder espantar las mentiras, que cualquier persona podría revelar sus más oscuros secretos en la oscuridad y, quizás, él podría saber los de Louis, pero esto, hablar, es algo más.

Entonces, Harry ve la luna acariciar el mohín en la boca de Louis, dándole una suave curva pronunciada entre sus labios, acariciando la piel acaramelada de un color grisáceo y mezclándose entre la reciente barba que pica en su mandíbula. La noche se refleja en sus ojos de un color acuoso y cristalino, brillando como pequeñísimos reflectores en su interior y mezclándose pequeñísimas cosas, como la curva de su nariz y las puntas de sus pestañas.

Desde el fondo de su garganta, Louis larga un sonido bajo y pensativo.

—Me gusta creer en algo, pero acepto que es solo por miedo de pensar que en realidad estamos solos. —dice, y hay tanta sinceridad en sus palabras que golpea a Harry como una patada, el hecho de que él realmente confíe tanto en él solo como para hablar sin estar seguro de que él lo entienda.

— ¿Miedo?

—Sí, ya sabes, de algo que nos está sosteniendo. —está boca arriba, y su pecho se expande bajo las sábanas como un río de piel caliente. Estira sus manos unidas hacia el cielo, jugando con el rayo de luz artificial de color anaranjado que se mezcla entre las cortinas del cuarto y se pega a sus dedos unidos. —Como, todo esto, estar solos en un universo infinito es muy aterrador. Pero creer en algo superior, que puede controlarlo, lo es también, así que sí: creo, pero solo porque me asusta.

— ¿Y no crees en los ovnis, tampoco?

— ¿Tú no? —a pesar de que murmulla, muy bajito, como si pudieran molestar a alguien en su gigantismo departamento, él parece indignado. Gira sobre sí mismo, doblando su mano un poco y colocando su mano sobre su cabeza. La luz de la noche ahora golpea su espalda y Harry quiere verla, pero se conforma con sentirlo cerca, un poco, el calor de su pecho desnudo adormeciéndolo y su contorno suave rodeado de una suave luz fría. Sus ojos siguen brillando. — ¿No crees en la vida inteligente, Harold Styles? ¿Realmente?

Walking in the Wind.Where stories live. Discover now