Decimocuarto.

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"Dicen que: un hogar es donde tu corazón está tallado en la piedra, en donde vas cuando estás solo, en donde van a descansar tus huesos. No es solo donde reclinas la cabeza, no es solo donde tiendes la cama. Siempre y cuando estemos juntos, ¿qué importa a dónde vamos?" -Home, Gabrielle Aplin.

Harry despierta sudado y gruñendo en voz baja, sus ojos doliendo por lo apretado que estaban y sus puños cerrados en las mantas a su alrededor. Está respirando fuerte y rápidamente, exhalando cuando sus ojos se abren de golpe.

Había soñado.

Los brazos que envuelven su cintura parecen una prisión, lo están enjaulando y lo están llevando lejos. Harry siente el pánico pastoso subir lentamente por su garganta, deslizándose en un grito ahogado cuando se da cuenta, tan lentamente como una tortuga que, en realidad, él no está solo.

Es Louis.

Louis lo está abrazando.

No hay nadie más que él.

Se obliga a calmarse, aflojando sus dedos como garras que apretaban el antebrazo de Louis en su cintura. El sudor frío de su cuerpo se enfría por cómo había apartado las mantas bruscamente al despertar y, en ese momento, el frío es bienvenido. Su cabeza se despeja como si alguien estuviera apartando telarañas del camino y luego, Harry está tranquilo otra vez, dócil y pequeño en los brazos de un Louis completamente dormido, totalmente ignorante a la pesadilla que lo había empujado lejos del sueño.

Observa, con ojos fríos, la habitación iluminada por el sol dorado de la mañana y cómo Clifford duerme en una esquina de la cama. Harry lo mira con ojos pesados. Cliff tiene sus patas levantadas hacia arriba, su gigante cuerpo ocupando casi la mitad de cama y roncando un poco. Su pelo se dispersa sobre la manta como un vaho a su alrededor y Harry encuentra, extrañamente, los montones de paz y tranquilidad que le faltaban para dejar que sus hombros caigan otra vez sobre el colchón.

Harry parpadea lentamente hacia el techo antes de soltar un leve respiro, apartando los cabellos que se pegan a su frente por el sudor helado con su mano temblando y riza sus dedos alrededor de la muñeca que se aferra a su estómago. Sus dedos se hunden en la piel suave de Louis, dorada y blanda, y cuando lo eleva un poco parece un ancla contra sí, girando un poco en su brazo, tan lento como puede para no despertarlo, y gira un poco el rostro para ver a Louis acurrucado en su espalda.

Los miedos que rodean a Harry huyen despavoridos cuando lo ve.

Mirándolo, él nota que todo a su alrededor realmente está tan unido a él como él mismo solo lo está. Observa las cosas pequeñas a su alrededor porque, quizás, cuando estaba encerrado en un lugar donde no era su hogar, él podía notar todas esas cosas para mantenerse en el suelo sin una mano que lo sostuviera.

Él mira, con parpadeos lentos, la forma en la que el sol acaricia las hebras del pelo suave sobre la cabeza de Louis, despeinado y salpicado sobre sus párpados cerrados y frente. Es fino y parecen hilos de caramelo sobre la piel dorada iluminada vagamente por el sol virgen todavía. Él observa las pestañas castañas que se curvan sobre los pómulos filosos, las pequeñas partículas del aire atrapadas en las esquinas de sus ojos y que bailan frente su rostro, se apegan a su piel y se giran en infinitos que Harry no entiende en las largas pestañas de Louis.

Harry lo toma todo. Él está tranquilizándose bajo la comprensión de sus labios entreabiertos, de los suspiritos dormidos que se escapan de su interior, como si todo en sí mismo fuera demasiado grande para atraparlo en su pecho. Él lo observa con ojos apagados y el cariño enmarcado en su iris verde, pero, al mismo tiempo, solo lo mira como alguien enamorado lo haría. Harry cruza el patrón de las pecas rosadas sobre sus mejillas con sus ojos, salpicadas en sus mejillas, mentón y cuenta cuatro veces los tres pequeños puntos oscuros en su pómulo izquierdo. Bebe de los pliegues de sus labios y de la sombra de las arrugas de su sonrisa en la comisura de sus ojos como si fuera la paz empaquetada al alcance de sus manos, y parpadea ante la comisura de su boca, el pliegue de su mandíbula, el largo de su cuello y la piel firme de su mandíbula.

Walking in the Wind.Where stories live. Discover now