—ahora Aiden quiero que hablemos de tu infancia, que hacías cuando eras pequeño, que te hubiese gustado hacer que no has hecho—dijo la mujer.

—yo ummm limpiaba, cocinaba, todo el día me levantaba a las cinco y me dormía tarde, en ocasiones también hacia las tareas de arte de Max porque sabia que dibujaba bien, me castigaban mucho, asique cuando no hacia algo malo normalmente estaba en el sótano que era mi habitación—dijo Aiden en voz baja, Jayden sintió su corazón hacerse pedacitos.

—¿Qué edad tenías entonces? —dijo la mujer.

—siete años o mas, en realidad cada año era igual desde que tenía cinco yo no me fijaba que día era, si acaso sabía el año— admitió el menor en un susurro.

—¿eran tan crueles contigo cuando eras pequeño como cuando creciste? —dijo la mujer.

Aiden asintió con la cabeza.

—los castigos solían ser los mismos, supongo que solo se intensificaron porque comencé a curarme y cuando era pequeño no pasaba—dijo el rubio.

—Max no siempre fue malo, el solía ser agradable cuando éramos pequeños, no le gustaba mirar cuando me castigaban, pero el Alfa lo obligaba, después el comenzó a disfrutarlo y fue cuando se puso creativo supongo—dijo recordando a Max.

—¿Max te hacía mas daño que el resto? —pregunto la mujer.

—No, le gustaba humillarme y torturarme, pero eran cosas simples, latigazos, quemaduras o así—dijo el menor, Jayden lo miraba con asombro, ¿ESAS ERAN COSAS NORMALES? Pensó el castaño.

—entonces el Alfa era el peor—dedujo la mujer.

—Si, sus golpes eran mas fuertes, todo lo que me hacia era peor —dijo Aiden recordando el pavor que le daba cuando el Alfa lo llamaba.

—¿alguna vez trataste de defenderte? —pregunto la mujer.

—no, nunca, cuando era pequeño talvez patalee o algo, pero conforme los años pasaron simplemente acepte mi lugar y deje que hicieran lo que tenían que hacer no tenia punto que me defendiera yo no me puedo transformar en lobo y tampoco soy fuerte, era una pelea perdida—dijo Aiden siendo sincero. Claro que había peleado, cuando era un pequeño de cinco años que no comprendía lo que sucedía, pero los años pasaron y el se acostumbro a su vida tal cual era, no recordaba lo que era jugar o divertirse hasta que al fin se convirtió en lo que los Fierce quería, un esclavo que era consiente de su condición.

—¿pero tu si sabes que lo que te hicieron estaba mal? —pregunto la mujer.

—ahora lo se, pero cuando estaba allá no, pensé que lo merecía—dijo en voz baja.

—bueno pues no es así, no solo no lo merecías sino que lo que esa manada te hizo, era incorrecto, ninguna persona debe vivir así ni ser sometida de esa manera, tu tienes derechos y la gente debe respetarte—dijo la mujer, Aiden la miro tratando se pensar en si mismo de ese modo.

—esta es una lista de derechos que todo menor de edad tiene, Jayden te dejo de tarea leérselos —dijo la mujer.

—ahora hablemos de cosas que te hubiese gustador hacer mientras eras pequeño, nunca es tarde para experimentar—dijo la mujer.

—no lo se, dibujar, pintar, correr, brincar, ir al parque, aprender a andar en patineta o patines, bailar, jugar, comer helado, ir al cine—dijo el menor, Jayden se sorprendió de todas las cosas que quería hacer Aiden, ellos lo sacaron de su encierro pero lo habían ayudado a vivir, pasaba encerrado en esa casa, ahora que todos sabían del menor significaba que podía ir al exterior.

—Jayden tu segunda tarea, ayuda a Aiden a revivir una infancia verdadera, como va a aprender a vivir en el mundo si no lo conoce—dijo la mujer, Jayden asintió mientras las mejillas de Aiden se sonrojaban, no quería ser una carga para Jayden.

—bien Aiden creo que es todo por hoy, nos vemos en cinco días y espero que ya hayas hecho varias de las tareas—dijo la mujer tomando sus cosas y levantándose.

—vaya tenemos mucho por hacer—dijo Jayden mirando al techo.

—no tienes que, yo solo dije cosas por decirlas, así estoy bien, esto es mas que bueno, lo prometo —dijo Aiden nervioso en vos baja, con una expresión de preocupación.

—oye, quita esa cara, sabes que no me molesta dedicarte tiempo, además estas son cosas que tenemos que hacer, si o si no dejare que vivas una vida sin saber andar en patineta, yo te voy a enseñar— dijo el mayor tomando al niño y jalándolo hacia la cocina, comenzarían con el helado eso es seguro.

Mientras Jayden se encargaba de la infancia de Aiden, Cara y Noah planeaban una cita romántica para el día de San Valentín que seria en unos días.

—Creo que es tierno que salgas de tu mundo de guerra para hacerle una cita del día de los enamorados—dijo Cara.

—no es joda, quiero hacer algo especial, me he concentrado tanto en mantenerlo a salvo que olvide que me necesitaba en otros aspectos, aunque al menos se que Jayden me cubre—dijo el castaño.

—cierto, tienes que dejarme a mi novio el día de San Valentín se la pasa tan preocupado por ti que ni siquiera me presta atención —dijo la rubia.

—exacto por eso debemos planear la mejor cita—dijo Noah.

—¿Qué tal el cine? Podemos rentar toda la sala, ustedes adelante porque se que Aiden va a ver la película y nosotros atrás porque eso es lo ultimo que haremos —dijo Cara.

—ughh no, en todo caso mejor rentemos salas distintas, además yo pensaba en una tarde en el parque de juegos y después el cine, al final una cena romántica en la terraza de la casa del lago—dijo Noah.

—mierda tu idea es mejor que la mía— dijo Cara.

—obviamente, que te parece una cita doble y la cena será en cada ala de la mansión, es decir tu y Jayden al este y Aiden y yo al Oeste—dijo Noah.

—suena bien, es paranoico no se va a quedar tranquilo si no ve que estés bien y al final cada uno a su nidito de amor— dijo haciendo un corazón con las manos.

—lleven condones —dijo Noah viendo en los ojos de Cara que esa noche no iban precisamente a dormir.

—una mujer preparada vale por dos, no salgo sin ellos —dijo sacando un par de su bolsillo.

—oh dios, mejor comencemos a reservar todo lo que ocupamos—dijo el castaño con Cara riendo por el rubor en su rostro.

The Broken Omega (Terminada)Where stories live. Discover now