-Pero...

-Nada de peros, no tienen otra opción más que aceptar.

Lo escuché suspirar y luego sus pasos acercándose, creí que estaba marchándose pero sentí su mano colocarse en mi cabeza por encima de la cobija en una forma de cariño. -Estaré cerca por si quieres hablar o por si necesitas algo, cualquier cosa, cariño.

Escuché a todo el mundo salir después de afirmar que estarían pendientes de mí, todos a excepción de Jacob se habían ido y, aunque agradecía eso, hubiera preferido quedarme en soledad realmente.

A veces mis pensamientos se descontrolan al punto de hacerme desear perder los recuerdos, sólo la parte que me atormenta de ser posible, de no serlo, no me importaría pasar de nuevo por la etapa de sentir que viví años sin vivirlos.

Perder todos los recuerdos de este año me dolería, pero no tanto como lo hace tenerlos.

-¿Puedes destaparte?

-No.

-Por favor. -Pidió tranquilo, conozco de sobra su paciencia que parece infinita así que descubrí parte de mi rostro, sólo hasta mis ojos. Estaba parado al pie de la cama, caminó lento hasta mí y se sentó a mi lado en la cama, dejó un beso cariñoso en mi frente y abrió los brazos, a la espera de un abrazo que yo necesitaba más que nadie, más de lo que me gustaría admitir, así que lo abracé. En su cálido sostén, no pude evitar volver a romper en llanto.

Aunque me sienta mal de hacerlo, a veces pienso en que todo lo malo que me ha pasado en todos estos meses no hubiera pasado si no me hubiera enamorado de Abraham o si me hubiera alejado completamente de él al saber que estaba rodeado de vampiros y hombres lobo.

Pero tengo que ser totalmente sincera conmigo misma, aún si hubiera sabido que todo esto pasaría, no me hubiera alejado de él, ya lo quería demasiado como para alejarme, como para perder su cariño, su amistad y su compañía.

Los recuerdos llegaron nuevamente haciéndome temblar entre los brazos de Jacob, sentía de nuevo todos y cada uno de los sentimientos que me envolvieron en ese momento, los siento como si de nuevo lo estuviera viviendo y me estremezco del dolor que los recuerdos traen consigo.

Él me abrazó y me contuvo con fuerza cuando yo intentaba alejar esos recuerdos y sentimientos que no dejan de hacerme sentir devastada.

Siempre que me siento mal, sin importar a que punto, Jacob es capaz de hacerme sentir mejor, hablando, con un abrazo, me hace sentir segura y protegida. No de la manera en la que me siento con Abraham, con él es diferente, como si en verdad fuera mi papá, justo ahora que el real está odiándome, desearía que Jacob lo fuera.

-No llores más, tranquila... -Susurró. -Si no quieres hablar de eso, lo entiendo, no tienes que hacerlo, no voy a obligarte y menos viendo lo mal que te pone, tranquila, hija.

Se recostó a mi lado y me dejó llorar en su pecho cuanto quise, sintiéndome fuera de mí, sin el control de calmarme y eso me molesta mucho. Me siento frágil y pequeña y estúpida.

No quiero sentirme toda la vida de esta manera aún si lo merezco, no lo quiero. No lo quiero porque quizás es mi culpa pero tal vez no lo es y no podré estar segura nunca, no tendré nunca la respuesta que deseo.

Me siento destrozada y llorar no me hace sentir mejor.

-¿Te sientes mejor?

-Sí. -Mentí aunque no fuera correcto. -Gracias.

-Trata de dormir, ¿de acuerdo? -Sugirió levantándose. -Estaré aquí por si necesitas algo, cualquier cosa.

Asentí aunque no tan segura, me acomodé mejor en la cama y cerré los ojos, sintiendo como el ritmo de mi corazón se aceleraba con el pasar de los segundos, al mismo ritmo de las imágenes que se reproducían rápidamente en mi mente. El terror llegó hasta un punto en el que sentía el latir de mi corazón torturado en todo el cuerpo, en la cabeza, los oídos, las costillas, sufriendo por su retumbar que no se detenía, sino que iba en aumento.

Peligro. |TERMINADA|Where stories live. Discover now