—Tae Hyung. 


—¿Puedo preguntarte por qué estás con mi novia? —preguntó Tae.


—Tae... —murmuré. Agarré su brazo y lo apreté pero no me hizo caso. Ji Min me miró y luego a Tae.


—¿Por qué no me dices tú porque crees que estoy con ella?


—Ji Min, por favor —dije. Ji Min me miró de nuevo. Me estaba mirando tanto tiempo que estaba empezando a ponerme incómoda. Tae apretó su agarre a mi cintura. 


—Tío, deja de mirar a mi novia —dijo Tae y Ji Min dejó de mirarme. 


—¿Por qué? ¿Ella es tuya?


—Por supuesto que ella es mía —contestó Tae.


—¿En serio? ¿Por cuanto tiempo?


—¡Ji Min! —grité y él se rió.


—Estoy bromeando, gatita —dijo. Miró a Tae y le dio unas palmadas en el hombro y se marchó.


Tae Hyung me soltó pero no se movió de su sitio. No me atrevo a mirarle directo a los ojos porque tengo miedo de ver que está decepcionado de mí. Aunque no estoy segura sé que está enfadado. 


—¿Ni siquiera vas a mirarme? 


Agité la cabeza mirando el suelo.


—¿No vas a decirme que está haciendo Ji Min en la mesa y por qué te está hablando? —preguntó. Odio mentir a Tae Hyung, pero tengo que hacerlo. Le miré.


—Tae Hyung, Ji Min solo me estaba diciendo algo sobre la clase. Deja de preocuparte por eso —dije y él frunció el ceño.


—Ji Ah, la última vez que Ji Min se convirtió en nuestro tema mi amigo dijo que tu estabas con él en la carrera que ni siquiera pensaste en decirme. ¡¿Cómo debería dejar de preocuparme?! —dijo alzando un poco la voz.


—Tae Hyung no hagas una escena por favor. Tengo hambre, ¿no podemos comer primero? —pregunté pero su expresión no cambió. No dijo ni una palabra. Me sentí un poco mareada y pasé la mano por el rostro. 


—Incluso te llamó gatita.


—Tae Hyung, por favor cállate.


—¿Ahora me estás callando? —mofó. Me acerqué a él y le agarré en ambas mejillas.


—No, mi amor. Lo siento. Es que me duele la cabeza.


—¿En serio? ¿Estás usando esa excusa conmigo? —dijo y le solté. 


—¿De-De qué estás hablando?


—Siempre eres así cuando nos peleamos. Siempre sales con algo porque sabes que no voy a soportarte. Lo que sorprende es que uses tu salud como excusa para que no nos peleemos. 


—No puedo creerte ahora, Tae.


—Y el sentimiento es mutuo —dijo y sentí mis ojos humedecerse. Agité la cabeza y cogí mi mochila antes de dejar a Tae Hyung. 


No tengo derecho a hacerme daño porque merezco todo el enfado que siente Tae Hyugn ahora mismo. No debería de dolerme porque merezco todo lo que ha hecho. Es lo que quiero después de todo, que me odie. Pensé que estaba preparada para el dolor pero aún así me duele. 


Salí rápidamente de la cafetería. Prefiero romperme sola que dejar que alguien vea mi dolor. 


Paré de caminar cuando alguien me jaló de la muñeca y me pegó contra su cuerpo. Tae Hyung rápidamente me rodeo por la cintura y hundió su rostro a mi cuello. 


—No voy a disculparme por estar celoso. Lo sigo estando. Estoy celoso porque te amo y no te quiero compartir con nadie —murmuró y mordí mi labio. Sus palabras, su voz... es tan ugh. Es demasiado perfecto. 


Tan perfecto. Tan surrealista. ¿Cómo puede alguien perfecto como él, amar a alguien simple como yo? ¿Por qué yo? ¿Qué tengo yo que no tiene nadie? 


Tae se separó de mí y me acarició por el cabello.


—¿Aún tienes hambre o quieres irte a casa? 


—¿Los dos? —contesté y él sonrió. Se inclinó para darme un beso en la frente y me agarró de la mano para ir hacia aparcamiento.



Rompecorazones | BTSOù les histoires vivent. Découvrez maintenant