Capítulo 4

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Bellamy:

Clarke me llevaba al campamento a cómo podía, trataba de sacar fuerza de algún lado, pero no podía , por ratos me sentía mareado, pero no podía dejarme vencer por Clarke.

—¡Hey Alex ayúdame!— gritó Clarke a un chico castaño cuando llegamos al campamento, el chico vino trotando y cuando me vió , entendió la situación, uno de mis brazos pasó por encima de su hombro y me llevó directo a la enfermería, la cual era una tienda y , con mucho cuidado, Álex me dejó encima de una improvisada camilla y salió de la tienda.

Clarke me ayudó a sentarme y sentí como su mano cogía el borde de mi camiseta, con mucho cuidado, lo fué levantando y sentía como tomaba su tiempo para retirarla.

—Hey.. princesa, pensé que querías ir paso a paso— dije con una sonrisa, ella río ante la broma pero luego su semblante cambió a uno serio, y luego a uno aliviado. Era asombroso poder ver como sus facciones se relajaban, tensaban y volvían a relajarse en tan sólo un par de segundos.

Con mucho cuidado, Clarke pasó un trapo mojado por la herida, ardía demasiado, pero no pensaba hacerlo notar.
—Sólo te rozó la bala— habló Clarke aliviada, terminó de limpiar la herida y yo traté de levantarme.

—Aún no— puso su mano en mi pecho —¿A dónde piensas ir?  No puedes ir por ahí con una herida así—  habló preocupada mientras trataba de empujarme con su mano para sentarme.

—¿Vamos a tu tienda?— reí al ver la expresión de Clarke, la cuál era confusa y luego sonrojada —Nadie se atreve a molestarte.

Clarke asintió con la cabeza y fuimos a su tienda. En el camino, pude ver cómo las personas del muro seguían trabajando en el.
Cuando llegamos a su tienda, me senté en el suelo ya que me sentía cansado, ella se sentó a mi lado y miraba a un punto muerto, no podía dejar de mirarla.

—¿Qué pasa?— habló nerviosa, evitando mi mirada, ella empezó a rebuscar algo en su mochila. Barritas energéticas. Me tendió una barrita y comimos en silencio.
Luego de terminar la barrita, tomé a Clarke por los hombros e hice que apoyará su cabeza en mi hombro.

—¿Crees que podamos manejar todo esto?— pregunté refiriéndome a los terrestres.
—Bellamy, nuestra gente no está sola, te tienen a ti y a mí, así no esté yo, tienen a un gran líder, el mejor de todos, que no sólo piensa en sus amigos, piensa en todos los que conoce e incluso en los desconocidos. En este tan poco tiempo que estamos aquí en la tierra, los motivaste con tan solo decirles que van bien. Tú los inspiras, Bellamy— finalizó con una sonrisa en la cara. Le devolví la sonrisa pero luego todo se tornó serio.

—¿Cómo empezó lo tuyo con Finn?—  pregunté serio y a la vez con algo de vergüenza. Pude ver cómo el rostro de Clarke cambió.


Clarke:

Me quedé callada al escuchar la pregunta de Bellamy, sinceramente no quería responder ni hablar sobre ese tema, pero una vocecilla en mi cabeza me decía : "La sinceridad es la base del amor y la confianza".

Estaba en clase de historia, una de las peores clases que se podía dictar en el arca, pero había alguien que hacía de esas clases de historia no sean aburridas, ese alguien era Finn . Hacia mucho que nos conocíamos, había algo de atracción entre nosotros pero nadie se atrevía a dar el primer paso. Todo se basó al principio en juegos e iba muy bien así. Fué en el "Día De La Unidad" en la que Finn me pidió una oportunidad, y claro que no lo negaría.
Nuestra relación fué hermosa, aún recuerdo nuestro primer beso, fue en en el comedor.
      >>Aún recuerdo cuando nos saltábamos los toques de queda y nos quedábamos en el ventanal viendo la tierra. Todo iba de maravilla hasta que..- me detengo a tomar una bocanada de aire- Un día, en las prácticas de los nuevos guardias, dispararon a uno en la pierna y yo ayudé a mi madre a curarlo. Recuerdo que sólo le sonreí porque estaba nerviosa, nunca había ayudado a algún herido de bala, Finn estaba parado en la puerta de la enfermería, cuando salí de ahí, él me llevó a rastras a su habitación y lo único que se escuchaban eran gritos, el estaba molesto conmigo por lo sucedido ahí adentro. Yo le decía que sólo era nerviocismo, pero cuando hay celos, nunca escuchas la verdad. Le dije que era mejor que nos tomemos un tiempo para analizar todo, no pensaba seguir así. Y fué en ese tiempo cuando te conocí- sonreí a penas , mis ojos ya ardían- luego de ser arrestada, el llegó a mi celda y me dijo cosas horribles, fué tan horrible que los guardias tuvieron que sacarlo de ahí- terminé de contar con lágrimas en los ojos.
Bellamy me atrajo más a su cuerpo tratando de consolarme.

—¿Prometes que no pasaremos por eso?— pregunté con la voz rota.

—Nunca— respondió y me besó de tal forma que me sentía en las nubes, todo lo que había pasado ya no existía en ese momento, me sentía bien. Nos separamos por la falta de aire pero ambos queríamos más de cada uno, poco a poco la ropa fue desapareciendo y dejamos que nuestros cuerpos se hicieran uno.

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Ya había amanecido, recién íbamos tres días y lo que había pasado en el campamento era mucho. Con mucho cuidado, quité el brazo de Bellamy, que estaba en mi cintura y empecé a vestirme. No quería despertarlo, él debía de descansar , pero cuando pude darme cuenta, el también se estaba vistiendo.

—Deberías descansar— hablé mientras terminaba de amarrar mis botas.
—Debería, pero ya no quedan barritas energéticas— dijo mientras se colocaba la camiseta.

—¿Saldrás a cazar?— pregunté alarmada —Recuerda que hay terrestres afuera..— hablé mientras lo miraba.

—Estaré bien, lo prometo— dijo Bellamy acercándose.

—Ten cuidado¿Si?— Bellamy besó mi cabeza y salió de la tienda y yo, tras él.

Me acerqué al grupo que se encargaba de los muros, habían avanzado mucho pero aún faltaba la puerta.

—Hey ¿Cómo van?— pregunté al chico con pecas que miraba una hoja.
—Para empezar, soy Noah— habló en tono brusco.
—¿sabes hacer una puerta?— preguntó.

—Claro que no pero..—Entonces vamos mal— me cortó.

—¿Porqué no tomas pedazos de la nave, las piezas y luego lo unes con el muro?— sugerí.
—Buena idea— me miró y empezó a dibujar algo en el papel, me alejé lentamente del chico y fui a ver a la chica  que se encargaba del agua.

—¿Van bien?

—Si con bien te refieres a que todos nos morimos de hambre y sed, pues sí, vamos bien— respondió irónica.

De pronto, las pulseras empezaron a emitir un pitido muy agudo, las agujas que estaban clavadas en nuestra muñeca, empezaron a meter un líquido en nuestra piel, ardía demasiado, nadie sabía que sucedía, todos se miraban alarmados, el pitido paró al mismo tiempo que el líquido dejo de ingresar a nuestros organismos.

—¡¿Están todos bien?!— grité, todos respondieron que sí.

Mientras todos seguíamos atontados por lo sucedido, el clima nos tenía algo preparado, nuestra primera lluvia.

Las gotas de agua empezaron a caer poco a poco, todos de asustaron y entraron a las tiendas, yo lo hice, pero luego salí a sentir el agua , era lluvia normal, todos, al darse cuenta que la lluvia era inofensiva, salieron de las tiendas y empezaron a saltar y sonreír de alegría, "nuestra primera lluvia en la tierra" repetía en mi mente, pude ver cómo los encargados del agua empezaron a recolectar toda la lluvia posible, mientras que otros, sólo decidieron seguir con lo suyo.




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