Demon; M.Yoongi

15.1K 449 39
                                    

Era como una ilusión, su piel blanca y brillante, sus manos con un toque azulado debido a las fuertes venas que se remarcaban en ellas. Tallando aquellas gloriosas manos como si los ángeles hubiesen puesto el mayor de sus empeños en construirlas.

Sus gatunos ojos, analizándome, cada vez que me tenía donde quería. Cada vez que sonreía de esa forma o cuando me miraba tan enfadado que podía jurar que sus pupilas se volvían de un color rojo sangre aterrador.

Él era todo magia, todo perfección. Era quien podía lanzarme directamente al cielo con una sola caricia de sus cálidos labios.

Para luego dejarme caer al suelo de una manera estrepitosa y dolorosa. Sin importarle si me rompía, sin importarle si rogaba. Solo él me tomaba cuando él quería, solo él decía cómo y cuándo serían las cosas.

E inevitablemente, siempre se lo condecía.

Porque Min Yoongi podía elevarte al cielo, pero sin lugar a dudas, rogarías, con tus rodillas magulladas y llenas de sangre, rogarías por él y porque te arrastrara al infierno.

Quería su dolor, quería el fuego tan adictivo que me proporcionaba y a estas alturas no importaba dejarme caer. Ya que estaba cegada, cegada por él y por su manera de hacerme sentir el fuego más ardiente dentro de mi.

Había caído por Min Yoongi, y él no tenía ningún problema en dejarme morir.

                                   ~•~

Metí la llave en la cerradura de la puerta de aquel motel barato. No podría verme con Yoongi en otro lugar que no fuese este. Un lugar solitario y discreto, dónde nadie pregunta, dónde nadie te mira raro, ya que todos los que acuden en este lugar son personas que esconden algo.

Observé la habitación, este motel era nuevo, Yoongi y yo nunca habíamos visitado este pero la verdad es que la habitación no distaba mucho de las demás. Paredes de un lúgubre color verde oscuro, con humedades y grietas. Cuadros espeluznantes y alfombra de terciopelo marrón que se notaba de lejos que llevaba sin lavarse desde que la pusieron. Lo único que tenía buena pinta eran las sábanas de la cama, eran de seda, de color violeta y muy suaves.

A decir verdad la cama era lo único que no olía raro de la habitación.

Mientras me hallaba sentada en aquella cama me pregunté como había llegado hasta aquí. Una persona como yo, con trabajo, estudios, pareja... Una persona con una vida, ¿Cómo había llegado hasta las garras de Yoongi?
Si intento recordar, creo que no se me viene nada a la cabeza, no sé exactamente como conocí a Yoongi, no recuerdo con claridad la primera vez que nos acostamos y tampoco recuerdo nunca sentir añoranza por mi anterior vida.

Sólo sé que cuando estoy con él, dejo de pensar, mis miedos se escapan como el viento a través de los árboles, no quiero otra cosa, solo a él.

Mi mente dejó de vagar por la habitación en cuanto la puerta se abrió dejando ver la oscura cabellera de Min Yoongi.

Su mera presencia me hacía sentir mareada.

Sus manos estaban llenas de sangre, con lo cual manchó la puerta blanca de la habitación, su ropa negruzca seguramente estaría manchada también, porque aunque no se ve debido a la tenue luz de la habitación, lo huelo, huelo la sangre en todo él.

He aprendido a oler la sangre desde lejos, tal como él, he aprendido a que me guste su olor.

-El último estaba delicioso preciosa- Dijo mientras se quitaba los restos de sangre de sus labios- Gracias

-Sabes que siempre es un placer- Sonreí coqueta mientras me tumbaba lentamente en la cama hasta que mi espalda estuvo recta sobre el colchón-

-Mi placer es verte con ese vestido, esperándome- Dijo Yoongi aún apoyado en la puerta, con los brazos cruzados-

One shots↭BANGTANWhere stories live. Discover now