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Paris, 2014 

Marinette sabía que dejar a su hijo con su padre estaba mal, aunque recaía mucho al recordar al chico, hizo todo lo posible para dejarlo ir, pero no pudo. Se sentía mal, deprimida y decepcionada. Muy decepcionada de sí misma.

Se preguntarán qué pasó con Tikki, bueno, Marinette la dejó donde el maestro, no podía llevarla hasta aquí, el maestro al ver a la chica se sorprendió, más cuando entregó sus aretes, la chica le explicó y el anciano entendió.

Ya había llegado a China, pudo deducir que su hermana vino a recogerlo, la extrañaba tanto, y sonrió aun mas cuando la vio parada ahí con un cartelito esperándola.

—¡Hermana! —Corre a abrazar a Marinette.—Te extrañé tanto, y esta cosita tan linda.—Observó a la bebé en los brazos de su hermana.

—Hola, Brid—.Sonríe.—Ella es mi hija, se llama Emma.

—¡Qué! —Gritó con confusión.—, ¿Cómo que ella es tu hija y no me lo dijiste?—Bufó.

—Lo siento.—Se disculpó.—Además, recién tiene unos días.

—¿Quién es el padre?—Preguntó en un tono serio.

—Yo...—Suspira.—Chat Noir.—Cierra los ojos.

—Joder.—Susurra.—Cómo pasó todo eso.

—Cállate.—Golpea en el hombro a su hermana.—Es una larga historia.

—Está bien, me cuentas en el camino.—Sonríe.

Al salir afuera, mi hermana paro un taxi, en el transcurso del camino le estuve contando a mi hermana cada detalle de lo que pasó, me hacia reír tanto con sus caras.

Al llegar a la casa de mi tía, fue un tanto incómodo, así que le pedí a Brid que le contara a mi tía.

—Estoy muy sorprendida.—Suspira.

—Lo sé, pero no sabía qué hacer, yo no lo sabía.—Solloza.

—Sabes que debiste cuidarte, no pensaron en eso, sé que son jóvenes, pero ahora tendrás que vivir las consecuencias. —Sonríe con tristeza.—Ven aquí.—La abraza.

—Él debe odiarme ahora, no sabes cuánto lo amaba, amaba todo de él, su sonrisa, sus expresiones, su manera de pensar, él era perfecto, pero cuando su amiga vino y me mostró esas fotos, te juro que tuve una impotencia, no sabía qué hacer, Brid.—Comienza a llorar.

—Todo va a estar bien, hermana.—La abraza y consuela.

Por otro lado se encentraba un adolescente con un bebe en brazos, su hijo no dejaba de llorar, estaba desesperado, su padre lo boto de casa y no sabia que hacer, intento ir con Nino pero este le dijo que no tenia mas espacio para que el valla y que el se quedara ahí. 

Louis no paraba de llorar, y el tampoco no podía dejar de hacerlo después de lo Marinette, se había puesto muy nervioso, no podía parar de temblar y de sollozar, tenia mucho miedo. 

—Vamos Louis, deja de llorar, ¿si?—Comienza a arrullarlo. Louis no dejaba de llorar y yo no podía mas con los nervios otra ves, intentaba que mi hijo dejara de llorar.

Opte por ir a la farmacia y comprar formula con unas pastillas para mi ,agradezco a la farmacéutica que me atendió, me explico todo sobre bebes. Así que termine dándole formula a Louis y se durmió. Recorrí las calles con un bebe en las manos, será difícil conseguir un departamento a esta hora.

Mi Super Papá  (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora