—Perdona. Te vi tomando notas sobre el primer trabajo para la semana que viene y tuve esa llamada y no pude...en fin.

—Oh es solo eso. Una serie de diez tomas. No puede ser el cielo ni tampoco un paisaje entero, solo algo literalmente natural. Debemos traerlas en RAW para el martes próximo.

Creo que, inevitablemente, caí en el mismo papel que siempre tuve en el secundario: 'Skyler, la que sabe que hay que hacer', 'Skyler de la gente', 'Skyler, la amable y dulce Skyler que escucha atentamente para luego compartir información con gente que ni sabe su nombre.'

—¿Martes? Okay...¡okay, genial!...Genial. Oye, disculpa ¿tú eres...?

Ofrece su mano para un apretón. La acepto.

—Skyler West.

—Skyler, lindo nombre. Yo soy Nick Knight. Es un placer.

Espera...¿Dijo...?

—¿Nick Knight? ¿Cómo el famoso Nick Knight?

Seh...es mi papá.

El hecho de estar compartiendo clase con el hijo del legítimo fotógrafo, me sorprende. Daniel decía que este tipo de cosas me iban a pasar pero es distinto oírlo que vivirlo.

—Oh- ¡guau!

En medio de mi reacción, mi mirada se detiene en el pasillo.

La pillo sosteniendo una tabla de skate en su brazo. Conversa y ríe con un grupo de personas que lucen casi tan cool como ella. Tiene la misma gorra al revés cubriendo las raíces de su cabello verde agua. La manada entera, se acerca en dirección hacia nosotros.

—Si, eso es lo que dicen todos...y de verdad solía ser-...es muy genial. Viajé con él como su asistente por todo el mundo. Me enseñó las bases cuando tenía ocho mas o menos pero sabes cómo es esto: Una universidad así de prestigiosa no puede ser rechazada cuando quieres separarte del molde padre-perfecto.

No puedo prestarle atención porque de alguna manera, mi atención se encuentra magnetizada. Está sacando de su bolsillo lo que parece ser papel de liar y tabaco. Llega el chico excéntrico del sanitario y se encuentra con el grupo pero va directo hacia su amiga. ¿Este es el grupo que irá a por unos tragos esta noche?

Pasan al lado nuestro y mientras avanza, saca su lengua para terminar de armar el cigarrillo. Me observa por dos segundos, justo antes de que la física no permita tiempo de más.

Ya están lejos y yo, vuelvo a respirar. Hay algo encendido dentro mío y no sé de que se trata.

—¡Tiene que haber algo más!— me dice mamá desde el otro lado de la pantalla de Skype.

Espío el celular que yace apoyado sobre la mesada de la cocina, donde me encuentro cocinando. En la conversación están mamá, Daniel y Joy.

—Ya les conté todo, mamá ¿Qué es lo que quieren saber?

—¿Son amables contigo?— insiste mamá.

—¡Cuántos amigos tienes!— interrumpe Joy.

—No soy amiga de nadie todavía, Joy. Hablé con un par de estudiantes, uno de ellos me invitó a un bar esta noche.

—¿Solo ustedes dos?— Pregunta mamá ya a retaguardia.

—¿Qué? No-

—Genial. Espera...irás, ¿verdad?— pregunta Daniel.

—¡Le voy a decir a Adam!— Amenaza Joy con tono musical.

—Es muy gay, Joy. Ahórrate las molestias.

(S)he: La chica y la generación espontáneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora