Maia avisó con un grito a sus papás que saldría a comprar ya que prácticamente Diego les había cerrado la puerta en la cara. Apenas empezaron a caminar hubo un silencio total durante unos segundos.
- ¿Pasó algo malo? – dijo Maia después de un rato – andas medio extraño desde temprano.
- No, nada malo... bueno en realidad no sé si lo sea – titubeó con sus manos en sus bolsillos.
- No entiendo nada – dijo Maia mientras caminaban y movía su cabeza
- Prométeme no enojarte – Christopher juntó sus manos
- No puedo prometer nada si no sé qué ha pasado – dijo mirándolo
- Tú solo promételo – Christopher desvió la mirada.
- Sigo sin entender ¿qué sucede?
- Ok, ayer estabas muy tomada
- Ni me lo recuerdes que aún me duele la cabeza – dijo tocándola
- Y aun así querías tomar más y todavía te pusiste berrinchuda –rió Christopher – pero seguro no lo recuerdas
- Tienes razón, no recuerdo algunas cosas, pequeños detalles, pero bueno – alzó los hombros con una sonrisa.
- Directo al punto porque estoy algo nervioso – dijo Christopher agarrándose el pelo.
- Demasiado – dijo Maia entrando a la tienda – espera... ¿Terminaste con Wendy? Pero eso me feliz, no es para nada una mala noticia – lo abrazó.
No habría mejor regalo de cumpleaños para Maia que eso, de alguna manera esa noticia la haría feliz.
- No, Maia no es eso – dijo terminando el abrazo aunque después de esto no sabría qué pasaría.
- Ya no los veo juntos, lo siento.
- Está de viaje – mencionó Christopher – te lo había dicho.
- Bueno, me rindo, no lo sé – alzó los brazos
De pronto el celular de Maia empezó a sonar, lo sacó de su bolsillo, miró la pantalla y decía Nicolás, miró a Christopher.
- Luego lo llamo – dijo Maia guardando el teléfono.
- Contesta, iré a buscar lo que pidió Diego – salió de ese pasillo.
- ¡Aló! – dijo Maia
- ¡Feliz cumpleaños amor! – dijo Nicolás desde la otra línea.
- Muchas gracias Nick– respondió con una sonrisa Maia
- ¿Cómo la pasaste ayer?
- Genial – no sabía más que decir - ¿Cómo está tu tío? – cambió de tema.
- Ya está mejor, seguro en dos días ya estoy allá. Debemos de aprovechar lo que nos queda juntos antes de las clases.
- Seguro que así será, mi papá quería conocerte, pero ya será después.
- Claro que sí, mil disculpas por favor, no quería fallarte.
- No lo hiciste. No te preocupes por eso.
- En un rato de seguro llega mi regalo, espero te guste.
- No tenías que hacerlo.
- Nada de eso, hablamos luego ¿sí? Mi mamá me necesita
- Saludos para todos.
- Pásala lindo, te amo – dijo Nicolás, Maia no supo qué decir, se quedó fría al escuchar esas palabras.
- Gracias, un beso – fue lo único que alcanzó a decir.
Maia guardó el teléfono y fue en busca de Christopher quien ya estaba fuera. Ella estaba algo confundida, le gustaba Nicolás, pero sentir amor, era obvio que no lo sentía.
- Ya ahora sí, cuéntame – dijo a penas lo vio, lucía confundida.
- ¿Todo bien? – preguntó Christopher.
- Sí, todo bien, creo que no te lo dije pero Nicolás no podrá venir hoy, solo eso.
- Y te gustaría que viniera
- Supongo que sí, pero ya olvidemos eso, tú tienes algo que contarme y no sé por qué hasta ahora no lo haces, ya me estás desesperando.
- Creo que ya no importa – Christopher empezando a caminar.
- Claro que importa, dime – dijo pasando su brazo con el de él.
Para Christopher era muy difícil mantener el contacto físico con Maia, y ella se lo ponía mucho más difícil. Sabía que tenía que decírselo, sino lo hacía jamás se perdonaría la duda que esto dejaría.
Christopher suspiró.
- ¿Segura que no te acuerdas algo de ayer? – preguntó
Maia se puso algo nerviosa al pensar que sus sospechas podrían ser ciertas, pero trato de disimularlas.
- O sea sí, pero no, no..., no me acuerdo– respondió nerviosa - ¿por qué? - dijo sin dejar de caminar debido a los nervios- ¿Algo en particular?
- Ayer nos besamos - soltó en seco Christopher
¿Qué creen que diga Maia?
Sé que el capítulo es corto, pero ya no la quería hacer más larga...
¿Qué quieren que sucede a partir de ahora?
*No se olvide de votar y hacerme feliz*
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Adiós... | Christopher Vélez | -PAUSADA-
FanfictionLo único que Maia y Diego sabían sobre el niño nuevo, Christopher Vélez, era que sería su compañero en el grupo de arte, que se comía el pegamento, y su risa era demasiado contagiosa. Lo que Diego no sabía es que después de compartir una sema...