- ¿Qué quieres que te explique? - preguntó Christopher.
- ¿Por qué se fue será? - respondí con otra pregunta.
- Son sus temas Maia, seguro ya te contará - dijo alzando los hombros.
- No me ayudas ¿sabes? - le di la espalda.
- Ahora te enojas conmigo - dijo agarrando mis hombros.
Aún su tacto producía algo en mí, así que decidí cambiar de tema para no morir por dentro.
- No estoy enojada - dije mirándolo y haciendo un gesto con mi mano.
- Bueno, ¿podemos dejar a Diego de lado? - me dijo agarrando el control de la tv.
- Sí, sí, podemos. Ahora me hablarás de tus temas o es que debo de seguir pagando por no haber respondido los mensajes - pregunté sin mirarlo.
- Pues para tu suerte yo no tengo temas, ya sabes, las vacaciones son aburridas sin ti - dijo con una sonrisa.
Demonios, amaba esa sonrisa, pero amigos. AMIGOS. AMIGOS.
- Lo sé, lo sé, soy indispensable para ti - dije en tono gracioso.
- Lo eres, no hay nadie a quien podamos fastidiar - dijo riendo.
- Lo arruinaste, tan bien que estábamos - dije cruzando los brazos.
- Deja el drama ¿quieres? que tengo buenas noticias.
- Dijiste eso sobre el campamento, las clases de voley - empecé a contar usando mis dedos - sacar a pasear a los perros.
- Entendí, entendí.
- Sobre el gimasio para luego por Nicolás ni me quisieron hablar.
- Nicolás esto, Nicolás lo otro - dijo rodando los ojos.
- O sea yo me tenía que tragar todo mientras hablabas de Wendy hace un año, y ahora que yo hablo de Nicolás te enojas.
Tan solo me acordaba de Wendy y los celos me carcomían, debía aceptarlo odiaba el hecho de que Christopher haya estado con ella.
- No compares a Wendy con Nicolas, son completamente diferentes.
- No comparo nada, solo te lo menciono para que veas lo molestoso que era. Ya ahorapuedes por favor dejar de ir por otro lado y contarme las buenas noticias - dije esto último usando los dedos como comillas.
- Hemos encontrado un trabajo de verano espectacular. – comentó Christopher.
Me abrazaba por los hombros mostrándome su sonrisa.
- Y supongo que pasear perros, ya no cuenta.
- No Maia, no es eso.
- Menos mal porque se irían a la quiebra, igual ya era hora. Necesitan dejar de perecear – dije tomando un sorbo de soda que había en la mesa-
- Exacto señorita Vasco. Dejaremos, los tres, de andar de perezosos.
- ¿Los tres? ¿Qué tres? ¿Quién es el intruso? – pregunté apagando el televisor preocupada.
No podía ser yo, la responsabilidad y yo no éramos muy amigos que digamos. Mi cama era mi más fiel y mejor amiga.
- ¿Lo dices de verdad Maia? – me miro sonriendo.
- No es gracioso Vélez, que yo me entere que me hayan cambiado, ahora entiendo todo, por eso se fue Diego. ¡JA! Los descubrí.
- A veces me pregunto qué hice para merecerte como amiga. – dijo rodando los ojos.
- ¿Perdón? – dije indignada.
- Cuando digo tres, eres tú, Maia. Diego y yo. Los tres iremos a trabajar desde la otra semana – dijo parándose para darme un abrazo.
- Se puede saber de cuándo acá eres mi papá y tomas decisiones por mí - rechacé su abrazo.
- Bueno, tu papá estaba muy contento cuando le hablamos sobre la noticia.
- Toda la vida, toda la vida. Abraham Vasco no pensando en mí. Lo lamento pero tengo cosas más importantes que hacer.
-Un poco más y tu papá quería que te busque uno que sea de doble turno. Además comer y dormir no cuentan como cosas importantes
- Demonios, y de qué se trata este trabajo.
- Ya vez, reniegas sin saber. Es algo simple. Atenderemos en el cine que está en el centro de la ciudad. Es cerca y siempre estaremos juntos.
- No se oye tan complicado - dije agarrándome la barbilla - además el cine no está abierto desde temprano y puedo dormir tranquila.
- Te complicas la vida cuando no debes. Además ya llega tu cumpleaños, faltan pocas semanas y debemos celebrar los sweet 16 como se debe.
- Somos latinos, nada que sweet 16. Y por cierto con ustedes no celebro nada, así de simple. ¿Vas a querer más soda? - pregunté caminando a la cocina.
- ¿Por qué no?
- Y tienes el descaro de preguntar. Porque siempre suceden cosas malas, mi mamá me termina castigando por las pavadas que hacen - le alcancé la soda.
- El año pasado me sacaron a media noche por las puras, perdimos el bus porque en vez de alistar los pasajes, decidieron alistar comida.
- Pero eso lo hace más divertido, tan solo acordarme - empezó a reír.
- ¿Quieres que te golpee cierto? Perdí mi dinero, tantos dólares a la basura. Alistaron comida sabiendo que estaba prohibido. A veces pienso que lo hacen a propósito.
- Qué agresiva has regresado.
- Lo que provocan en mí Vélez.
Me acerqué a él agarrando un cucharón, sin darme cuenta estaba acorralada contra la mesa. Estábamos demasiado cerca que me asustaba, había dejado los sentimientos por Christopher tirados y muy lejos, que estar así hacían que los pelos se me pararan de punta.
- Así que eso provoco en ti - dijo pegando su frente con la mía.
- Sí, me da rabia de solo acordarme.
Dos segundos después..
- Creo que debemos de pedir más pizza - dijo.
De la que te salvaste Maia, un suspiro de alivio salió de mis labios.
- No puedo creerlo, hemos tragado dos cajas de pizza solos - dije tratando de olvidar lo que había pasado hace poco.
- No puedo con la comida - dijo agarrándose la barriga - yo invito.
- Uy no, al parecer esto del trabajo te está cambiando. ¿Dónde quedó el Christopher que no invita ni un chicle?
- La oferta es limita, lo tomas o lo dejas.
- Que sea con doble queso.
(...)
- Esta vez será genial, lo podemos planear desde ahora y saldrá espectacular.
- Eso venimos diciendo los últimos tres años y cada vez sale peor. De las mil cosas que planeamos ni una nos sale bien. No me quiero arriesgar. Mejor ese día me dejan dormir y listo.
- Es vacaciones Maia, haremos algo divertido.
- Como sea. ¿Alguna película que quieras ver?
YOU ARE READING
Adiós... | Christopher Vélez | -PAUSADA-
FanfictionLo único que Maia y Diego sabían sobre el niño nuevo, Christopher Vélez, era que sería su compañero en el grupo de arte, que se comía el pegamento, y su risa era demasiado contagiosa. Lo que Diego no sabía es que después de compartir una sema...