Capítulo XII

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- Me pueden decir qué fue eso - pregunté cruzandome de brazos.

- Cuando faltaste al juego de invierno por quedarte dormida - habló Diego.

- Como siempre - dijo Christopher burlón

Solo atiné a rodar los ojos y concentrarme en lo que decía Diego.

- Christopher se lesionó - hizo una pausa - en realidad lo lesionaron

- Ya me acordé - dije interrumpiendo - no jugaste por un mes.

- Ya bueno, Nicolas Tompson fue el que lo hizo - terminó por decir Christopher.

- Esperen, cuando pasó esto me dijeron que fue alguien del mismo equipo, y fue pura casualidad - dije sin entender.

- Conociendote, sabíamos que si te decíamos que había sido alguien de otra escuela tú ibas y si era posible lo matabas - dijo Diego agarrándose la frente.

- No soy tan agresiva - dije a la defensiva.

- No se acuerda cuando rayó el auto del maestro de química y la suspendieron por una semana - dijo Christopher de manera burlona.

- Me jaló en el trabajo final y él tenía la culpa, me iba a quedar sin ir a visitar a mi hermana. Igual ese no es el punto. Me mintieron - dije enojada.

- Si hacías algo en contra de él podíamos quedarnos fuera del campeonato - explicó Christopher.

- O sea fue Nicolas - dije pensando en qué hacer.

- Sí, íbamos ganando y cuando le pasé la pelota, Tompson vino corriendo detrás de Chris y en nada estuvo en el piso.

- Que hijo de su madre - dije exasperada - y no lo suspendieron o algo - pregunté.

- No pasó nada, el árbitro no lo vió, pero ganamos ¿no? - dijo Christopher

La verdad era que de solo acordarme me daba mucha rabia,pero Christopher amaba el futbol y todo ese mes estuvo completamente deprimido ya que tampoco podía usar el skate. Así que todas las tardes Diego y yo íbamos a subirle el ánimo.

Los días pasaban y Nicolas se portaba de una manera tan amable y dulce que me era difícil creer que él hubiera hecho eso. Por obvias razones a Diego y a Christopher la idea de que me hable con él no les gustaba para nada. Es más, ya no pasaban mucho tiempo en mi casa como era costumbre.

Narra Christopher:

- Estoy aquí en contra de mi voluntad - dijo Maia.

Me encantaba su personalidad tan genuina. Sin duda alguna Maia Vasco era increíble. María se fue a la sala de cardio según ella a correr. Diego y yo fuimos por otro lado a ver las rutinas que podríamos hacer.

- Te aseguro que Maia está sentada sin hacer nada - dijo Diego.

- ¿Crees que es tan floja? - lo miré

- No lo creo, ella es floja - empezamos a reír mientras nos dirigíamos al encuentro con Maia.

- No me digas que el de allá - señalé a un chico

- Es Nicolas Tompson - Diego terminó la oración - y Maia que no deja de sonreír.

- Lo puedo notar - concluí.

- Y yo puedo notar que estás celoso.

- Ya hablamos de esto ¿no?

Traté de hacer una sonrisa muy sonora, como ya era costumbre para llamar la atención de Maia.

- ¿Qué tal Maia? ¿Sigues sin querer venir? - preguntó Diego quién iba un paso adelante.

- Muy gracioso Diego - Maia solo rodó los ojos.

- ¿Qué es gracioso Maia? - pregunté.

Sabía que no nos gustaba la idea de que esté hablando con él.

- Creo que estamos interrumpiendo aquí - dijo Diego mirándome.

- Jajajaja - la típica risa nerviosa de Maia - él es Nicolás - dijo pasando toda la atención a él - ellos son Diego y Christopher.

- Hola - dijimos a la vez, yo solo asentí con la cabeza.

- Te me haces conocido, creo que te he visto en otro lado - dije para que sepa que aún tengo presente lo de la lesión.

- ¿Nicolas? ¿Tompson? - preguntó Diego.

- Exacto, seguro que por los partidos de fútbol que ha tenido mi escuela - respondió Nicolás

Y obviamente por mi lesión.

- Central ¿cierto? - preguntó nuevamente Diego, Nicolas solo asintió con la cabeza.

- Pronto Northwest - dijo Maia - en septiembre empieza en nuestro colegio.

Miré a Diego, estaba furioso. Nicolas era de las personas más pedantes que podrías conocer y tenerlo cerca y más aún de Maia era algo que me enfurecia demasiado.

- Pues bienvenido - dijimos a la misma vez con la sonrisa más falsa del planeta.

- ¿Acabaste con la corredora Maia? - pregunté.

La quería sacar de aquí.

- Sí, bueno, creo que sí - respondió.

- Genial, vamos - dijo Diego.

Agradecía infinitamente que Diego me conociera tan bien y me haya leído la mente.

- ¿A dónde? - preguntó confundida.

- Bueno, un gusto Nicolas, ya nos estamos viendo - dije Christopher mientras entrelazaba mis dedos con los de Maia.

- Adiós Nicolas - dijeron Maia y Diego.

Adiós... | Christopher Vélez | -PAUSADA-Where stories live. Discover now