Capítulo 22

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Soy súper descuidada :( El capítulo anterior se lo dediqué a AngieLowell y resulta que ya le había dedicado uno hacía no mucho (lo siento, Angie)😂 Así que en este voy a dedicar dos❤️️


Este capítulo va para genessyvalenzuela26 y Isa_histories ❤️️ 


Santi

*

Algunos círculos sociales podían ser o una completa farsa o una muy desalmada realidad.

Poco después de llegar al evento más esperado del mes por la socialité argentina, me distancié de mis padres, doblé un poco las mangas de mi incómoda camisa y me senté en una de las mesas a hacer cualquier cosa excepto cumplir la única instrucción de mi madre: socializar.

No pude disfrutar de muchos minutos de tranquilidad porque Julia se acercó a mí con una sonrisa falsa, acompañada de mi padre y, detrás de ellos, los Lefebvre.

Los Lefebvre eran una de las familias pertenecientes a la reducida y hermética oligarquía argentina, con un negocio destinado a la metalurgia. No eran los únicos dedicados a esa área, sin embargo, eran los más cercanos a nosotros debido a que eran los principales inversionistas de la cadena internacional de hoteles y turismo que llevaba mi familia materna. En realidad, Julia era quien llevaba la empresa. Mi padre había dejado administrativamente su cargo para poder ejercer como Secretario de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios.

Sin embargo, era poco el tiempo que los Lefebvre pasaban en Argentina. O al menos Dominique y su madre, quienes vivían en París y solo viajaban a Buenos Aires en época de invierno.

Después de un saludo hipócrita, de que la madre de Dominique afirmara que yo «había crecido mucho en el último año» y varias mentiras más, nuestros padres se alejaron para charlar de quién sabe qué negocios o quién sabe qué cosa. Por supuesto, nos dejaron a Dominique y a mí solos en la mesa para profundizar nuestro inexistente lazo de amistad.

—No puedo decir que no me alegra verte. —Me sonrió y se encogió de hombros.

Ella también había crecido y cambiado mucho. Yo había sido testigo de su transformación año tras año, pero ahora parecía una persona nueva. Su cabello era rubio platinado y resaltaba un gran par de ojos azules y brillantes. Todos sus rasgos faciales eran finos y en su piel cremosa preponderaba unos carnosos y provocativos labios que estaban pintados de carmesí. Era bastante delgada, sobre todo porque añoraba ser modelo, no obstante, aquel vestido negro daba a entender que había un par de cosas que le habían crecido lo suficiente el último año.

Sí, Dominique era muy guapa. Pero no era la mujer que yo quería tener frente a mí en estos momentos.

—Lo mismo digo. —Correspondí su sonrisa—. ¿Qué tal París?

La invité a levantarse para caminar y observar la subasta.

—Increíble —respondió, emocionada—. Antes de venirnos logré sacarme unas fotos que irán a la portada de una revista juvenil muy leída allá.

—Pues felicidades, Domi.

Nos detuvimos frente a una larga mesa donde estaban expuestas fotografías de bienes en subasta: casas, apartamentos, yates, coches. Tanto Dominique como yo paseamos nuestras miradas aburridas por la mesa, exhalando con desgano.

Contracorriente © [EN LIBRERÍAS] [Indie Gentes #1] ✓Where stories live. Discover now