💘 Flechazo inesperado 💘

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Trina no era la única que había tenido una aventura. Katie aún vivía una. Con un rostro más brillante que el sol, contemplaba las técnicas de Kárate que su nueva amiga le enseñaba.
—...Y esto es un Kizami Tsuki —dijo efectuando el ataque.
—¡Increíble! —exclamó Katie casi sin palabras— ¿De verdad que eso te lo ha enseñado tu padre?
—Sí, no se lo exigía su trabajo, pero él aún así lo aprendió por su cuenta.
—Qué guay... Ojalá yo también tuviese un padre que fuese poli.
—No te creas. Es difícil salir con chicos guapos cuándo tienes un padre que lleva armas encima y puede hacerte una llave con los ojos cerrados. Además, algunas técnicas las he aprendido de mi hermana.
En ese momento, un silbido le avisó a Tori de que tenía un mensaje nuevo.
—Ojalá tuviese una hermana...
—Créeme, no sabes lo que dices —le prometió rebuscando en su bolso.
Katie se encogió de hombros. Sin embargo, cuando su nueva amiga revisó su móvil, puso una cara que no le gustó nada.
—Hablando del rey de Roma, tengo que irme —anunció guardando su aparato.
—¿Qué? ¿Por qué? —quiso saber la niña de once años.
En ese instante, Kendall y James entraron en el apartamento, pero como estaban distraídos conversando sobre sus cosas, no se dieron cuenta de que había una invitada.
—¿Y de verdad que no le tienes miedo a nada? —le consultó James.
—Claro que le tendré miedo a algo. Solo que aún no sé a qué —respondió Kendall.
Mientras tanto, Tori le justificaba a Katie.
—Mi hermana Trina me espera abajo en el vestíbulo porque tiene que contarme algo sobre no se qué de su encuentro con sus ídolos —explicó andando hacia atrás para no apartarle la mirada a su anfitriona.
Sin embargo, al retroceder sin saber por dónde iba, no se percató de que estaba a punto de chocarse con dos de los miembros de Big Time Rush, que seguían ausentes. Por eso, Katie la avisó.
—Tori, ¡espera!
—Lo siento, pero mi hermana es muy impaciente, sobre todo cuando tiene que-
De repente, se topó con James y su batido, aunque estuviese vacío, cayó al suelo.
—¡Madre mía! ¡Cuánto lo siento! —se disculpó Tori agachándose a recoger la bebida.
—Tranquila, no pasa nada —la calmó y se inclinó a su altura.
Entonces, sus miradas se cruzaron y sonrieron, como si en todo el mundo solo existiesen ellos dos, como si el tiempo se hubiese parado...
Kendall arqueó una ceja y desvió la vista a su hermana.
—Ay, madre... —gruñó Katie dándose una palmada en la frente.
Los dos se levantaron, sin cortar el lazo invisible que unía sus pupilas y se saludaron con esa típica sonrisa de bobos que esbozaban los enamorados. Lástima que el silbido del móvil de Tori le pusieron los pies en la tierra.
—Lo siento mucho, pero tengo que irme. Mi hermana es muy impaciente —se despidió y se encaminó hacia la puerta.
James no pudo evitar seguirla con ojos de perrito, hasta cuando se fue del apartamento, aún los tenía pegados en la puerta.
—Katie, ¿quién es esa chica? —le preguntó su hermano.
—Se llama Tori Vega y es una pasada: Me ha ganado cuatro veces seguidas jugando a los videojuegos, sabe hacer Kárate y lo mejor de todo —respondió aproximándose a él y le dio un sorbo a una taza—: prepara chocolates de miedo.
Kendall se impresionó. Él tampoco había conocido a una chica que viera un mundo más allá de la ropa o el maquillaje descontando a su hermana. Aún así, no se le veía muy alegre por su nueva amiga.
La reacción de James fue todo lo contrario:
—¿Sabes qué? Olvido todo lo que me has dicho —anunció entusiasmado a su compañero de banda— ¡Ya he encontrado a mi media naranja!
Y se fue disparado del apartamento.
—Bueno, yo me piro a darme un chapuzón —intentó Katie de nuevo cargando ya con los churros y el bolso.
—Alto ahí —la detuvo su hermano con una sonrisa de ladino—. Tú no vas a ninguna parte.
La chica se quedó en shock.

Big Time Victorious [THE CROSSOVER]✔Where stories live. Discover now