🔫 Revueltas en Rocque Récords 🔫

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Gustavo se encontraba en la sala de grabación ajustando el aparato. Entonces, Kelly entró.
—¡Gustavo! ¡Ya está aquí!
el famoso productor musical se fue atrás ella fuera. A su lado, estaban Griffin junto a tus ayudantes observando como se aproximaban su futura estrella y Tren de Carga mientras disfrutaban de un helado.
Entonces, el jefe de Gustavo se inclinó hacia él.
—Es mona, empezamos con buen pie —felicitó sin apartar la vista de Tori y el enorme guardaespaldas.
Traductor musical y asistenta hicieron su gesto de chocar las puntas de los dedos sonriendo de oreja a oreja. Al mismo tiempo, Tori y Tren de Carga conversaban.
—¿Sabes? Al principio me dabas un poco de miedo, pero en realidad eres muy dulce, como este helado —alabó Tori.
—Gracias, pero a mí no me des todo el mérito. Fue la madre de una estrella de mi jefe la que me lo eligió una vez.
—Am, pues dile que tiene muy buen gusto —dijo y se terminó el helado.
Se sacudió las manos mientras llegaba hasta Griffin, quien la recibió con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Tori Vega! ¡Bienvenida a Rocque Récords! —saludó y le estrechó la mano—. Soy Arthur Griffin, propietario y jefe de, bueno, todo esto.
—Gracias, Sr. Griffin. Será un placer trabajar para usted —correspondió la chica.
Entonces, Griffin se inclinó de nuevo hacia Gustavo y le susurró.
—¡Y me dice de usted! ¡No se habían dirigido a mí así desde que compré esta empresa!
Tori los miró confusa. Pero para que no se hiciera "ideas raras", el productor musical echó una mano.
—Ah, y yo soy Gustavo Rocque, el productor y compositor musical; y esta es Kelly, mi asistenta —presentó y le estrechó la mano. Luego, chica y mujer se sonrieron—. Ven, entra en la cabina.
Tori obedeció y todos fueron tras ella. Griffin y Gustavo se sentaron en frente del monitor de grabación, mientras que Kelly se quedó de pie. Tren de Carga también lo estaba, terminándose el helado.
Al mismo tiempo, la futura estrella entró en la cabina, se sentó en un taburete alto y se colocó los cascos.
—Bien, Tori. Muéstrame tu talento —dijo Griffin al micrófono.
—Vale, pero, no me han dado canción.
El jefe del superproductor musical se apartó del micrófono poco a poco con una sonrisa de "no te preocupes" que se convirtió en una mirada asesina para Gustavo y Kelly.
—Ah, sí. Y puede que a mí no me haya dado tiempo de terminar de componer una canción de prueba porque mi jefe se ha presentado sin avisar —se defendió Gustavo. Kelly le dio la razón señalándole con el dedo índice.
Pero al ver eso, Tori decidió intervenir:
—De todas formas, podría cantar una de mi instituto —propuso. Los tres se volvieron al segundo hacia ella—, si les parece bien, claro.
De nuevo, Griffin pulsó el botón y se acercó al micrófono.
—¡Claro! ¡Adelante!
Tori sonrió y se puso en posición.
—Trae canciones preparadas y todo. Es mejor de lo que pensaba —opinó Griffin echándose hacia atrás.
Sin embargo, justo cuando todo iba sobre ruedas (incluso mejor de lo esperado), las llantas se pincharon.
—Pero no mejor que yo.
Kendall entró en la sala de grabación echando humo por las orejas. Los cuatro miraron la escena confusos, estupefactos y sufriendo, como si un milagro estuviera a punto de suceder.
—¿Esto... Forma parte del espectáculo? —quiso saber el jefe de Gustavo.
De repente, se escuchó una voz desde el fondo que gritaba "¡Kendall!". Entonces, James entró en la sala, atemorizado. Pero se horrorizó aún más al descubrir que el dragón ya le estaba echando fuego a Tori.
—¡No! ¡He llegado tarde! —exclamó en tono melodramático.
No obstante, tras esa capa de belleza que tenía el chico, se escondía un gran comportamiento pueril (como ya os podéis imaginar), pues al ver el helado que Tren de Carga saboreaba, se le hizo la boca agua.
—¡Eh! ¿Habéis comprado helado? —protestó.
—No has venido —recordó el enorme guardaespaldas.
—¡Es que no tenía que venir! —se levantó Gustavo de golpe. Kelly negó con la cabeza—. ¡Ni Kendall tampoco!
—Oye, lo siento, pero no podía permitir que mi mejor amigo acabara con mis posibilidades con el amor de mi vida —desafió el joven alterado. A continuación, miró hacia el frente y dijo asustado—: Que por cierto, ¡ahora está acabando con ellas!
Miraron hacia delante. Kendall le estaba echando una bronca muda a Tori y ésta le respondía en el mismo volumen. Griffin decidió que los dos continuaran moviendo la boca y miró a James con desesperación.
—Y si tanto te importa la chica, ¿por qué no entras y los separas? —sugirió—. ¡Tengo a una cantante solista que contratar!
El héroe se dispuso a entrar en acción, pero cuando estaba a punto de abrir la puerta en la cabina de grabación, su productor musical le detuvo.
—¡No! ¡Tren de Carga, llévate a los perros al Palm Woods! —ordenó.
El hombre se terminó el helado, se sacudió las manos y entró en la cabina de grabación llevándose a James al hombro derecho.
—¡No! ¡Gustavo! ¡Tengo que arreglar las cosas con Tori! —suplicó el cantante poniendo resistencia a su fuerza.
Pero la egocentría de James no funcionó en absoluto con el gran guardaespaldas, que salió de la cabina con su compañero en su hombro izquierdo.
—¡No! ¡Suéltame! ¡Aún me queda por soltarle cuatro cosas más! —berrincheó Kendall.
—¡Y asegúrate que ninguno de los cuatro ponga un pie en Rocque Récords hasta nuevo aviso! —gritó furioso.
La aspirante a estrella del pop se había quedado helada, y no del helado. Pudo ver cómo James se despedía con la mano con toda la ñoñería del mundo y que seguidamente, Kendall le pegaba.
La puerta se cerró justo cuando los dos empezaron a pelear.
Entonces, Griffin pulsó el botón de habla y se acercó al micrófono.
—Continúa, por favor —la despertó.
Tori se colocó los cascos, aún con la mirada puesta en la salida de la cabina de grabación.

Big Time Victorious [THE CROSSOVER]✔Where stories live. Discover now