"No quería admitirlo, sin embargo, él sabía que era su Tua Cantante.
Tal vez no era sinónimo de alma gemela, pero vaya que su corazón había empezado a latir desde que la conoció".
¡Imaginas y one shots de Crepúsculo!
Disclaimer: Empecé a escribir es...
Podía ver al rubio desde la parte de atrás del aula.
Él estaba sentado en los asientos de enfrente, junto a Alice, su mejor amiga y hermana. Trataba de no mirarlo, pero algo dentro de mí latía incontables veces. Mis ojos viajaban por sus brazos hasta sus manos, específicamente la derecha, donde se notaba que estaba haciendo mucha presión.
Pude captar la mirada de Alice, mientras me miraba fijamente, haciendo que desviara mi vista a otro lado, con las mejillas rosadas y el ceño fruncido. Sentí que lo que hacía era incorrecto.
Comencé a sentir culpa, miedo, pánico. Pero algo no podía cambiar: el sentimiento de amor que estaba sintiendo por el Cullen frente a mí.
No pude resistir más y tomé mis cosas de manera rápida y salí del salón corriendo. El profesor me llamó, llamado que ignoré. El pasillo estaba vacío y las lágrimas ya caían por mi cara.
Las cosas negativas fueron demasiadas para sentirlas en segundos. No quería hacerlo, pero quizá tendría que alejarme de Jasper. Probablemente cayó en la maldición Cullen y estaba saliendo con Alice.
Golpeé un casillero tan duro que quedó una abolladura en él.
—Deberías tener cuidado —la voz que apenas he escuchado unas pocas veces me sobresaltó, haciéndome sentir pequeña. Debilidad, lo que él me provoca.
—Sí —susurré para mí, apenas y yo lo escuché; era imposible que él lo escuchara.
—Pues no lo parece —comentó, haciendo que mi ceño se frunciera.
—No te interesa —lo enfrento, tratando de aliviar los miles de problemas que había en mí.
—Aléjate —dice, mirándome fulminantemente.
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—¿Qué? —cuestiono, con un tono confundido, fingiendo que no sabía de lo que hablaba.
—No soy bueno para ti —responde, diciéndolo más para él que para mí.
—¿Qué eres? —pregunto ahora yo, pues solo sentía que a su lado mis emociones cambiaban ferozmente. Y no creo que sea yo porque no soy un manojo de sentimientos; soy más sencilla.
—Peligroso, todo lo que debes saber es que no debes estar cerca de mí —repite, mientras me acorrala de una manera lenta hacia el casillero.
Mis mejillas se encienden involuntariamente, al igual que mis ojos se apagan. De nuevo las lágrimas salían por mis ojos, debido a la impotencia que gobernaba todo mi ser. Él parecía asombrado y dañado.
—Sé que mis palabras no te detendrán —comienzo, titubeando —, pero quisiera que pensaras un momento en mí. Sabes que desde hace meses siento esto por ti, incluso cuando estoy a un paso de saber quién eres. Solo te pido que me digas "no te quiero". Así me detendré por siempre —pido.
Él piensa por un momento y suspiro. —No te quiero —dice, con sus ojos clavados en los míos.
Cierro los ojos, sintiéndome inútil y tonta, no sé porqué pensé que sería diferente este momento. Asiento lentamente y me suelto de su agarre, sin embargo, apenas y doy un paso y nuevamente me aprisiona hasta que sus labios fríos impactan con los míos.
Correspondo hasta después de algunos segundos, siguiendo el beso mientras abrazo su cuello.
Al cabo de unos minutos, nos alejamos.
—No te quiero, Lily. Te amo, no lo olvides jamás.
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