☁ Capítulo 4 ☁

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Los sonidos del despertador del cuarto de alado lograron que sus sentidos se pusieran completamente alerta

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Los sonidos del despertador del cuarto de alado lograron que sus sentidos se pusieran completamente alerta. Siempre era así.

Jisoo cada noche, antes de dormir, ponía el despertador y le subía a todo volumen para que pudiera ser escuchado hasta su habitación. Cada día lograba su objetivo.

-          Jin, es hora de levantarse – escuchó la voz de su madre.

Ella jamás pronunciaba la palabra “despertarse” o “abrir los ojos” cuando se dirigía hacia él. Era demasiado protectora y siempre vivía con el miedo de poder lastimarlo con alguna mala expresión que saliera de su boca.

Para él no tenía demasiado sentido el hecho de abrir los ojos ya que al final siempre era lo mismo, despertar o dormir era en las tinieblas. No era como si pudiera notar una diferencia en ello, pero con el paso de los años había decidido que debía de dejar de tenerle miedo a la oscuridad y aprender a vivir con ella.

Se puso de pie con los parpados abiertos y empezó a tocar antes de empezar a caminar. Su casa era un terreno completamente conocido para él y simplemente no necesitaba del bastón blanco para guiarse hasta el baño donde todo estaba acomodado de una manera en la que él pudiera alcanzar lo que necesitaba sin necesidad de hacer movimientos innecesarios, a pesar de que en ocasiones golpeaba con la mano el bote de shampoo y se derramaba un poco, esos episodios habían ido disminuyendo a la hora de la ducha. El reto real de su día era a la hora de vestirse, más cuando se ponía los zapatos, es decir, siempre confundía el izquierdo con el derecho y tenía que hacer el cambio inmediato deseando que los zapatos fueran como las prendas de vestir, con costuras que le indicaran cual era el lado correcto.

Verificó que el móvil estuviera dentro de su bolso y después de tomar unas cuantas cosas necesarias, incluyendo el bastón blanco plegable, se dirigió a las escaleras las cuales bajó con extremo cuidado guiándose del barandal.

-          Estoy listo – soltó seguro de que alguien se encontraba ahí escuchándolo.

-          De acuerdo – dijo su madre – es hora de irnos entonces.

Había empezado a utilizar más sus otros sentidos a la falta de la vista. Podía escuchar claramente la respiración de las personas y podía sentir su presencia aunque no estuvieran demasiado cerca, siempre volteaba por instinto cuando sentía que alguien lo acosaba, aunque en realidad daba igual porque jamás encontraría a algún culpable.

Subió al auto con un poco de ayuda de su hermana con la cual tenía una hermosa relación y cuando se encontró dentro por completo, escuchó el suspiro ahogado de su madre que estaba seguro de que siempre se encontraba preocupada por él y su bienestar.

Cuando llegó a la escuela, sus mejores amigos Jungkook y Jimin lo esperaban en la puerta, lo supo puesto que cuando bajó del auto pudo escuchar sus risas animadas mientras hablaban de cualquier tema del que él aún no tenía ni idea de cuál era.

La luz de tu mirada | NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora