Capítulo 16| Nueva vida

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Los dos niños se miraron, ruborizados, con las respiraciones entrecortadas por todos los sentimientos que estaban sintiendo en esos instantes. Era innegable el hecho de que se sentían bien, libres, y sobre todo, amados. Nunca habían sentido lo que era el amor a parte del familiar (aunque aquel solamente lo había llegado a sentir Gradient), y ahora lo habían descubierto. Era una emoción dulce que les embargaba de felicidad, y anhelaban sentir ese amor todas sus vidas, aunque eran conscientes de que eso no sería posible, y que alguna día esa hermosa e incomparable sensación se iría de sus lados.

—¿Cómo se sintió, Gradient?— preguntó Jammy cabizbajo. De sus cuencas surtían pequeñas lágrimas que alteraron el ritmo cardíaco de Gradient, quien no comprendía por qué lloraba. 

¿A caso había arruinado la amistad de ambos por ese beso y ahora cada uno debería continuar sus caminos alejados, sin saber nada de ellos nunca más? Temía esa ocurrencia, y evitaría que sucediera sin importar qué tuviese que hacer ni que cosas tuviese que sacrificar. Había descubierto un sentimiento que pensaba que no existía a pesar de haber leído sobre él durante tanto tiempo.

—Bien, se sintió muy bien. Como cuando mamá y papá me abrazaban— Gradient sonrió de manera tímida mientras hablaba—, una sensación cálida y reconfortante que no me importaría volver a experimentar.

—¿Sabes?— El otro se acercó de nuevo hacia Gradient, envolviendo sus esqueléticos brazos alrededor de él y disfrutando de la calidez que su cuerpo emanaba—. A mí tampoco me importaría repetir el beso.

—¿Por qué no te importaría?

—Porque eres el único que me ha hecho ver las cosas con buena cara, me has protegido siempre que podías y por ende yo también te protegí en situaciones donde podrías haber salido perjudicado. Y porque, aunque no sepa bien lo que estoy sintiendo, creo que estoy enamorado de ti.

Los dos no esperaron ni un segundo y volvieron a juntar sus bocas en un pausado toque de bocas, un suave e inocente beso que intentaba hacerles sentir unas emociones que según muchos adultos no debían ser sentidas por niños y adolescentes. Un beso que derrochaba todo el amor que habían retenido por tanto tiempo en su interior y que no fue hasta ahora que descubrieron.

—¿Crees que esto está mal?— cuestionó Gradient una vez se separó de Jammy.

Sus rostros no parecían recuperar el color natural, y sus corazones palpitaban a una velocidad alarmante, pero estaban seguros de que esos eran efectos secundarios típicos en esas situaciones, así que no le tomaron mucha importancia, cosa que hizo que pudieran tener más tiempo para ellos mismos. 

—¿Por qué esto debería estar mal?

Gradient suspiró ante la respuesta de Jammy, consciente de que la sociedad no les vería con buena cara si es que se llegaban a enterar de que los dos sentían sentimientos recíprocos por el contrario, ya que además de ser simples niños, ambos eran hombres, y quizás aquello provocaría que tardasen más tiempo en hallar un hogar. Iba a decirle todo lo que pensaba, pero después, segundos antes de abrir la boca, se dio cuenta de que sus pensamientos eran egoístas y crueles para los sentimientos del uno y el otro.

—No, por nada, tonterías mías. Lo siento— se disculpó en seguida, brindando a Jammy una sonrisa de arrepentimiento—. Creo que deberíamos salir del parque, habría que averiguar dónde está la zona de clase media de la ciudad. Tal vez allí podremos encontrar un orfanato en condiciones, y quizás una familia que nos quiera a los dos.

—¿No estás cansado? Tal vez lo mejor sería descansar, llevamos un buen rato caminando y ya se ha hecho de noche.

—Eso no es ningún problema para nosotros. Ya hemos estado en muchas excursiones nocturnas, no nos hará nada el tener que caminar a completas oscuras; nuestras vistas ya se han acostumbrado. Y no, no estoy cansado, así que podemos continuar caminando.

[Papergradient] 'No tenemos lazos de sangre'Where stories live. Discover now