Jaque Mate, West.

Aunque, pensándolo bien, creo que habría sido mejor que me dijera que me odiaba, dolería menos saber que voy a perder su amistad si sólo me odiara.

- Una tarde entera conmigo y ya sabes cómo evadir muchos de mis ataques... Nada mal, Victoria -

- Si claro... - Respondí sarcástica -Siempre supe cómo, pero tengo algo que llaman modales-

- Pfff - Se burló - Eso no te lleva a ningún lado, además ¿Quién dice que yo no los tengo? - Tocó su pecho con aire de ofendida.

- Entraste a mi cocina buscando comida sin preguntar antes -

- ¿Y no puedo? -

- Claro, puedes... - Respondí casi inconscientemente.

Bravo... Aumenta más su Ego, Tori.

Hablábamos aún afuera, ella se había recargado en uno de los pilares que sostenía el tejado de la entrada. 

Supe que, definitivamente, tenía que tomar una larga ducha en la bañera mientras pensaba detenidamente en por qué diablos creía, de un momento a otro, que Jade era tan atractiva.

Y ya de paso, pensar en cual hospital psiquiátrico me voy a recluir.

- Ok... Suficiente, como decía mi abuela, las penas con pan son menos y al mal paso darle prisa - Dije para mí misma. 

Jade me miró raro.

- ¿Estás ensayando algún tipo de diálogo? - Se burló.

¿La beso o le digo lo de Beck?

¡No! 

¿¡Cómo la voy a besar!?

- Me agradas, más de lo que esperaba que ibas a agradarme, quizá estoy loca porque siento que nuestra amistad pudo funcionar, pero ahora estoy a punto de arruinarlo todo - Jade me miró aún más extrañada, pero por lo que alcanzaba a percibir en su mirada mis palabras la habían conmovido en el interior.

- ¿Por qué dices que vas a....? -

- Besé a Beck ayer después del ensayo... - Confesé rápido y con los ojos cerrados. Me tomé unos segundos antes de atreverme a mirarla de nuevo.

Su rostro era inexpresivo, ni siquiera sus ojos me decían algo. La incomodidad crecía conforme el silencio se prolongaba.

Habían pasado 5 segundos, pero cada uno parecía un siglo.

- ¡Di algo por favor! - Me desesperé - Insúltame, grita, di que soy patética... Sólo déjalo salir para que podamos terminar con esto -

Al escuchar esto, su rostro pasó de inexpresivo a por fin mostrar un gesto; Sus cejas se juntaron y en sus ojos pude ver un destello de decepción.

Suspiró y apartó la mirada de mí.

- No me sorprende, Tori... - Dijo con calma - Noté una extraña tensión entre ustedes cuando llegué... -

- ¿¡Cómo que no te sorprende!? - Pregunté histérica, su calma me alteraba - ¡Me besó Jade! El chico por el que me vaciaste encima un vaso de café cuando entré a Hollywood Arts... ¡Me besó! - Me acerqué de tal forma que mis palabras golpeaban de cerca su rostro. 

Ella volteó su cabeza, evitando mi mirada directa.

- Ya escuché eso... - Respondió.

- ¿¡Por qué estas tan calmada!? - Por fin regresó a enfrentar mi mirada y mis palabras, estábamos más cerca de lo que esperaba.

La cita - JoriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora