Discordia.

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La tierra se volvió infértil, totalmente inútil para la cosecha; los mares, islas, ríos y lagos se contaminaron convirtiéndose solo en charcos de aguas negras; humanos y animales se enfermaban diariamente, provocando miles y miles de muertes; Guerras y guerras entre reinos de diferentes pueblos explotaron.
Hera tenía a los dioses y a la humanidad comiendo a sus pies; obligaba a Helios hacer más fuerte los rayos del Sol capaces de provocar incendios forestales, Poseidón se fue debiltiando a causa de la carencia de los mares, Zeus quien su tormento con los rayos era interminable, Ares fue obligado a provocar guerra tras más guerra en contra de su voluntad... Entre otros dioses que también eran obligados y abusados para el exterminio de la humanidad y de la tierra en sí. El pueblo de Grecia hacía sacrificios, oraban y sus acciones solo eran venerar a los Olimpos, sin embargó no había respuesta alguna. Solo habían dos salida en esto: esperar a que la humanidad terminara o que el único poder capaz de derrocar el mal, la envidia y el odio, llegará a salvar pero... Ahora Afrodita no estaba embarazada, ninguna diosa lo estaba, ningún dios iba nacer como la época en que Ares intento apoderarse del Olimpo, las cosas ahora serían diferentes esta vez. Eros era él único en salvar de nuevo a la tierra, a la humanidad y al Olimpo, sin embargó este estaba encarcelado junto con su hermano Anteros, cada día que pasaba se hacían más débiles a la falta de alimentos, agua y la poca activación de sus poderes. ¿Cómo iban a salir de ahí? La única forma era que murieran o que Hera los dejara en libertad, esa última opción jamás se tomaría en cuenta ¿por qué la enemiga daría ventaja a su rival? Por desgracia Hera había olvidado a Némesis, quien tenía el perdón de la reina por el simple hecho de ser su cómplice en todo lo sucedido. La reina del Olimpo nunca pensó que dentro de Némesis habría una carga de conciencia, la diosa de la discordia utilizó su don para crear un conflicto entre los hermanos Anteros y Selene con Hera, así que aprovechó cualquier momento de distracción de la reina para bajar al calabozo donde aquellos tres dioses estaban capturados.

-Némesis ¿qué haces aquí?- dijo Eros exaltado trás las rejas
-Vengo a decirles la verdad- la diosa bajo la mirada
-Yo... fui quien se hizo pasar por Selene, provocar que tú y tu hermano se pelearan y que casí hayas pagado con tu vida-
-Pero... ¿Por qué?- dijo Anteros
-Por petición de la reina Hera, ella estaba furiosa que por culpa de Eros, su hijo Hefesto haya sido encarcelado y decidió vengarse-
-¡Comprendemos! pero ahora hay millones de vidas que salvar, en especial de mi amado Athan, así que tu puedes sacarnos de aquí ¿cierto?-
-Lo siento Eros, pero yo no poseeo las llaves de esta cerradura... Yo... Ehh... Debo irme ahora- dijo Némesis nerviosa

Cuando la diosa se dio la media vuelta una flor roja cayó de sus vestiduras, era una rosa con un rojizo brillante, los pétalos eran muy suaves, las espinas que tenía en el tallo eran doradas de la punta; Eros la vio y como pudo, estiró su brazo entre la rendija de los barrotes y la tomó, al tocarla sintió como algo corría por su cuerpo, la vio con mucha atención, la puso cerca de su rostro para olerla, en ese momento un olor penetrante entró por su nariz hasta llegar a su mente, lo cual proyecto cómo la maldición de Hera provocó el sufrimiento y muerte de Athan, su más grande amor. Fue ahí cuando Eros dejó caer la rosa al suelo y una lágrima rodó sobre su mejilla, dio un grito tan fuerte que Anteros y Selene retrocedieron; una aura poderosa rodeó al dios del amor, este tomó los barrotes y sin piedad los dobló dando paso a su libertad y destruir a Hera para liberar a la humanidad y a dioses de su maldición.

ErosWhere stories live. Discover now