Capítulo IX: ¿Amor o Pasión?

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Ares, Afrodita y Eros conformaban a la familia más feliz y unida de todo el Olimpo, la diosa del amor esperaba a su segundo hijo quien arduamente trato de que fuera fruto de la pasión y amor real entre ella y su amado guerrero, del cual se habían vuelto a enamorar como la primera vez.
El tiempo paso y la diosa Afrodita dio a luz a un hermoso varón, casi tan bello como Eros, los padres les dieron por nombre, Anteros, quien sería el dios de la pasión y el amor correspondido, el pequeño tenía una mirada tierna e iluminada como cientos de estrellas, portaba una alas de mariposa; el crecimiento de Anteros fue rápido, pues cada día se desarrollaba hasta que llego a la edad de Eros. Zeus al igual que al dios del amor le regalo a Anteros unas flechas con punta de rubí y otras simplemente de piedra, un arco y un aljaba.
Las flechas de rubí servían para plantar la pasión y las de piedra para vengar el amor no correspondido, causando remordimiento y culpa hacía si mismo. Un día los hermanos Erotes fueron a la ciudad en donde vivía Athan, el amigo de Eros, al primer lugar a donde llegaron fue al bosque donde regularmente de encontraba el mortal.

-Quiero presentarte a un amigo, quizá no es como nosotros pero es muy divertido- dijo Eros entusiasmado.
-Me encantaría conocerlo, y... ¿dónde esta él?- exclamó Anteros
-Cerca-.
Eros grito el nombre de Athan y este salio de entre los arbustos mientras comía una bayas.
-¿Eros? ¿eres tú?-.

Athan se emociono de volverlo a ver después de tanto tiempo, fue hacía él y lo abrazo, le decía lo mucho que extrañaba su presencia; Eros le presentó a su hermano a Athan, al principio todo parecía estar bien, los tres niños jugaban, día a día lo visitaban.
Eros y Anteros no se podían separar puesto a que si eso sucedía, el dios del amor regresaría a su cuerpo de niño y el dios de la pasión se entristecía, ambos se necesitaban mutuamente para sobrevivir...
Pasaron los años, los hermanos Erotes ya no eran unos niños; ya eran unos jóvenes y no unos simples jóvenes, eran hombres dotados de belleza, carisma, gracia y sensualidad. En su adolescencia tuvieron peleas y pequeños enfrentamientos, ya que ambos regían cosas diferentes. A simple vista podremos decir que el amor y la pasión es uno mismo, sin embargo no lo es así, el amor es la sensación que te va quemando poco a poco y la pasión es el fuego que lo provoca.

ErosWhere stories live. Discover now