Capítulo XVII: Misterio (prt. 2)

124 6 0
                                    

-Estoy a sus órdenes su majestad
-¿Sabes porque razón he ordenado que vengas?-
-Sí padre Zeus, pero puedo explicar lo que pasó-
-Hermes, la desobediencia tiene su castigo y lo tienes muy claro-
-Lo sé padre, sin embargo, yo no podía dejar que a usted le pasara algo, simplemente lo estaba protegiendo de su muerte. Sé que no soy dichoso de tomar decisiones por usted pero era inevitable

Zeus se levantó del trono, bajo los pocos escalones, se colocó frente a Hermes, el dios padre puso su mano en el hombro del dios mensajero quien temía del poderoso y este último le dijo.

-No estoy furioso, ni te he de castigar, al contrario, estoy agradecido por lo que has hecho. Entiendo que fue un acto de valentía por parte de ti, de protegerme a mi, al Olimpo y a toda Grecia... Ven hijo mío

Ambos dioses se dieron un fuerte abrazo como muestra de paz.
Eros, después de un momento se acerco ante Zeus para hablar sobre aquello que se cuestionaba.

-Dios padre, me permite el privilegio de hablar con usted-
-Eros, me da gusto volver a verte, adelante ¿en qué puedo ayudarte?-
-Es sobre mi hermano Anteros y lo que a pasa...- Zeus interrumpe a Eros
-Sobre tu hermano no hay mucho de que hablar, sus acciones fueron catastróficas, su castigo es muy merecido
-Pero padre... Hay algo detrás de todo esto, puedo sentir que mi hermano es inocente
-Te voy pedir Eros, que termines esta platica ¡ahora!-
-Esta bien señor-
-¿Algo más en que te pueda ayudar?-
-Nada más, gracias por su atención majestad-

El dios del amor se retiró un poco molesto por la indiferencia de Zeus al no querer escucharlo, y no le quedo otra más que seguir investigando de lo que realmente se tratara, la verdad estaba cerca del él. Toda la tarde estuvo recorriendo el palacio de arriba abajo, tratando de buscar alguna pista que ayudará comprobar la inocencia de su hermano pero no tuvo resultado. A la noche de ese mismo día, Eros visito a su hermano al calabozo donde estaba encarcelado, ambos charlaron sobre como salir de este aprieto; Anteros recordó algo que lo dejaba mucho pensando desde noches anteriores.

-Detrás de aquella puerta, se suelen escuchar quejidos y golpes, como si alguien tratara de salir-
-¿Por qué no la has abierto?-
-Esta muy reforzada y me siento débil-

Eros se acerco a la puerta y comprobó que aquello era cierto, se escuchaban unos ruidos que provenían del otro lado de la puerta, esto hacía más sospechoso todo la historia. Es ese momento Nemesis, convertida en Selene paso junto a la celda de Anteros; caminaba lentamente, mientras movía su cabellera de un lado a otro y con una mirada atrevida vio a los ojos Anteros, en ese momento en mente de del dios pasaron las mismas palabras que escucho antes de pelear con su hermano; Anteros quedo en un estado de hipnotizacion mas regreso en si segundos después luego que Eros chisqueara los dedos.

-Me has dicho que tú y Selene no tienen nada en común ¿qué a pasado-
-Nada... Solo que, su mirada me hizo recordar unas palabras que escuche hace un tiempo atrás... El día que luche contra ti-
-¿Cuándo me acusaste del amor de la ninfa Eco?-
-Sí, ese mismo día-
-¿Y por qué has de recordar eso?-
-No tengo idea, pero esto es demasiado sospechoso porque pude ver que Selene no era ella, si no alguien más-
-Entonces... ¿Quien es?-
-No sé, pero hay que averiguarlo-
-No te preocupes, yo lo haré, con tal de verte libre, y... volviendo a lo de esta puerta mañana en la noche pediré que la abran o nosotros mismos lo haremos

La reina Hera sabía perfectamente que todo su plan se vendría abajo, tenía solo dos opciones; decir la verdad a Zeus o deshacerse de los hermanos Erotes... Por supuestos tomaría la segunda respuesta, no quería ser arrojada del Olimpo.
Mientras Eros planeaba su objetivo de hayar respuesta, la reina madre pensaba en como terminar con el dios del amor y acabar con todo el relajo de una vez por todas.

Alguien toca a la puerta de la alcoba de Eros.

-¿Quién es?-
-Soy Hera, quiero hablar contigo-

Para el dios se volvió sospechoso una visitia de ella pero debía aprovechar para recaudar información. Se dirigió a la puerta y le dio paso a la diosa.

-¿A qué se debe esta visita reina madre?-
-Solo para arreglar nuestro asunto-
-¿A sí?-
-Te propongo algo. Yo liberaré a tu hermano si tú, a cambio... Matas a tu madre-

Eros se quedo callado, sin decir nada por el momento, había quedado helado a tal propuesta.

-Pero mi madre... Eso no puede ser-
-Tu escojes, sabes muy bien que sin tu hermano jamas podrás lograr ser un adulto-
-Esta bien, lo aceptó-
-Bien, tienes hasta la luna llena de mañana para completar la misión, de lo contrarió, quizá sea tu hermano quien muera y tu jamás podrás crecer-.

Hera sabía con exactitud que el dios no haría eso; Afrodita también era la personificación del amor, si su hijo la asesinaba entonces el amor dejaría de existir sobre el mundo y los hombres se dedicarían a predicar el odio y la guerra a sus nuevas generaciones.

ErosWhere stories live. Discover now