Derritiendo Tu Frío Corazón- N°5 Serie Amigos de la Realeza

Capítulo Final

Miré el desnudo cuerpo del amor de mi vida y suspiré silenciosamente. Danilo dormía plácidamente a mi lado. Ambos habíamos hecho el amor varias veces y luego habíamos hablado. Aun recuerdo lo que me dijo sobre su ex prometida y quise golpearla. ¿Cómo es posible que existan mujeres como ella? Danilo la conoció en una de sus tantas reuniones de negocios. Ella era dueña de una empresa de productos deportivos que se le había metido por los ojos. En esos tiempos no era tan radical con las mujeres, por lo que él estaba con la guardia baja. Ambos tenían personalidades parecidas. Vivían por y para su trabajo. De un momento a otro, se comprometieron, porque eso también beneficiaría a sus respectivos trabajos. Sin embargo, todo cambió cuando ambos tuvieron relaciones sexuales y Danilo no pude excitarse al verla desnuda. Ella al verse rechazada por él, lo humilló diciendole que era impotente ante las mujeres, que debió hacerle caso a sus amigas cuando le dijeron que Danilo era gay. Eso para él fue lo que terminó por crucificar y sepultar su opinión de las mujeres.

Miré el rostro dormido de Danilo y sonreí con amor. Yo lo protegería de todo eso y le daría todo el amor del mundo. Se lo merecía. Besé su mejilla con suavidad y me apreté a su cuerpo buscando su calor.

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- Ya quiero llegar---exclamé feliz. Danilo se volteo sonriente a verme mientras manejaba por las calles que conducían a Navia. Su mano derecha buscó la mía, la entrelazo y besó mis nudillos--- Danilo ¿les dijiste lo nuestro?

- No he hablado con nadie de mi familia desde que salí en tu busca---exclamó Danilo con una mueca. Yo suspiré.

- Danilo no quiero enturbiar lo que tenemos, pero...

- Se lo que me vas a decir---comentó Danilo interrumpiendo mis palabras. Él suspiró--- y dejaré que Juan haga lo que más ame. Al final solo nos queda eso ¿no? conseguir lo que más amamos para ser feliz---lo miré con ojos llorosos y asentí sonriendo feliz.

- Gracias Dan---besé su mejilla---eres especial---él sonrió y continuamos la marcha en silencio. Cuando traspasamos las verjas de la villa, mi corazón latió a mil por horas. Es increíble que solo pasaron tres semanas desde que me fui de allí con el corazón roto y odiando a Danilo. Él se estacionó al frente de la casa y ambos salimos del auto. Danilo fue hasta mi y entrelazamos nuestras manos.

En el momento que Danilo abrió la puerta y entramos, éste grito los nombres de Alberto y Juan. Varios minutos después, ambos hermanos llegaron al vestíbulo con la sorpresa dibujada en sus rostros al verme. Juan nos miraba con la boca abierta y Alberto nos miraba con una sonrisa.

- Supongo que por la forma que están agarrados de manos y la cara de felicidad de Danilo, el cual cabe destacar jamás se la había visto, quiere decir que por fin se dieron cuenta de sus sentimientos y se van a casar.

- ¿Lo sabías?--preguntó sorprendido Danilo

- Me di cuenta cuando comenzaste a hacer cosas atipicas en ti, como durar mucho tiempo en la villa, o ponerte insoportable cuando me preocupaba por Clare y le decía Ángel. Estabas celoso. Aunque nunca te diste cuenta o...---Alberto sonrió---no quisiste admitirlo. Además el día de la fiesta fuiste, cosa que jamás en tu vida habías hecho y mucho menos dar espectaculos con las personas, como hiciste esa noche. Así que cuando Clare se fue, supe por tu cara que te habías dado cuenta que la amabas. Solo esperaba el momento que llegaran--- lo miré risueña, Juan seguía mudo y Danilo sonrió negando con la cabeza.

- Supongo que muchas veces uno es ciego ¿no?---comentó Danilo sonriendo. Juan lo miraba con sorpresa. Miré a Danilo y le hice señas con los ojos--- bueno hermanos, como verán he cambiado un poco. Y he recapacitado sobre mis acciones y quiero disculparme por todo este tiempo que les he hecho la vida imposible y no los he escuchado. Se que he sido un arrogante, testarudo, frío y antipático hacia sus sentimientos, pero le he prometido a Clare cambiar. Y eso haré--- tanto Alberto como Juan se quedaron sorprendidos por las disculpas de Danilo. Alberto silbo por la sorpresa y le dio unos suaves golpes a Juan por la espalda.