Especial: El Cumpleaños De Piccolo.

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¡Más vale tarde que nunca! ¿Verdad? Éste es un especial, que como ya verán, es por el cumpleaños de nuestro Namek favorito,  ya que ese día no lo pude publicar.  Aún así, espero que lo disfruten.

[Nota: Esto no tiene nada que ver con el curso de la historia.] 

-Piccolo, por favor ¡Te va a encantar!- Decía la más pequeña de ambos, dando empujones al de piel verdosa.

-No es necesario que lo hagas, tampoco es algún día importante.- Insistió, su pequeña bufó para darle a entender que era en serio.

-Si es un día importante ¡Es tu cumpleaños! Y en tu cumpleaños, debes pasarla bien. Además, seremos solos tú y yo, no va a haber ningún otro humano cerca.- Se puso delante de él, dándole una sonrisa paciente.

-... - Lo pensó por poco tiempo, con una mano en su barbilla, quizás tenía razón... ¿Nadie molestando? No es que seguía siendo el antisocial guerrero de siempre, las personas ya no le incomodaban, pero hoy precisamente quería estar solo.- Está bien, tú ganas... Pero en tu cumpleaños, ya que te lo tomas de igual manera, tendrás que aceptar lo que yo te dé.

-Ehhh... Ok, es un trato.- Ella se sonrojó de inmediato, volviendo de su nube de pensamientos tomó la mano de Piccolo otra vez y ambos volaban en el cielo, se estaba empezando a oscurecer y el paisaje era muy bonito.

-¿Qué tan lejos es? No creo que hayas volado tanto sólo para darme una sorpresa.

-No es muy lejos... Ni muy cerca. Sólo sé que nadie conoce ese lugar.- Encogió sus hombros sonriendo tímidamente, provocando una pequeña risa al Namek.

-Conozco cada rincón del planeta, sería el colmo que no lo haya visto antes.- Siguió volando de brazos cruzados, lentamente, en el transcurso del viaje, tomó a Mary de la cintura para atraerlo hacia sí mismo.

-Ugh, Piccolo... A ve-veces presumes mucho... - Sus nervios por estar así con el más alto no la dejaban hablar correctamente, sus palabras torpes podían salir si no se callaba.

-¡Hmm! Tomaré eso como si lo consideraras atractivo.

-(Si que eres tonto, claro que lo considero atractivo...)

-¿Sabes que puedo leer tu mente cuando estás así? Por cierto, gracias por eso.- Esa humana sentía insectos en el estómago por cada vez que él la sorprendía haciendo de las suyas ¿Cuántas veces no le habrá leído la mente a esa pequeña sin su consentimiento? Quién sabe, pero no le importaba mucho en realidad.

-... - Cubrió su cara ardiendo con sus manos mientras Piccolo reía.

-Dime, ¿Estamos cerca?

-Mmm... Gi-gira a la izquierda, donde está ese árbol gigante.- Él siguió las indicaciones y en poco tiempo, ya se hallaban en un bosque, cuya luz del Sol ya no era proporcionada a éste.

-Así que, es aquí.- Aterrizó dejando a Mary en el suelo, ésta comenzó a correr adentrándose al bosque.

-¡Si! Venga, sígueme.- Entusiasmada, fue directo a una pequeña laguna, sentándose en el tronco de uno de muchos árboles.

-Se ve que de verdad quieres hacer esto.- Llegó en menos de un parpadeo al lado de Mary, también sentándose en el árbol.

-Je, algo así... - Reposó su cabeza en el brazo izquierdo de Piccolo, cerrando sus ojos y suspirando tranquilamente.- ¿Te gusta?

Con esa pregunta, Piccolo se dedicó a observar a su alrededor. Esta vez le dio la razón a Mary ¿Existía éste lugar antes? A decir verdad, él no se había dado cuenta. Las hojas de los árboles y arbustos, en lugar de ser verdes, eran azules, las luciérnagas iluminaban todo el panorama que los rodeaba y los peces que eventualmente saltaban de la laguna tenían colores anaranjados y tonos turquesas, acompañados del sonido de las aves que apenas se refugiaban por la puesta completa del Sol.

Mi chica kawaii [En Edición]Where stories live. Discover now