16. Save me

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Jimin se removió en la cama, sintiendo como una pequeña y cálida manita recorría su pecho con ternura. La luz molestaba sobre sus párpados, así que lentamente abrió sus ojos para encontrarse con el pequeño tebaki que le miraba con curiosidad.  Sonrió involuntariamente y se estiró, sintiendo un corrientazo en su parte baja. Los recuerdos de la lujuriosa noche que había tenido con Yoongi llegaron a su cabeza. Sonrió aún más, había sido tan placentero que se desmayó en la mitad del mejor orgasmo de su vida.

Un pequeño gemido de puro placer salió de sus labios haciendo reír al tebaki, que miraba con gracia la espantada expresión que tenía el peliblanco cuando entró corriendo en la habitación .

— ¿Jimin? — preguntó angustiado — ¿Estás bien?

El menor soltó una pequeña risita, hablando con voz melosa — Mmgh... hyung~

El mayor le observó, frunciendo el ceño, haciéndolo sonrojar.

— ¿Qué pa-pasa? — Cuestionó el pelinegro sintiéndose ruborizar aún más si era posible.

— ¿No recuerdas lo que pasó anoche? — inquirió de nuevo con un semblante bastante serio.

Jimin mordió su labio inferior sintiéndose rojo hasta las orejas — Cariño — habló tiernamente dirigiéndose al pequeño niño — ¿Puedes ir a la cocina por un poco de agua?  Ya iré yo ha buscarte. — Este asintió, sacando su cuerpecito de la cama y dejando la habitación.

—¿Estás molesto? — interrogó sentándose, viendo a Yoongi fruncir sus labios.

¡Pero como se atreve! 

— Si era tanto problema acostarte conmigo no entiendo porque lo hicis-

— Espera... Espera... — lo detuvo el mayor viendo la ira aparecer en los brillantes ojos cafés — ¿Qué recuerdas de ayer? — volvió a preguntar relajado sus hombros y la expresión de su rostro.

El menor gruñó molesto. ¿Qué clase de pregunta era esa? ¿Acaso no había sido él, quién lo jodió hasta el cansancio? — ¿Qué esperas que te diga? — bufó — Tuvimos sexo eso es lo que recuerdo — afirmó frunciendo el ceño y viéndose como un cachorrito enojado.

— Si, eso lo sé. — respondió Yoongi con obviedad — Me refiero a que recuerdas des-pués de que... des-después de... — ¡Mierda! ¿Ahora, por qué tartamudeaba? — Después de correrte... — soltó en un suspiro.

Jimin lo miró entrecerrando los ojos. — ¿Tanto te interesa saber? — gruñó de nuevo — Pues ¡Si! ¡Tuve un maldito orgasmo que me noqueó! — gritó con rabia agitando sus manos — ¡No entiendo para que quieres los putos detalles si vienes a reclamar! — chilló, resoplando antes de continuar — Puede que seas un buen polvo pero esto no fue sólo mi culpa, no me vengas a decir que fue porque tú no reci-

Al menos no sufrió...

Jimin — habló el mayor, ahora más calmado interrumpiéndole — No te vayas a alarmar — dijo acercándose cauteloso hacia la cama — No estoy hablando mal del sexo... en realidad fue...— tomó una profunda respiración — fue muy bueno, pero tu tinta se puso algo...

Jimin lo miro ofuscado y luego dirigió su vista a sus brazos. Entonces gritó. Un quejido desgarrador y completamente espantado.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mi tinta!

Todo su cuerpo empezó a temblar, no viviría más de un mes. Por sus mejillas comenzaron a caer gruesas lágrimas  mientras se levantaba corriendo al baño para mirarse en el espejo. Toda su desesperación e incertidumbre se acumuló, cuando sólo vio un pequeño rezago de tinta alrededor de su corazón, de allí sólo quedaba espacio para las blanquecinas cicatrices. Cayó de rodillas sobre el suelo desconsolado, sintiendo su tiempo agotarse y la vida escapando entre sus dedos. ¡Maldita mierda! Él era joven, tenía muchas cosas por vivir y estaba allí, tirado en el suelo de un baño viendo la muerte frente a sus ojos.

Yoongi se acercó a él, sintiendo el dolor ajeno como propio. Aquel fuerte y abnegado Jimin se estaba haciendo trizas frente a sus pupilas.

— No... no no ¡no! .... — susurraba el menor desde el suelo, sujetando sus cabellos y agachado la cabeza derrotado.

El mayor lo sostuvo con fuerza tratando de reconfortarlo entre sus brazos. Después de un rato, cuando los temblores del ahora frágil cuerpo disminuyeron abrió los ojos, tratando de respirar.

— Yo lo... — intentó hablar sorbiendo por su naricita. Las palabras se quedaron atrapadas en su boca cuando cogió los antebrazos y las manos del mayor.

Pero que caraj-

¿Cómo es que tienes más tinta? — preguntó separándose, conteniendo la ira que apareció de repente en su pecho.

— La verdad... — dijo el peliblanco sintiéndose algo culpable — Lo noté esta mañana cuando me levanté , mis brazos se sentían algo raros y..

Jimin se puso en pie con las mejillas furiosamente rojas, salió a paso firme del baño buscando su ropa por el suelo sin voltear a mirar a Yoongi.

— Espera Jimin... yo... — procuró decirle al pelinegro sin éxito.

El menor se enfundó los pantalones, se puso la camisa y se volteó dirigiéndose imperturbable hacia el mayor. 

— Tú... ¡puedes irte a la mierda! — siseó con rabia contenida. — El monje nos advirtió, nada de romances porque eso traga la tinta ¿recuerdas? — cuestionó poniendo su dedo índice contra el firme pecho contrario. — Después de tantos meses pensé que sentías algo, así sea una minúscula mierda, pero ¡no!... espere demasiado y ahora ¡voy a morir por tu maldita culpa! — casi gritó — ¡Vete a la mierda! vive los años que te quedan buscando ¡estúpidos como yo!, que se enamoren de ti y te entreguen parte de su vitalidad para que sigas con tu maldita existencia — finalizó saliendo hacia la cocina, dejando a Yoongi de pie en la mitad de la habitación sin saber cómo responder.

Jimin tomó la pequeña maleta de carritos que se encontraba en la sala y luego la manita del pequeño para dirigirse a la salida. Cuando tocó el pomo de la puerta el mayor le llamó

— ¡Espera! ¡Yo puedo... yo puedo arreglarlo!

— Búscate otra cama caliente Yoongi, porque esta ha firmado su sentencia de muerte — aseguró cerrando con un portazo.

¡Mis queridos lectores! Se que están confundidos yo lo sé. Pero prometo que todo será más claro en el final. Si aún así no están satisfechos, dejen sus preguntas y las resolveré en un pequeño especial, que cuente eventos qué tal vez omito o conversaciones que pudieron haber sido necesarias. ¡Los quiero! Rían sin moderación y nos leemos pronto.

Pd: Yoongi ya no tenía tinta en los brazos pero como él estaba tatuado casi que de pies a cabeza no importaba mucho. 


El chico del tatuaje «Yoonmin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora