Capitulo 02

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-Cochino chicle te odio!!— le digo al chicle que está pegado debajo de una de las mesas de la cafetería.

Seguramente se estén preguntando que fue lo qué pasó después de haberle contestado de esa forma al director. Bueno pues me regañó por ser tan irrespetuosa y me dio uno de sus sermones sobre el respeto a los mayores y esas cosas, me dijo que como eran muchos trabajos y tareas que debía ahora mis profesores me calificarían por medio de exámenes que lleven todos los temas que hemos visto en clase, y finalmente me dio mi castigo aunque estoy segura que ya lo imaginan, si, me mando a despegar los chicles de TODAS las mesas de la cafetería hoy después de clases. Al principio pensé que no lo haría pero después de haberme amenazado con la expulsión tuve que hacerlo, no porque tuviera miedo de que me expulsaran sino porque si lo hacía tendría que buscar otra escuela junto con mis padres y yo no pensaba hablarles por nada del mundo. Nada.
Así que esa es la historia de cómo termine aquí sentada a bajo de la mesa con una pala, mis audífonos y un compañero bastante molesto.

-Hey! el chicle no tiene la culpa, la culpa la tienen los estudiantes sin cerebro que no tienen nada mejor que hacer en la escuela más que pegar chicles debajo de las mesas— me dice Eddie mi compañero de castigo, está aquí por ser el típico alumno bromista al cual se le ocurrió la brillante idea de poner una gran bola de chicle masticado en el asiento de la señorita Michaels, nuestra profesora de química, el cual terminó pegado en su falda y en la silla que luego de terminar con esto también tendríamos que limpiar.

-Creo que tú eres el menos indicado para hablar de eso así que cállate y sigue trabajando— le dije poniéndome mis audífonos dando por terminada la conversación, estaba escuchando Bellyache de Billie Eilish así que me fue inevitable no mover la cabeza al ritmo, mientras que con mis manos y la pala intentaba quitar el chicle que con lo duro que está pareciera que mi abuelo fue el que lo pego.

Después de 5 horas 32 mesas y la silla de la profesora Michaels,terminamos, estaba exhausta, nunca pensé que quitar chicles fuera pesado, más bien pensé que sería asqueroso, pero es un poco de ambos.

-Se que no hablamos mucho, pero me caíste bien este rato de castigo que estuvimos juntos— me dijo Eddie, la verdad yo nunca le hice la platica pero ese chico era un perico, enserio no dejaba de hablar nunca así que inevitablemente termine hablando con el y riendo un poco.— Ahora me doy cuenta que no es cierto lo que dicen de ti.

-La gente juzga demasiado, pero no somos amigos, solo compañeros de castigo. Adiós Eddie— le dije despidiéndome con la mano mientras tomaba mis cosas y salía. No quise preguntar que era lo que dicen de mí porque ya me lo imaginaba, además de que las puertas del baño me lo hacían saber frecuentemente, lo que le dije a Eddie es cierto, la gente juzga demasiado aún cuando no saben las razones por las que alguien cambia su comportamiento y yo mejor que nadie lo sé.

Al llegar al estacionamiento me subo a mi moto y conduzco a cualquier lugar que no sea mi casa.

Termine en casa de Lili, ella era lo más cercano que tenía a una mejor amiga, antes tenía muchas pero después de lo qué pasó con Emma me aleje de ellas y ellas no intentaron buscarme así que simplemente nos ignoramos mutuamente.

-Luces hecha un asco Colleen— me dice en cuanto llegó
-Si, bueno lo lamento por no arreglarme para limpiar chicles de mesas— le digo con mi, ya característico, sarcasmo
-¿Porque limpiaste chicles de mesas? — me pregunta, y se que te yo que contarle la historia porque ella es de esas personas que nunca dejan pasar un tema, así que después de terminar de contarle, ella está muriendo de la risa, literalmente está en el piso agarrandose el estomago por la risa y yo no sé si esa gran mancha el piso es su pipí. Pero no voy a preguntar.

Amor de contrato  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora