Sí, también era bueno en aquello.

-Venga levanta vamos a comenzar- Agarró mi mano para levantarme pues después de haber atado mis cordones me quedé sentada en el suelo observando su varonil figura-

Me concentré, juro que me concentré con todo lo que tenía pero definitivamente no era mi día y no podía dejar mis nervios atrás a la hora de practicar esta coreografía sumamente difícil.

-No, no y no- Después de una hora y media su paciencia se estaba agotando. La sonrisa en su rostro apenas salió en la última media hora- El pie primero, después te deslizas y entonces das la vuelta. ¿Te has puesto dos pies izquierdos hoy o qué?

Sé que fue un intento de broma pero dolió.

-No me sale- Yo no me rendía fácilmente pero llevaba varios días sin comer al haberme percatado de los kilos que había puesto al estar una semana sin poder ensayar. No me podía permitir estar gorda ahora. Me encontraba algo mareada pero no podía dejar que Hoseok se diese cuenta- No... no sé que me pasa- Suspiré- He estado practicando esa última parte como toda la mañana antes de que llegaras

-¿Te encuentras bien?- Hoseok puso mi mano en su hombro- Eh, eh... no llores

¿En qué momento había comenzado a llorar?

-Estamos todos muy nerviosos por la presentación, no te preocupes- Me miró con compasión y ahora sus dos manos sujetaban mis hombros para que lo mirase de frente- ¿Estás bien pequeña?

Siempre me llamaba así cuando me ponía nerviosa.

Pequeña.

Sí, así es exactamente como me siento contigo.

-Venga continuemos- Me deshice de su agarre y tomé la botella de agua del suelo para vertir casi la mitad del líquido en mi garganta- Desde arriba

Hoseok me miró con preocupación, temía que se diese cuenta, pero lo hizo. El color pálido en mi piel, el sudor en cantidad que recorría mi frente y el ligero color oscuro debajo de mis ojos.

-No te entuentras bien. Vamos a dejarlo por hoy ¿de acuerdo? Ahora, vamos a descansar- Cogió una toalla de su maleta y se decidió a parar la música-

-¡No!- Exclamé- Vamos a continuar. Quiero continuar. Puedo hacerlo- Sin darme cuenta estaba apretando los puños-

-Mírame- Pidió acercandose a mí de nuevo- ¿Has comido hoy?- Esa pregunta me hizo las manos sudar-

Puto Hoseok y su puta intuición.

-Te he hecho una pregunta- Pidió en tono demandante pero no pude pasar por alto el tono dulce de su voz que me sacó más de mis casillas-

-Sí- Mentí- Si he comido

-¿Me estás mintiendo?

-No

-Mírame a los ojos- Se acercó mucho más que antes y yo seguí mirando mis deportivas-

Me atreví a mirarlo. Mis ojos escocieron de nuevo atrayendo a las lágrimas. No quería llorar más.

-Pequeña...-Susurró y sus dedos viajaron a mi barbilla acariciando alli como si estuviera pasando los dedos por el cristal más débil del mundo- ¿Por qué haces esto? ¿Por qué te maltratas a ti misma?

-No me maltrato a mí misma- Seguía negandolo. Nunca admitiré mis debilidades ante un ser tan perfecto- Estoy bien, solo quiero seguir

-¿Eres capaz de romperte a tí misma por esto?-Preguntó mientras fruncía el ceño-

Tenía clara la respuesta.

-Sí- Dije sin vacilar-

Podría hacer mucho más con tal de estar en paz con mi mente, mi mayor pesar.

-No ensayaremos más hoy- Dijo serio y apartó los dedos de mi barbilla dejandome un sentimiento amargo recorriendo mi piel de repente- Puedes marcharte

-No pienso irme- Me crucé de brazos-

-Sí, vas a irte a comer algo y mañana volverás. Si me aseguro de que estás bien.

-No vas a hablar con mi madre- Le avisé-

Sabía que era lo que estaba pensando. Informar a mí madre de mi ayuno y entonces me tendría vigilada las veinticuatro horas. Sin contar que no me dejaría venir a los ensayos.

Hoseok no respondió y yo me creí a punto de perder los papeles.

-¿Me has oido?-Alcé la voz- No vas a hacer nada por mí, ¡No lo necesito!- Esta vez grité y Hoseok se giró hacia mí con una expresión incrédula- Solo... solo necesito esto- Sentía el corazón encogerse en mi pecho haciendome anhelar la respiración- Bailar

Él no se movió de su sitio. Parecía que el enfado burbujeaba en su cabeza a cada segundo que pasaba mirandome.

-Te he dicho que se acabó por hoy-Soltó tajante y mi mirada se cruzó con la suya en una guerra que estaba lejos de acabar- No voy a tenerte aquí agotada sin haber comido desde sabe dios cuándo y encima cuando no pillas los pasos ni a la de tres.

Hoseok era el ser más dulce del mundo pero esto era lo que pasaba si lo hacías enfadar.

-¿De qué vas?-Me acerqué yo esta vez- Lo he estado intentando, me has visto- Ese comentario me había dolido- ¿A que viene que digas eso?

-Estás distraída- Me miró a los ojos- No puedes concentrarte en lo que estás haciendo porque no te encuentras bien y yo así no puedo ensayar

-¡Estoy distraída por ti!- Grité en su cara tan de repente que se asustó- ¡Tus pasos, tu cuerpo, tus movimientos! ¡Todo me distrae!- Mi voz se hacía un eco ensordecedor en aquella sala vacía- No puedo concentrarme contigo y hago el puto esfuerzo todos los días porque eres con el único que puedo bailar, el único que me entiende, el único que hace que me duela el alma cuando no bailo- Lo solté todo y me faltaba el aire, así que suspiré bajo su atenta mirada. Mi corazón latía a toda velocidad- ¿No te das cuenta? Eres perfecto y yo... Mírame- Me miré a mí misma y Hoseok frunció el ceño- Soy un desastre, una pies izquierdos y una inútil que ni siquiera puede...

En ese instante sus labios chocaron con los míos y sus manos me aprisionaron tan fuerte y en un intento tan desesperado por estar pegado a mí que me desarmó.

Sus manos subieron esta vez a mi nuca manteniendome pegada a sus labios que se movían suavemente contra los míos.

Yo mientras luchaba por mantener mi respiración regular pero era imposible. La sensación de tenerlo tan cerca e intentado meter su lengua en mi boca me estaba arrebatando el aliento.

-Hoseok...-Suspiré cuando nos separamos por necesidad de respirar- ¿Por qué...?

-No quiero que vuelvas a decir esas cosas de tí- Agarraba mi cara sin dejarme mirar otra cosa que no fueran sus ojos- Eres preciosa. Tu baile es pulcro, puro, eres como una mariposa al bailar, te deslizas tan suave y delicado que podría pasarme el día mirandote.

Jadeé ante sus palabras.

-Por favor, necesito que te mires en el espejo- Dirijió mi cara hacia el espejo haciendo que me sonrojase al vernos a ambos tan cerca a través del reflejo- Mirate- Giró mi cuerpo- Eres perfecta, y no puedo evitarlo más, no puedo esperar más para enseñarte como amarte a ti misma y si para eso tenemos que hacer temblar las paredes, eso es lo que pasará.

Mis mejillas ardieron por el doble sentido. Dejé de mirar mi reflejo en el espejo para mirarlo a él de nuevo. Observé su mirada preocupada pero en este momento me llamaban más la atención sus labios mojados.

-Estoy lista para que me enseñes a amarme a mí misma, Hoseok.

Ya sabéis;

Love myself,
Love yourself.

Y ya sé que esto no es un lemon pero es que Hoseok es tan dulce que no puedo ser sucia con él.

-S

One shots↭BANGTANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora