Sweets to the sweet | ym

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Jimin bajó del vehículo junto a Taemin y sacudió todo rastro de nervios de su ser, respiró profundo tres veces y sonrió, totalmente listo para ver a Yoongi.

Con fuerza – y un poco de ayuda del alfa -, empujó una de las puertas de cristal del edificio y se acercó a la recepcionista, quien sonrió al reconocerlo. Una vez preguntó por la asistencia de Yoongi, ambos se dirigieron al segundo piso, donde los artistas y mánagers trabajaban en estudios y oficinas.

— Me hace feliz que me acompañaras, hyung — mencionó Jimin en la sala de espera, moviendo animadamente los pies. Estaba ansioso.

— Está bien, pequeño — respondió el mayor, con la cara descubierta y mirando el entorno. Jimin lo imitó y, al ver a Yoongi caminar fuera de su estudio debido a su llamado, se levantó rápidamente. Taemin hizo lo mismo.

— ¡Yoongi hyung! — exclamó Jimin con una enorme sonrisa y se pegó más a Taemin, esperando una reacción específica del mayor de los tres.

Pero Yoongi no hizo mueca alguna de inconformidad.

— Jiminnie — murmuró con una sonrisa y revolvió los cabellos rubios para luego acariciar su mejilla levemente. Luego miró al otro alfa — Lee Taemin, tiempo sin verte. Felicidades por el álbum en solitario, por cierto.

— Gracias Yoongi. ¿Qué tal va todo? —

La mente de Jimin se bloqueó un segundo, porque en ningún momento en que mencionó a Yoongi, Taemin le dijo que lo conocía, o viceversa. Se sintió un tonto al ver que sus hyungs hablaban con normalidad. Además, estaba el hecho de que esperaba ver algo de celos o molestia de Yoongi hacia otro alfa. Era estúpido, ¿por qué había esperado algo así si estaba claro que Yoongi no sentía nada romántico por él?

— Jiminnie, ¿te encuentras bien? — escuchó a Yoongi a su lado; le miraba preocupado y curioso.

Asintió y fingió no estar levemente triste.

— No ocurre nada, hyung. Estoy un poco cansado —

— ¿Quieres que pase por ti más tarde, Jimin? — preguntó Taemin, con una pequeña sonrisa en el rostro y la voz amable. Estuvo a punto de decir que sí, pero la mano de Yoongi se posó en su espalda baja y sus palabras desaparecieron.

— No hace falta, yo lo llevo a casa.

— ¿Seguro? Sabes cómo es la prensa.

— Bien sabes que eso me importa una mierda, Lee.

— Lo digo por proteger a Jimin, Yoongi.

— Claro, sabes también que lo haré muy bien.

Jimin se sonrojó levemente. ¿Por qué seguía creyendo que su hyung sentía lo mismo simplemente con decir esas palabras? Yoongi simplemente estaba siendo un buen superior.