Sweets to the sweet | ym

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Yoongi se aclaró la garganta dos veces y habló con inseguridad —¿Puedo hacerte una pregunta? Bueno, otra, porque eso ya fue una pregunta —

Jimin soltó una pequeña carcajada — Claro, hyung —

— ¿Por qué no sales en tus vídeos musicales? —

— Oh...— Jimin tragó saliva, ajustó su beanie y fue a una de las bancas a sentarse. Yoongi lo siguió fielmente — Bueno, se podría decir que es una estrategia de mercadotecnia, ya sabes, el misterio de la identidad de Park Jimin, pero...—

— Puedes guardártelo si quieres, Jimin —

"
— No, está bien. Confío en ti, Yoongi-hyung. La cosa es... Soy muy inseguro en cuanto mi apariencia — Antes de que Yoongi pudiera decirle más cumplidos como los de aquella vez, preguntó — ¿Recuerdas que te dije que hubo un momento en mi vida que tuve inspiración para escribir y luego la motivación se fue? —

— Sí...—

— Fue por un alfa —

Yoongi se mordió los labios, suspiró y obligó a aquella sensación de incomodidad el irse completamente.

— Verás, en la universidad yo era conocido por mi cuerpo. El alfa que me gustaba en ese entonces  era el chico más popular de toda la escuela, ¿qué debía tener un alfa popular? un omega de cuerpo decente. Yo pasaba los días haciendo ejercicio para gustarle y, cuando nos hicimos pareja, me sentía como el omega más deseado del mundo. Él consideraba tonto el que soñara con ser un bailarín y cantante famoso, y aún así yo trataba de escribirle canciones... El punto es que yo no me dejé marcar por él y me puso en vergüenza frente a todo el mundo: me dijo que era gordo, que nunca nadie querría a un omega de mejillas robustas, ojos pequeños, labios enormes y celulitis en las piernas. Eso fue un incentivo para volverme fuerte, entrenar y poder debutar, pero al mismo tiempo me volvió más inseguro de lo que ya era —

A Yoongi se le rompió el corazón al ver un pequeño puchero formándose en sus labios.

Lo estrechó contra su pecho y dejó que soltara lágrimas en él.

— Perdón por llorar, no debería arruinar un lugar y una situación tan bonita con mis desgracias — 

— Está bien, estoy aquí. Puedes llorar todo lo que quieras Jiminnie —

— Pero se supone que ya no me duele, hyung, fue hace cuatro años —

— Tal vez por ese idiota no te duele, sino por ti mismo, Jimin. Es terrible sentir inseguridad. Yo he vivido con depresión desde que era niño, siempre pienso en que lo mejor sería desaparecer del mundo, pero primero debo cumplir con todo lo que he deseado. Sé que es difícil superar las expectativas de los demás y las propias, así que llora todo lo que quieras. Yo estaré aquí —

Jimin se acurrucó contra el pecho ancho de Yoongi, aún con vergüenza por manchar su chaqueta con sus lágrimas; recibió un beso en la cabeza, caricias en la espalda y palabras bonitas. Definitivamente Min Yoongi era un hombre de gran corazón.

Se separaron luego de un rato y Jimin soltó una risa triste al ver la humedad sobre Yoongi — Lo siento hyung —

— Está bien, pequeño. Está disponible siempre que lo necesites — Cuando Yoongi se levantó y ofreció su mano derecha a Jimin, él no pudo evitar pensar en su primer baile — ¿Quieres que te lleve a casa o prefieres bajar a la cafetería? —

— Tomaré lo de ir a casa, gracias hyung —

Se mantuvieron en silencio cómodo dentro del auto de Yoongi; Jimin miraba a la ventana y algunas veces a su atractivo mayor, mientras él suspiraba y se concentraba en el camino por la ciudad.

Aparcó fuera del edificio de Jimin y ninguno se movió.

— Yo... intentaré volver a escribir, hyung —

— No quiero que te presiones, Jimin. Además, recuerda que debes ayudarme con mi nueva canción —

Jimin rió suavemente cuando Yoongi guiñó un ojo — Por supuesto, hyung. Le enviaré mensaje más tarde para quedar en la grabación —

Ambos se miraron con una sonrisa nerviosa antes de que Jimin se acercara y besara suavemente la mejilla de Yoongi — Gracias por esta tarde, hyung. Espero se pueda repetir —

— También yo, Jiminnie. Ve con cuidado —

Jimin se despidió con la mano desde la puerta de cristal del lugar y Yoongi no podía quitar esa enorme sonrisa de su rostro.