29.

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-¿Dónde está Bea?- pregunté ni bien entré a la sala de espera del área de emergencias de la clínica.

-Al fin llegas- dijo mi papá cuya camiseta estaba empapada de sudor.

-Te ha estado esperando- me dijo Sam, él estaba igual de sudado-. Se rehúsa a dar a luz sin ti a su lado.

-Mierda- mascullé.

-Katrina- me regaño mi papá, pero una enfermera tomo mi brazo y me llevo a la sala en donde estaba mi hermana.

Ahí la vi a ella gritando de dolor al igual que Ben que sostenía su mano.

-Rápido, ponte esto- me dijo la enfermera pasando un camisón por mi cabeza y colocando una gorra en mi cabeza.

-¿Kat? ¿Eres tú?- mi hermana volteó a mirarme y soltó un suspiro-. Ahora, sí. ¡Que salga ya!- le gritó al doctor, que por cierto, era tío de Sam.

-De acuerdo, Bea- le dijo él-. Quiero que pujes con todas tus fuerzas.

-¡Duele!- chilló ella y yo me acerqué para apartar el cabello de su rostro.

-Tú puedes, B- le animé con una sonrisa-. Tú puedes.

Bea cerró los ojos, apretó mi mano y la de Ben tanto que acabo por torcérnoslas, y cuando oí el llanto de un bebé, tanto el hermano de Sam como yo nos miramos y nos pusimos a llorar al instante.

-¿Lo hice? ¿Lo hice?- preguntó Bea que había dejado de llorar de repente, ella tenía las venas marcadas en su frente.

-Lo hiciste, Bea- sonreí-. ¡Lo hiciste!

-Y... Es una niña- dijo el tío de Sam con el bebé en sus brazos y se la dio a mi hermana-. Felicidades.

-Es preciosa- dijo Bea-. Les presento a Leah.

***

21 de febrero.

Finalmente había llegado el día en el que vería a Stevie Parker en concierto y Stephanie y yo estábamos más que emocionadas al respecto, y no solo por el hecho de revivir cómo nuestra amistad nació años atrás en Londres, sino porque habíamos conseguido gracias a Alex entradas a primera fila y backstage.

-¿Crees que Stevie me recuerde?- preguntó Stephanie en el camino.

-Han pasado casi cinco años, no lo creo- me reí-. Además, estábamos a unos 10 metros del escenario en medio de una multitud, seguro ni te vio.

-Auch- Stephanie cruzó los brazos-. Pues, ¿sabes qué? Hoy lo tendré a centímetros, lo besaré y finalmente se hará realidad la fanfic en la que él se enamoraba de una fan.

-¡Hey, yo también leí esa!- exclamé-. La diferencia es que en la fanfic se llevaban dos años y en la vida real ustedes se llevan como diez.

-Cállate y no destruyas mis sueños.

Llegamos al estadio en donde sería el concierto y el taxi nos dejó justo donde iniciaba la fila de un millón de calles.

-¿Ahora qué?- inquirió Stephanie.

-¡Chicas, por aquí!- nos gritó alguien y al mirar a las chicas que eran primeras en la fila, sonreí.

Eran Alex, Natalie y Miranda.

-Les guardamos espacio en la fila- nos dijo Nat colándonos a mí y a Stephanie.

-¡Oye! ¡Esas dos chicas deben formar la cola!- exclamó una tipa que iba detrás y todas volteamos a mirarla, cosa que la intimidó lo suficiente como para deshacer el ceño fruncido que llevaba.

Prohibido SoñarWhere stories live. Discover now