Extra 2: Celos de elfo

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Lean el aviso al final!!!
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Max no sabía si eran ideas suyas o realmente estaba sucediendo, pero desde que el y Daemon habían hecho pública su relación, toda la población femenina de la escuela parecia estar detras del pelinegro.

Y justo en ese momento era testigo de eso...

Daemon caminaba por el pasillo y detras de el iba un trio de chicas hablándole y sonriéndole de manera picara. Si Max no se equivocaba, compartía algunas clases con ellas. Frunció el ceño y se encamino hacia su novio.

—¡Hola Dae Dae!— dijo con su típica sonrisa y Daemon acelero más el paso luciendo bastante aliviado.

—Pequeño elfo— lo jaló en un abrazo y hundió la nariz en su cabello. —Justo iba a buscarte, te echaba mucho de menos.

—Yo también...

Siempre se extrañaban, aun cuando se separaban por cinco minutos, para ellos era toda una eternidad.

De pronto un carraspeo los hizo separarse ligeramente. Daemon gruñó y Max no necesito levantar la vista para saber que las chicas que perseguian a su novio seguian ahí y él mismo estuvo tentado a gruñir, no soportaba que esas chicas se fijaran en su novio, simplemente no lo soportaba.

—Disculpa—dijo una voz melosa y chillona.

—¿Qué?— masculló el pelinegro, girandose ligeramente sin soltar a Max.

—Bueno, queriamos saber si vas a ayudarnos con los libros en la biblioteca. —Eso lo dijo una chica de largo cabello castaño y unos felinos ojos avellana. Era bastante curvilinea y veía a Daemon con coquetería poco disimulada.

—Si—dijo Daemon derrotado—las chicas sonrieron ampliamente— Pero lo haré en un rato, justo ahora quiero tiempo a solas con mi novio.

Las otras dos chicas, una rubia y una de abundante cabello rizado le lanzaron a Max una mirada irritada.

—Bien, nos vemos luego...Daemon—dijo la castaña curvilinea batiendo sus pestañas que a leguas se notaba que eran falsas.

Max las vio alejarse mientras balanceban las caderas de manera exagerada. Un sentimiento agrio se asento en el pecho del perqueño castaño. No le agradaban esas chicas y esperaba que a Daemon tampoco.

—¿Con qué tienes que ayudarlas?— preguntó con autentica curiosidad.

Daemon le besó la nariz y luego ambas mejillas hasta aterrizar en sus labios.

—Sucede que la profesora de biología me castigo porque me dormi en su clase— suspiró hastiado— y entonces me obligo a ayudar a esa mocosas para que ordenen parte de la biblioteca o algo así.

—Ya veo, pobre de ti.

—Si—Daemon hizo un puchero—quería pasar tiempo contigo y no con esas mocosas, son tan irritantes...con esas vocecitas chillonas de chihuhuas... — se estremeció provocando que Max riera al sentirse aliviado.

—Bueno, recuerda que hoy es viernes y mis padres estan de viaje así que...— se mordió el labio de manera inocente, pero para Daemon era el gesto más sexy del universo. —Puedo quedarme en tu casa esta noche.

—¡Dios, si! Ya quiero que sea de noche y tenerte solo para mi.

—También quiero eso, pero ahora ve a cumplir con tu castigo ¿de acuerdo?

—Esta bien—Lo besó en los labios un par de veces más —Te amo.

—Te amo más.

Así se despidieron, sabiendo que estarian juntos muy pronto...

Un Golpe De Suerte (Suerte #1)Where stories live. Discover now