33. La historia del omega

6.8K 795 245
                                    

Se los dije a ambos cuando volví a la casa

Oops! Questa immagine non segue le nostre linee guida sui contenuti. Per continuare la pubblicazione, provare a rimuoverlo o caricare un altro.

Se los dije a ambos cuando volví a la casa. Gabriel no creía mis palabras, mientras que Lucía se dispuso a estar silenciosa, mientras abrazaba a Lucero.

Creo entender su miedo.

Decidimos hablar con David, en ese momento no había gente en el piso inferior y la mesa estaba disponible para nosotros. El lobo de la posada pensó que sería agradable hablar ahí.

Nos sentamos en ella y vimos distintas hierbas que reconozco para hacer té. David se hace uno antes de comenzar a hablar.

— Supongo que tienen dudas de como llegue aquí — comenta David bajando la taza de su té— Diré las cosas sin rodeos, los veo ansiosos. Soy lo que se conoce como un lobo omega, una línea dentro de un Clan de mi especie.

Eso me sorprende. Mis expresiones son obvias y más son las de Gabriel al darse cuenta que decía la verdad.

— ¿Dijo un omega, David? — consulta con cuidado Lucía— Si es así, me extraña que tenga hijos. Tengo entendido que los de esa clase tienen prohibido reproducirse.

— Espera, ¿tienen reglas así entre ellos? — comenta Gabriel más extrañado.

— Para que sepas leñador— le hablo a Gabriel— somos una especie con reglas de vida y tradiciones antiguas y marcadas que llevamos a cabo desde que la Luna apareció en el cielo.

Gabriel hace una mueca.

— Creo ya saber como va una de las tradiciones por lo que ha pasado Lucía, lobo — comenta Gabriel molesto.

— Tranquilo los dos— comenta David buscando relajar el ambiente— Bueno Gabriel, como dijo Velkan aquí presente, tenemos reglas y además jerarquías y cada uno tiene tareas y beneficios dentro del Clan. Como imagino de Velkan, el debe ser un alfa. Ellos son los lobos cazadores y que protegen al Clan. Son los que traen comida a la gente y lo administran. Eso lo sé por dos detalles: los alfas tienen patillas en su rostro bien marcadas como las que luce nuestro muchacho.

Esto lo dice haciendo una pausa y señalándome. Instintivamente me llevé una de mis manos hacia el pelo negro de mis marcadas patillas.

— Lo otro es por Lucía y su marca en el hombro— agrega viendo con una suave sonrisa a mi mujer— Los alfas son los únicos que pueden reproducirse para pasar su fuerza y crear lobos como ellos. Esa marca es parte de lo que se llama un Cortejo.

Lucía baja la vista y veo que se toca el brazo donde reposa la marca de mis colmillos.

— Los omegas como yo, en cambio— comenta David — Somos hijos de Clanes vencidos que se han convertido en sirvientes de quienes ganan. Nos encargamos de tareas domésticas, como cuidar plantas con las mujeres del Clan y otras tareas menores. No podemos reproducirnos ni hacer un Cortejo por ser de un Clan o hijos de lobos vencidos. Es la razón por la cual estoy aquí, verán que tengo descendencia: tres maravillosos hijos que me los dio mi fallecida esposa, que la Luna la tenga en su gloria.

El Cortejo de VelkanDove le storie prendono vita. Scoprilo ora