tentaciones ocultas Elliot y Kate

capitulo 28

Capitulo 28

Estoy tan cansado que he dormido todo el vuelo a Seattle, mis ojos no pudieron mas y se cerraron por si solos, entierro mi cabeza en el cuello de Kate su aroma me relaja. Hubiera pedido la habitación a Christian para dormir un rato a solas con Kate aunque de pronto no hubiéramos dormido mucho. Busco a tientas una parte del cuerpo de Kate y aprieto su rodilla noto como su pulso se acelera.

Otra vez tengo esa sensación de ser mirado por un halcón, abro los ojos y miro directo a los ojos azules de Ana cundo ella nota que la he descubierto y se ruboriza por completo, ella están graciosa cuando hace eso me estiro para despertar mis músculos.

-       Me encanta tu rubor Ana – bromeo con ella Kate solo le sonríe.

El aterrizaje fue tranquilo y callado al salir del avión esperamos el equipaje, el clima está un poco frío así que la envuelve con mis brazos para que no sienta frio, Kate se acomoda un poco mientras que Christian se encamina a nosotros.

-       Espero que este fin de semana haya sido de su agrado – nos dice mi hermano.

-       Claro que si Christian de nuevo gracias por la habitación – le sonríe Kate – fue muy especial.

-       Me imagino – le sonríe – Elliot tendremos nuestra última reunión con Gia ya tendremos los planos terminados.

-       Bien dime para empezar la primera semana de septiembre – le digo con entusiasmo amo estar en las obras – me gustaría que la obra esta adelantada antes de la boda.

-       Ya tienen fecha – nos mira.

-       Aun no pero esperamos tenerla pronto.

-       Me alegro por ustedes.

Ana se acerca pero aun me mira con recelo se despide de nosotros prometiendo que muy pronto vería a Kate, ellos se marchan junto con Mia y Ethan que a el par de indecisos los vino a recoger uno de los choferes de nuestros padres dejándonos a Kate y a mí el coche, que lo conduce Max.

-       Permítanme felicitarlos en mi nombre y de Jina – nos sonríe – ya era hora que alguien atrapara las bolas del chico.

-       Max ¿te gusta tu trabajo? – le pregunto con una sonrisa.

-       Por supuesto señor, amo mi trabajo – le guiña un ojo a Kate.

-       Bien, entonces evita ese tipo de comentarios. – lo regaño en broma.

-       Por supuesto señor – se inclina le susurra algo a Kate haciendo que se ría.

-       Gracias Max – le dice entre rizas.

Max está a salvo, el viejo ha estado conmigo desde que era un adolescente, tiene más de cuarenta años es como un tío para mi, este hombre me ha ayudado en todo momento cubriendo mis espaldas con las mujeres aun que no le gustara mucho.

-       Le voy a decir Megan – es la esposa de Max.

-       Esa mujer no te va creer crio – se burla.

Entramos en el coche y Kate se recuesta en mi hombro mientras juego con una hebra de su sedoso cabello, Kate suelta un suspiro y se acerca más a mi cuerpo con gusto la cubro con mi cuerpo.

-       Ana estaba rara te miraba mucho.

-       Mmm si pero sé porque estaba tan rara – mejor le cuento lo que vio Ana.