capitulo 4

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Mi corazón dejo de latir por un instante cuando el nombre fue descubierto por un momento llegue a pensar que no le gustaría mi sorpresa ¿pensara que soy un ridículo? Pero todo cambio ella me miro con sus ojos brillantes por la sorpresa con eso supe en verdad que ella le gusto que haya bautizado nuestro yate con su nombre, la sonrisa de Kate siempre me aparecido hermosa pero cuando vio la letras su sonrisa no era solo hermosa era magnifica capaz de iluminar cada rincón de mi vida. Solo ella puede hacer que mi existencia sea más mágica Kate es mi única, mi único y verdadero amor.

Kate esta admirando el esplendor de la cabina del yate con una gran admiración mira el amplio lugar que está ocupado por muebles lujosos donde caben una familia entera, en una esquina de la cabina se encuentra un pequeño bar donde se encuentra cualquier trago que le guste a Kate y a mí, los diseñadores de Christian hicieron un gran trabajo con este lugar y solo ver la sonrisa de Kate valió cada centavo que invertí. Cuando Kate se da la vuelta mi respiración se entrecorta por su maldito vestido la parte de atrás le falta una buena porción de tela dejando su piel cremosa al descubierto, deseo que mis manos viajen por su espalda y darle suaves besos haciendo que ella gima de placer que me ruegue que le haga el amor. Tengo que tomar control de mis deseos porque si no lo hago la terminare arrastrándola al camarote solo con pensar eso mi erección crese asiéndome sentir incomodo por la presión del pantalón.

- Es hermoso Elliot – Kate se da la vuelta para mirarme a los ojos.

Me acerco a ella con un paso lento y sensual de inmediato suelta un pequeño temblor no puedo evitar que una sonrisa crezca en mi rostro al saber lo que yo causo en su cuerpo. Ya estando cerca de ella su exquisito aroma llega a mis pulmones una combinación de fresa y cerezas hacen que mi deseo por ella crezca aun más, los ojos de Kate son expresivos y muestran el deseo que yo le haga el amor al fin la haga mía. Tomo sus manos y las acerco a mis labios poco a poco beso cada uno de sus nudillos, esta noche Kate tiene el brazalete que le regale en barbados que dice “eres mi única” además de eso tiene los aretes en forma de lagrima de diamantes verdes.

- Los llevas puestos – susurro ella casi no se los pone con miedo a que los pierda.

- Pensé que esta noche era especial quería llevar algo que me hayas regalado tu.

- Dejos caer uno de sus brazos para solo dejar el que lleva puesto el brazalete y mis labios llegan a su muñeca la piel de Kate se eriza por mi toque tan intimo – quiero que lleves siempre este puesto.

De inmediato nuestras miradas se conecta el aire se llena de un color sofocante por el deseo de nuestros cuerpos. Cuanto la deseo aquí ahora pero no me puedo dejar llevar por mis tentaciones de tenerla debajo de mí gimiendo mi nombre tengo que calmar aun falta otra sorpresa.

- No quiero perderlo – la mirada de Kate nunca separa de la mía, cálmate muchacho.

- No la vas a perder nena – beso la palma de su mano y los ojos de Kate se vuelven más dilatados – solo quiero que lleves algo mío todo el tiempo.

- Beso cada punta de sus dedos sin dejar de mirarla a los ojos – tú no tienes nada mío.

- Sí que lo tengo nena.

- Así ¿Qué es? 

- La jalo para quedar cerca de su oreja – el recuerdo de tus ojos, el recuerdo de tus labios, el recuerdo de tu cuerpo junto al mío cuando hacemos el amor, de ti cuando duermes a mi lado y cuando despiertas junto a mí pero el recuerdo que más me importa es de ti diciéndome que me amas.

- Oh Elliot – su voz es suave.

Un discreto carraspeo nos saca de nuestra burbuja haciéndonos mirar a la puerta.

tentaciones ocultas Elliot y KateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora