Capítulo 16

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Esa mañana fue muy confusa para Tobías, y rápida debía agregar, porque el día anterior las noticias volaban, corrían y se arrastraban por todos los canales televisivos, en todos los programas hacían aunque sea de forma vaga la mención del suceso más importante a ojos de los reporteros exagerados y hoy, hoy había tenido que confirmar con sus propios ojos el trabajo de Giovanni.

Todavía recordaba la magnífica explicación del Forense que relató la reconstrucción del la posteriores horas a la muerte del viejo. Causa de muerte: decapitación. Que placer experimentado, que satisfacción ver el cadaver del enemigo, de la persona que le había arrebatado la única felicidad de su vida, la mujer que había sido más madre que la biológica. El cuerpo tenía múltiples tajos de gran largo y profundidad, le faltaban sus ojos, lengua, algunos de sus dedos y los testículos, en su pecho se podía ver la distorsión de las costillas rotas y el gran hematoma que se formó ocupando gran espacio del lado izquierdo, la palidez que la muerte le daba hacía presenciarlo con mayor intensidad.

Al principio el sujeto que trabajaba en la morgue no había creído correcto que el menor reconociera el cuerpo, que con dos mayores bastaba, pero Vladímir había dado el visto bueno y además también ofrecido una buena suma de dinero para que no hablara con los periodistas.

Decidieron no velarlo, ya no había porque seguir fingiendo y sólo pagaron los gastos funebres. No tenían idea si el viejo era católico, pero de igual forma llevaron un sacerdote para que pusiera pintas en aquel desfile de negro. A Tobías le sorprendió ver tanta gente, tantos autos marchando al cementerio.

- Es de mal augurio contar los autos en un funeral.

-¿De verdad?- Tobías tenía la mejilla apoyada a la fría ventana del auto mientras veía como la imagen se distorsionaba por culpa de las gotas que se acumulaban en esta.

Serguéi bufo molesto con el tiempo, era una llovizna muy tenue y eso ponía el ambiente pesado, sumando a su pésimo humor por que no podía prenderse un cigarro.

-Tobías, creo que es momento de que hablemos ¿no? - El nombrado lo miró de reojo y suspiró resignado.

- Te escucho. - Cruzó sus piernas tratando de lucir calmado, aunque por dentro los nervios lo comían.

- La verdad no puedo decir que si me lo hubieses dicho te guardaría el secreto, pero... me siento... - Movió sus manos buscando la palabra para describirse, luego vio sus manos vendadas y las bajó sintiéndose tonto.

- Engañado- Yo lo siento Serguéi, pero hicimos lo necesario para llegar a Grenyoi... además tu fuiste quien se acercó.- Recordó Tobías tratando de defenderse lo cual hizo carcajear a Serguéi.

-Sólo auxilié a un pobre chico antes de que lo molieran a golpes.

- Lo tenía bajo control.- Bromeó.- En serio, no fue planeado en realidad usarte, pero creo que eso fue lo que te salvó, además de que yo le pedí a Giovanni un poquito de clemencia para ti.

- Debo agradecerte entonces por estar vivo.- A Serguéi no le sorprendía escucharle confesar eso, pues lo había notado en el tal Giovanni, que si fuera por él ya estaba muerto y enterrado o nadando debajo de un puente con un lindo collar de cadenas.

-¿eh?- Tobías lo miró confundido con aquella afirmación.

- Pues sí, si no nos hubiéramos conocidos sería un cadaver más en la morgue y ahora también debo agradecerte por hablar con ese tipo, pensé que había tenido suerte solamente.

HERMANDADWhere stories live. Discover now