Capítulo 30 Segunda parte

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En un movimiento rápido cortó la tela de su camiseta con la navaja y presionó con fuerza la herida.
Fue demasiado fuerte pues Serguéi se quejó tosiendo por el golpe en la garganta.

-Estoy bien, Vincent. -Intentó calmarle.- Suéltame. -En ese momento Serguéi dio golpecitos suaves en la mano del otro, pero no cedía y al mirarlo tenía los ojos perdidos en la poca sangre de su cuello.
Estaba asustado y aturdido.

-Vincent... ¡¡Vincent!!-Una sacudida por los hombros logró tomar su atención. - Estoy bien, maldito demente, necesitas más que eso para darme lucha. -Presionó fuerte la herida y con la yema de su dedo inspeccionó el tamaño. Realmente había alcanzado a esquivar eso a tiempo, la navaja trazó un largo rasguño desde la nuez de Adam hasta el mentón, sin profundidad, pero lo suficiente para arruinar su camisa.

-No debiste... tú ¿Porqué estás encima de mí?- Vincent lo miró serio. - ¿Y esperas que no intente matarte cuando te me tiras encima? - Preguntó intentando defenderse de su error.

-Tu, maldito borracho, sólo te cargué hasta el auto, por poco no podías ni caminar ¿Así me pagas el favor? Podría haberte dejado allí tirado. -Intentó ponerse de pie fuera del coche. - Además ¡¡tú tiraste de mi brazo para apuñalarme!! por eso estaba encima de ti. -Cerró la puerta trasera y se adentró en el lugar del conductor.

Vincent cruzó a los asientos delanteros, su cuerpo parecía que no encajaría en la separación de asientos, pero aún así lo logró.

-Fue un reflejo involuntario. -Se explicó mientras Serguéi continuaba inspeccionando su cuello en el espejo retrovisor, no recibió respuesta y de reojo lo veía manejar muy molesto y en silencio, hilos de sangre corrían a lo largo de su cuello ensuciado su camiseta.- ¿Piensas llamar para que te echen un ojo? -Ninguna respuesta y por varios minutos continuaron el viaje de regreso a la mansión de completo silencio.

Subió las escaleras con el cigarro sin encender en la boca dejando atrás a Vincent.
Desentonaba la cara de culpa y preocupación en aquel enorme hombre, pero el portazo en su cara por ir detrás de Serguéi lo había hastiado y con su pesada mano golpeó la puerta.

-Abre la puerta y deja que te ayude. -Sin respuesta volvió a insistir. -No te vas a desangrar, pero si no abres haré que suceda. - Sin poder controlar más la ira abrió paso con un fuerte empujón de su hombro.

Nunca antes había entrado a la habitación de Serguéi y le llamó la atención el orden, más aún viniendo de ese hombre. Inspeccionó en un vistazo rápido sin encontrarlo y se dirigió al baño, el ruido del agua fluyendo lo confirmó.

-¿Vas a romper esta puerta también? -Preguntó Serguéi al no escucharse nada.

-¿Debo hacerlo? -Serguéi salió cortando sus palabras, traía el cabello mojado y su cuello y pecho también, había limpiado la sangre seca de su piel y se había quitado la camisa ensangrentada.

-No es necesario, si tanto quieres tratar mi herida como para romper la puerta entonces hazlo. - El corte vertical comenzaba a brotar nuevamente sangre.

-Recuestate en la cama, iré por lo necesario. -Suspiró y fue en busca de un botiquín que utilizaba Tobías. Al regresar, Serguéi esperaba con el pecho descubierto y el ziper de su pantalón abierto, su brazo cubría sus ojos de la luz de la habitación y esperaba recostado tal como le pidió.

-Uno de estos parches servirán, además la herida no parece sangrar más. -Tomó asiento a su lado en la cama y se preparó para comenzar a desinfectar la herida.- Voy a empezar.- Dio aviso. Serguéi no se inmutó a los toques ni a los productos, pero Vincent notó la fuerza en la mandíbula que controlaba el impulso de quejarse por el dolor.

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