- Pediré un taxi - Respondí mirando mi teléfono en busca del número.

- No - Negó ella, captando mi atención - Yo puedo llevarte - Se ofreció mostrándome las llaves de su auto.

- Amm... Yo no... Tu no... - Balbuceé un poco nerviosa ante la oferta pues no me lo esperaba. Ella se burló.

- Tranquila Vega, me caes mal... Pero prometo controlarme - Dijo ella con cierto tono de burla.

- Ja-ja - Rodé los ojos. - No quiero incomodarte, Jade - Me excusé, aún inquieta.

Por alguna razón moría por subirme a ese auto. Ya estábamos en esto y no sabía cuánto tiempo podía durar esta "tregua", así que quería aprovecharla hasta el último momento.

- No te voy a Rogar Victoria, si no me sigues ahora... disfruta del taxi - Dio media vuelta mientras caminaba hacia los autos.

Me quedé algunos segundos en mi lugar, pensando en esas palabras, intentando decidir si seguirla o no.

Al carajo... Quiero hacerlo.

Comencé a caminar detrás de ella y puedo jurar que la vi sonreír a través del reflejo de uno de los autos.

Durante el trayecto a mi casa estuvimos hablando acerca de nuestras canciones favoritas y por qué algunas bandas eran simplemente geniales. Para mi sorpresa, Jade tenía un excelente gusto musical que combinaba mucho con el mío.

- Creo que llegamos, puedo escuchar hasta acá los gritos de tu hermana al teléfono - Dijo Jade estacionando frente a mi casa.

- Si... Yo la tengo que aguantar todo el tiempo - Suspiré con resignación - Gracias por traerme - Dije sincera mientras me concentraba en sus ojos azules a media noche. Ella me dio una media sonrisa de cortesía.

- No hay problema - Dijo amable, era una locura verla y escucharla así. - Entonces... ¿Nos vemos mañana? -

Mi corazón dio un corto y extraño vuelco en mi pecho con esa pregunta. Era extraño escuchar eso y no un "Ahora baja de mi auto antes de que te empuje fuera de él, Vega".

- Amm... Si, claro - Sacudí levemente mi cabeza, intentando concentrarme - ¿A las 4? - Pregunté, buscando la perilla para abrir la puerta del auto sin dejar de mirar a la chica junto a mí.

- Perfecto - Respondió ella y, por un momento, mi corazón se detuvo pues ella se acercó repentinamente, pasando su brazo por sobre mí y quedando a unos cuantos centímetros de distancia. 

¿¡A caso ella va a....¡?

- Hasta mañana - Dijo ella volviendo a su lugar. 

Fue ahí cuando me di cuenta que había sido una idiota por siquiera creer que Jade se acercaba a mí con esa intención. Ella sólo me ayudó a abrir la puerta pues yo no encontraba la perilla.

- Claro... La puerta... - Señalé con nerviosismo -Idiota... - Susurré. 

- ¿Qué? - Preguntó ella sin entender.

- Nada... - Me apresuré a salir del vehículo, era suficiente ridículo por hoy - Hasta mañana - Dije cerrando la puerta y apresurándome a la entrada de mi casa sin mirar atrás. Escuché el auto alejarse y recargué la frente sobre la puerta de entrada.

¿Qué diablos había sido eso? ¿Qué estaba pasando conmigo?

Entré a la casa luego de unos segundos intentando aclarar mis ideas, no había señales de Trina por lo que supuse estaría dormida, pero esta idea quedó descartada cuando saltó de la puerta del baño con un shampoo como arma.

La cita - JoriWhere stories live. Discover now