twenty nine

1.7K 132 20
                                    

April

— ¿Cómo entras sin avisar? ¡Esta ya no es tu casa! —exclama mi madre con todo el cinismo del mundo.

— ¡Dios! ¿Cómo pudiste hacer una cosa tan... tan...? ¡Dios, es que no hay palabras para definirlo! —grito sin preocuparme por el tono elevado que estoy usando.

Estoy alucinando. Mucho. Las personas que tengo delante no son mis padres, son dos personas que no les importa destruir a otras solo para conseguir su propio bienestar. Y me duele demasiado el tener que haberme dado cuenta así. Unas inmensas ganas de llorar me invaden, pero no pienso darles el gusto de que me vean llorando.

— ¡No solo yo tuve la culpa! —intenta excusarse y yo hago una risa irónica—. ¡Le di a elegir y él prefirió dejarte! 

— ¡Porque le amenazaste, joder! ¿Cómo no iba a hacerlo? —hago una pausa mientras mi mirada echa veneno—. ¡Me visteis llorando por él sabiendo que fuisteis vosotros los causantes de todo! Pero ¿qué os pasa? ¡Estáis locos, joder!

No puedo evitar sentirme como una mierda ahora mismo. Como una mierda por cómo he tratado a Zayn por culpa de este tema cuando él no tuvo la culpa de nada. ¿Por qué no me lo contó? ¡Debería haberlo hecho! Me hubiera dado cuenta más pronto de la clase de padres que tengo.

— Jovencita, ese lenguaje —me regaña mi padre con un semblante serio.

— Nunca me llegué a imaginar que te convertirías en alguien como ella —zampo sin ningún pudor—. ¿Qué te ha pasado? ¡No lo entiendo, de verdad que no lo entiendo! ¡No sé cómo te habrá comido la cabeza, pero ya no eres el mismo! 

Mi padre parece sorprendido a la vez que dolido por mis palabras. ¡Venga ya! ¿Dolido? No. Ellos no tienen sentimientos, no tienen remordimientos ni consciencia. Va siendo hora de que me dé cuenta de que no les importamos, que solo nos ven como máquinas para realzar su prestigio.

— ¡Soy el de siempre! ¡Solo intento que mi hija no destruya su futuro! ¡El que tanto nos ha costado construir!

— ¡Mi futuro no es cosa vuestra, es decisión mía! —por primera vez, mi tono es mucho más duro que el normal y ellos parecen notarlo. Estoy harta de ser siempre la misma gilipollas que se traga todo lo que le hacen. No, se acabo—. Dime qué le has hecho —demando sin rodeos recordando las palabras que estaba diciendo cuando entre.

Tengo algo para librarme del motero. La frase resuena en mi mente y me da un miedo tremendo el pensar cómo lo habrán jodido.

— No, eso es...

— ¡Que me lo digas de una puta vez! —exploto ante sus miradas atónitas. 

Los miro echando chispas y con una calor inmensa por el cabreo que estoy experimentando. Mi padre cierra su boca mientras da un paso hacia atrás, quizá, por miedo a mi reacción. Aparta la mirada de mí para mirar a mi madre que, aunque no da un paso hacia atrás, también está en alerta por mi grito. 

Deduzco por las miradas que se dedican que mi madre le alienta a decírmelo. Es raro en ella ese gesto y esa acción, por lo que me halago yo misma mentalmente por estar siendo, por primera vez en mucho tiempo, dura y contundente con ellos. Es lo que debería haber hecho desde un principio, Zayn tenía razón. Si estuviera aquí, estoy segura de que se sentiría orgulloso de cómo estoy manejando la situación.

— He amañado el combate que tiene hoy —confiesa agachando la mirada tras unos largos minutos.

Niego con la cabeza repetidas veces. Esto está siendo demasiado.

— ¿Cómo? —pregunto cruzándome de brazos y con la espalda recta.

— He pagado al árbitro, al otro boxeador y a su entrenador para que pueda pegar a... Zayn todo lo que quiera en el combate.

She » z.mDonde viven las historias. Descúbrelo ahora