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Vacio, eso era lo que sentía cuando estaba lejos de ti.

Aquella usual sensación para mi cuerpo y mente. Esa arma de doble filo, la cual me llenaba de melancolía y de un miedo relevante sobre mi persona.

Ya no tenia uñas que morder pues la ansiedad se había ocupado de comérselas todas. Ya no tenia pasatiempos en los cuales vaciar mis miedos. No tenia con que entretenerme y frenar aquellos egoístas pensamientos. Tal vez era el hecho de estar solo todo el día, atrapado en las frías paredes del departamento o el fuerte presentimiento de que no volverías a mi lado.

Pero muy en el fondo de mi ser sabia cual era la respuesta a todos mis problemas, sabia el por que de aquella tormentosa sensación de vacio.

Y sabia quien era el culpable.

Llevábamos meses viviendo bajo el mismo techo y ya estaba acostumbrado a la tortuosa rutina de la soledad. Pero como siempre, llegabas en la tarde y me recibías con un buen humor, llenándome de besos y mimos.

Hasta que un día decidiste irte dejándome una pequeña nota sobre la mesa de la cocina:

Taehyungie, me iré por dos días por cosas del trabajo. Cuídate.

¿Tienes idea por cuantos días te fuiste Jeon Jungkook? Por cuatro. Cuatro miserables días sin tener idea alguna de tu situación. Sin tener alguna noticia de ti. Cuatro días, en los que yo me sumía silenciosamente en el dolor y la desesperación. Pues mi cerebro no dejaba de hacer ideas erróneas sobre el por que de tu inesperado abandono.

Y tenia miedo de que tu me dejaras solo, abandonado.

Aquel día esperaba tu llegada en el típico sillón morado. Mi pancita gruñía desesperadamente por la evidente falta de comida y mi cabeza dolía demasiado por los incesantes pensamientos dolorosos. Cabeceaba de un lado a otro, acumulando un evidente sueño en mis ojeras. Cuando escuche la puerta de la entrada abrirse.

Corrí en cuanto aquel milagroso sonido estuvo en su plenitud y te vi cruzar por el marco de la puerta. Me abalance sobre ti y no pude evitar rodear tu torso con mis brazos mientras apoyaba mi cabeza en tu pecho y me sumía en tu delicioso olor. En serio, había extrañado la cálida sensación de estar entre tus brazos. Extrañe tu bella imagen deslumbrar mis parpados.

Pero había algo en ti que no cuadraba. Y era ese desquiciado perfume de mujer impregnado en tu saco.

-¿Donde rayos estuviste Jungkook?- me separe de ti mientras tapaba mi nariz para no percibir ese asqueroso olor. Había un claro enojo en mi voz y en mis ojos los cuales tu miraste sin pudor alguno.

-¿Acaso te tengo que explicar todo? Estuve fuera de la ciudad por algunos asuntos del trabajo- te quitaste el saco y lo colgaste en el perchero. Me sentí mas que enfadado y aquel frio sentimiento de ira corría por mis venas al notar tu desinterés por el asunto.

¿Era yo o mi imaginación? Pero había lápiz labial marcado en las comisuras de tus labios.

-¡JEON JUNGKOOK! ¿CON QUIEN ESTUVISTE? ¿POR QUE ME MIENTES?- saque todas aquellas emociones que inundaban mi interior y te grite en un intento de que tu me rescataras. Y no sabia claramente en lo que pensaba cuando llegue a ti furiosamente y arroje el maldito perchero al suelo quebrandolo en mil pedazos. Mis emociones controlaban mi cuerpo y mis decisiones, y estaba mas que claro para ti mi desafortunada situación- ¿Acaso vas a dejarme solo?

Las lagrimas brotaban castamente de mis ojos y no pararon hasta que tu tomaste mi mentón con tus manos y me obligaste a mirarte a los ojos.

-Trabajo sin cesar y así me recibes Taehyung- esperaba un beso en mis labios, un abrazo, un mimo o algo que me diera alguna señal de que tu estabas a mi lado y estabas ahí para acallar mis penas, sellar mis temores, destruir mis miedos. Quería que tu me aclamaras y destrozaras cada una de mis preocupaciones. Pero lo único que recibí por tu parte, fue una seca cachetada en mi mejilla izquierda- Eso te enseñara a respetarme.

Querido, no te asustes //TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora