Kumamon Girl [Suga&Tú]

KG: Parte 4

-- Se que no puedes hablar... -- susurró Suga y sorbió su nariz. -- asi que... ¿Puedes escucharme...? ¿Solo esta vez...? De verdad necesito unas grandes orejas como las tuyas que puedan oírme sin juzgarme -- sonrió triste, haciendo tal broma con la intención de animarse a si mismo, pero la cuestión fue que ni eso le ayudo.
________ dejó de acariciar su cabeza y tomó sus manos.
Asintió.
Claro que escucharía.
Conectó miradas con el Idol, dándole a entender que estaba escuchándolo y que podía empezar a hablar.
-- Verás... -- se dignó a tomar aire -- hace bastante tiempo he considerado el hecho de salir de la banda... ¿Sabes...? -- comentó Yoongi, haciendo estremecer a _______, quien por un momento sintió su corazón congelarse al igual que su mundo. -- Hay gente que me apoya, claro que sí, pero... demonios, ¿Sabes cuanta gente me odia? --susurró -- Desde el momento en el que decidí convertirme en Idol y enfrentarme a la fama, sabía que era muy probable que esto ocurriera, pero... ¿Tan así? -- susurró sorbiendo su nariz -- Se que no soy el único pero... -- bajo la mirada -- el hecho de saber que con solo existir o tan solo respirar les moleste, desagrade o incomode a los demás... no se si pueda soportarlo... ¿Sabes...?
_______ quien tan solo podía escuchar sin emitir palabra alguna, se dedicaba a derramar unas cuantas lagrimas aprovechando que dicho traje gigante la cubría de semejante situación.
Es decir... ¿Que ARMY no se pondría mal ante aquella noticia?
-- ¿Que opinas...? -- susurró y la miró como esperando algún tipo de respuesta -- ¡Oh! ¡Que tonto! -- se dijo a sí mismo mientras se daba un pequeño golpecito en la frente con la palma de su mano derecha -- es verdad que no hablas... ni modo que así me contestes... -- comentó soltando una leve risita que hizo sonreír a medias a la chica.
Aquel chico estiró la manga de su blusa y se limpió las lágrimas que yacían en su rostro, quitando todo rastro de "debilidad" según él.
-- En fin... gracias por escucharme -- hizo una leve reverencia hacia el oso negro y sin más, se marcho.
Pero _______ quería hacer algo más que eso, y al verlo irse, lo único que atinó a hacer fue darle un golpecito en la cabeza, provocando que este se voltease, tal como siempre él hacía con ella, y cuando ambos estuvieron enfrentados, abrió sus brazos, y estrecho al joven blanquecino en ellos, como si esa fuera la única manera, de juntar sus pedacitos rotos.