Así és

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Vaya si que era verdad, muchas veces no la soportaba, sintia que su presencia le era un estorbo. Pero ahora que lo veia bien... le hacia falta.

No lo podia negar.

Sonrisa estirada, cabello largo atado en un moño, eran esas las referencias que usaba, cuando trataba de buscarla en una multitud. Ahora eso no pasaban de cosas inutiles. No buscaria mas su cara redonda con nariz diminuto, ojos grandes, sonrisa larga y cara de rana.

Mucho habia cambiado.

Ahora el camino ya no eras el mismo. Su rota también habia cambiado, y su destino igual. La casa no es la de antes, pero las cosas si, jamás las dejaria para trás; todas guardadas, organizadas y bien conservadas, como le gustaba.

El silencio que antes le era bueno y agradable, ahora le era incomodo. No lográba más sintir en el aire, el olor de café recien hecho o lo sonido de la televisión conectada en el canal de noticías, como se habia acostumbrado en los últimos meses.

Subia los pedaños de madera después de retirar sus zapatos en la entrada, calmamente para no hacer ruído alguno, y se dirigió a una de las puertas que daba accéso a uno de los comodos de la casa. Abrió la puerta com cuidado, y obserbó lo que reposaba en una bella paz, en la cuna. Dormindo plácidamente, su pecho subia y bajaba en calma, los lábios diminutos entreabiertos, los ojos un poco grande bién cerrados, y su cabello revuelto esparcido sobre la pequenã almohada infantil. Los pómulos rojizos eran lo que tanto le gustaba, cuando podria, los tocaba y algunas veces los aplastaba entre la yema de sus dedos agrietados.

Para su mala suerte ella era casi que enteramente su imagen, y por desgracia el cabello oscuro era lo unico que le hacia recordarla cuando la veia siempre que volvia a casa. Su vida como super heroe no le permitia estar siempre con su pequeña, llegando a algunas veces dejarla con una de sus abuelas que la cuidaban con gusto. Y esto siempre le daba en los nervios, no le agradaba en nada piensar que su niña llegaria a crecer sin la madre y la presencia del padre siempre cerca.

- Señor Bakugou, que bueno que llegaste. - Dijo la niñera encargada de la niña desde la puerta. Era una mujer ya de edad, que a muchos años es amiga cercana de la familía Asui; tiene una gran debilidad por los niños y años de oficio cuidando de ellos. Recuerda bien cuando ella llegó afreciendose como opción para cuidar de su bebé; así que descubrió que su esposa estaba embarazada, consciente que sus vidas profizionales convertirian en cuidar de la niña algo dificíl. Y nada mejor mejor que alguién de confianza para su mujer y recientemente para él también.

- Si, puedes ir a tu casa si quieres; ahora yo me encargo. - Sin decir más, ella asintió.

Volteó nuevamente su atención a su hija, pequeña Satsuki, lo mismo nombre de su tia pero en la hora de nombrarla ni siquiera lo pensaron, solamente en lo semejante que se hacia con su nombre y asi lo decidieron.

Vaya como era hermosa, y ahora la cosa que más tenia de importante en la vida, la unica que podia tener en los brazos, ya que la vida se encargó de robarle la otra.

Hemorragia posparto, fue lo que le arrebató su mujer, su Tsuyu, su rana. Que siempre fué y seras la mujer más fuerte que conoció... Pero que mismo asi no soportó las consecuencias de un parto complicado. Sin embargo lo que la vida le arrebató también le regaló, una niña bella y saludable, con su boca, sus ojos y el pelo de ella, con algunos mechones rebeldes iguales a los suyos. A veces se preguntaba de lo porqué eso le sucedia, de como la vida podria llegar a ser tan injusta y generosa a la vez, pero después se percataba de que no habia razón para preguntarse eso, y volvia nuevamente a la normalidad.

Miró atento, los parpádos médios que amenazaban en abrirse; debia haberse sintido tu presencia pues los corto brazitos se alzaban en una leve inconsciencia. No lo deberia, estaba enteramente sucio después de haber luchado contra muchos villanos, pero no podria negarse. La agarró con cuidado usando una delicadeza desconocida para su yo del pasado, el bakugou inmaduro que antes era, y apreció el rostro tierno perteneciente a un ser tan frágil. Tomando su nariz hasta la parte superior de la cabeza pequeña, inhaló el dulce olor de jabón infantil que tenia su cortito pelo oscuro y verdoso. Ella se movió entre sus brazos, reconociendo el tacto duro de su padre al sostenerla, y se buscó acurrucarse más cerca del calor paterno, colocando una de las pequeñas manos en el toráx duro, haciéndole sentir el suave contacto de la palma de la mano de un bebé.

Quizás en la mayoria de las veces no deberia importase tanto con los ocurridos de su vidas, sean ellos buenos o malos, solamente deberia seguir, aprovechando lo que pensaba ser bueno y ignorando lo malo, o solo evitandolo. La vida eras un juego, complicada e mucho aburrido si no sabia cual jugada hacer, pero buena y agradable para los que sabian como alcanzar la victoria; mucho simple de resumirse si lo queria. Y por más que en muchos momentos llegase a parecerle injusta, la mejor razón para cambiar su pensamiento estaba en sus brazos, asi es, tenia solo cinco meses y con nombre y apellido era su hija, y se llamaba Satsuki Bakugou Asui.

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N/A: No tengo nada que decir :p No puedo decir que se quedo bueno pero fue echo con amor, vaya vaya, falta poco para encerrar la fic o sea, darle conclusión ya que tengo los capitulos todos planeados, y un buen final >,< Bien, es eso, si quieren, comentem y dejen sus votos.

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