Costumbre

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Bakugou Katsuki en su singularidad personal poseía características distinciones que lo hacían ser quien era. Qué complementaban su esencia única de un joven con grandes expectativas cargadas en los hombros y un futuro que se iba asegurar de ser lo más promisorio posible.

Infelizmente, mismo siendo él entonces la persona increíble - ideología que su ego trataba de sustentar -, que todos conocían, no lograba verse excepción de las inerencias humanas; y entre ellas era tener costumbres que posiblemente podrían estar lejos de la comprensión de la sociedad - algo que le valía una verga -, y lo enervaban al punto de jalarse el pelo en frustración siempre que se tornaba autoconsciente de que sufría una vez más por sus odiosos hábitos indeseables.

Asui Tsuyu sí que era una jodida chica que solía captar su atención y que tan sencillamente cuanto enervante, había llevado él a desarrollar la estúpida necesidad de mirarla a cada rato que le era propiciado.

Tan rara e a la vez cativante, lá chica rana condenaba su mente y castigaba su corazón.

Con ese pelo largo y oscuro que solía atar en un lazo y boca fina, estirada que solo se contentaba en se contrair en un sonrisa amigable a la cual no muchos eran merecedores de ganar.

Y para completar su miseria estaban aquellos ojos, grandes, oscuros y saltones que le desnudaba el alma siempre que se atrevía a encararlos.

Jodidos y inexpresivos ojos que lo hacían sentirse a la merced del mundo.

Portanto, era comprensible que en este momento no quisiera nada más que abrigarse en kilos de ropa al sentir como el frío se subía por su columna vertebral por una vez más verse perdido en aquel mar de aceituna; algo que solo logró suceder dado a que fue pillado haciendo su maldita costumbre involuntaria.

Sentía su rostro calentarse, y eso podría significar muchas cosas, entre ellas el estar avergonzado. Algo incomprensible dado que no fue pillado haciendo nada indebido o equivocado, sólo la había estado mirando, por un buen rato, quizás más que eso.

¡Como uno maldito stalker!

- ¡Q-qué mierdas mira!

Grave error, no debía haber tartamudeado. No existían motivos para eso.

- Yo iba a hacer la misma pregunta. - Expresó ella parpadeando ligeramente su ojos inexpresivos.

- ¿Eh? - Estaba empezando a enfadarse.

- ¿Por qué me mirabas tanto Bakugou-chan? - En su mirada había una inocencia tan descarada que revoloteaban el interior del rubio que en necesidad sentía las ganas de aplastar aquellos dos globos oculares en un intento de verse libre de unas benditas emociones que se daban origen desde el más profundo de su ser.

Con desconcierto encogió de hombros decidido a ignorar con toda la capacidad que poseía el principal factor que determinaban aquella incómoda situación.

Se iba a hacer el desentendido dado a que estar bajo esa mirada que transmitía una inocencia tan estúpida y fuerte lo hacía sentirse de todos modos, menos el usual. Odiaba cuando las personas le dirigían tal tipo de mirada, no sabía cómo manejar y se sentía impotente, sin reacción.

¡Tan poco Bakugou!

- Por nada. - Respondió ríspidamente mirando con detenimiento la figura femenina tan pequeña en comparación a la suya. ¿Como una criatura tan inferior lograba hacerlos sentirse tan intimidado y minúsculo?

- No comprendo.

Con molestia suspiro pesadamente, inclinándose mínimamente para verse más cerca del rostro femenino - à seguros centímetros de distancia -, para que sus próximas palabras logradas salir en un susurro pudieran ser interpretadas sin dificultad.

- Nada. - Exigió de todo su esfuerzo para lograr expresarse lo más neutral posible. Necesitaba a toda costa mantener su inmutable postura. - ¿Te molesta que te mire?

Las regordetas mejillas se contrastaron en un leve carmesí originado repentinamente por la cercanía que en realidad no fue prevista por ninguna de las partes.

Un pequeño chispar de recelo cruzó los orbes oscuros haciendo con que Bakugou al fin tornándose consciente de lo que hacía, se alejara posterior a liberar un bufido frustrado.

- Sabes, olvidalo. - Llevó sus manos medianamente tensionadas a sus bolsillos en los pantalones holgado que llevaba puesto y se volteó en el intuito de marcharse.

Teniendo la vista de su espalda, Tsuyu parpadeó, mordiendo ligeramente su lengua en el interior de su boca y tomó una pequeña bocanada de aire.

- Bakugou-chan. - Su monótona voz resonó por las paredes de el pasillos deshabitado a excepción de sus dos personas, logrando que el chico se detuviera en medio a su camino, volteando solamente su cuello para mirarla desinteresadamente.

Qué tan fingido era.

- Si deseas mirarme, solo hazlo. No me importa en realidad. - Dijo en un murmullo, quedamente para que se pudiera comprender mientras evitaba sostener una conexión entre sus miradas. Posiblemente la suya avergonzado contra la probablemente incrédula del rubio resultaría en una situación más que desastrosa para su sanidad. - A mi me agrada cuando siento que me miras. Los ojos de Bakugou-chan son agradables. - Terminó por fin.

Esas no eran las palabras que algún día pensó que iba oír de ella cuando iniciaron esta charla rara. Decir que estaba sorprendido o incrédulo sería poco.

- Buff, me vale una mierda.

Volviendo a su caminar el chico se alejó de la presencia de la chica, sintiendo como a los pocos su boca iba contrayéndose en una sonrisa que necesitaría de ojos muy bien entrenados para captar. No importaba esa sensación de que su rostro mínimamente se calentaba, estaba extrañamente satisfecho.

Desde ahora, tenía el libre permiso de mirar la estúpida chica hasta que sus ojos saltaran de su cara. Pero no era como si fuera a parar de hacer su jodida costumbre mismo si la ella se hubiera puesto en contra la idea de ser observada. Sin embargo el sabor de saber que si su hábito poseía el consentimiento de la persona donde la cual el más influenciaba, era bueno. Sí, muy bueno.

Él pretendía disfrutar de ese sabor muchas veces más.

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História reescrita;
Algunas alteraciones fueron hechas, y hubo considerable diferencia de su anterior forma escrita;
¿Posee errores? Por supuesto. Sin embargo en mi defensa vos digo que no soy nativa hispanohablante, dado a eso, soy inocente;
La forma literaria portuguesa me domina;
Tengo el defecto de ser abusrdamente formal en las dos lenguas;
Les dejo un dibujo hecho por mí más arriba;
Ojalá les haya agradado, desde ya les agradezco❣

Agosto, 27th - 2019

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